sábado, 8 de septiembre de 2007

"La reelección indefinida es el mejor llamado a la violencia"






Su propuesta de modificar la Constitución para permitirle optar por la silla del palacio de Miraflores, tantas veces como lo desee, le han valido al presidente Hugo Chávez no pocas críticas y acusaciones, desde dentro y fuera del país.

El mandatario, por su parte, ha negado que busque perpetuarse en el poder, a través de la "Presidencia vitalicia"; y ha justificado su planteamiento alegando que "seis años no es tiempo suficiente" para sentar las bases del socialismo del siglo XXI. Asimismo ha recurrido a modelos y regímenes políticos extraños al venezolano para tratar de convencer a los electores de lo natural del cambio.

"Voy a proponer a los venezolanos reformar la Constitución para incorporar la reelección continua. Como ocurre en casi todos los países de Europa", dijo al arribar a Buenos Aires (Argentina) esta semana. Días antes, en el acto de inauguración de la fábrica Petrocasa, afirmó: "El anterior presidente de Francia, Jacques Chirac, decidió no presentarse (para una tercera reelección), pero ha podido hacerlo, porque no hay (en el ordenamiento jurídico galo) un tope al número de períodos que un presidente puede gobernar, siempre y cuando sea elegido por el pueblo".

Estas afirmaciones fueron rechazadas por los juristas Rafael Chavero y Gustavo Linares Benzo, quienes no dudaron en acusar al jefe de Estado de "mezclar peras con manzanas".

"No se puede comparar un régimen parlamentario como el francés, español o inglés, con el presidencialista vigente en Venezuela", afirmó Linares, quien, tras reconocer que en la modificación que se le hizo a la Carta Magna gala en el año 2000 se eliminó la prohibición de las relecciones presidenciales múltiples, le recomendó al mandatario nacional leer también las declaraciones que el actual ocupante del palacio del Elíseo, Nicolás Sarkozy, ha ofrecido sobre este asunto.

El pasado 13 de julio, el presidente francés, quien también impulsa una reforma al texto fundamental de su país, dijo, en un mitin en la localidad de Epinal, lo siguiente: "Es preciso limitar los mandatos presidenciales, ya que la energía que se emplea en durar (en el poder) no se la destina a actuar".

Compare, pero no confunda

Linares explicó que la diferencia fundamental entre los regímenes parlamentarios y los presidencialistas reside en el hecho de que el pueblo elige a un Parlamento, que a su vez nombra al Gobierno y lo controla. Por su parte, en el otro modelo, el pueblo escoge a su gobernante directamente.

"El presidente de la República, en un régimen presidencial, tiene un mandato determinado y tiene derecho a terminarlo, salvo que cometa algún delito. Por su parte, el primer ministro puede salir en cualquier momento, basta con que su partido pierda la mayoría en el Legislativo. Para compensar esa cierta debilidad se les permite a los premieres postularse de manera indefinida", señaló.

El abogado afirmó que ningún sistema que se considere democrático, salvo Francia, permite al jefe de Estado postularse para su cargo tantas veces como quiera. ¿La razón? "Los presidentes democráticos son unos reyes, con amplios poderes, pero con un tiempo determinado (...) Para nuestra tradición de libertad es necesario que el Presidente se vaya (...) La etapa de libertad más importante de nuestra historia son los 40 años de democracia, prueba de ello es que Chávez gobierna. ¿Qué fue lo nuevo de esos 40 años? Que los presidentes llegaban y se iban. Rómulo Betancourt iba a irse en 1964 y lo hizo. Raúl Leoni tenía que irse en 1969 y lo hizo; y además le entregó el poder al partido rival".

También recordó que la Constitución de Estados Unidos originalmente no ponía límites a la reelección presidencial, aunque aclaró que en más de 100 años ningún mandatario permaneció en la Casa Blanca más de ocho años, hasta que fue electo Franklin D. Roosevelt. "Y precisamente porque Roosevelt fue elegido en cuatro ocasiones seguidas el Congreso estadounidense aprobó la enmienda XII, la cual prohíbe a los presidentes reelegirse más de una vez. ¿El motivo? Temían que alguien pudiera perpetuarse".

La Comisión de la Universidad Central de Venezuela que está estudiando las propuestas de modificación al texto fundamental, en su último documento, recordó algunos de los argumentos esgrimidos en el gigante del Norte para proscribir la reelección indefinida.

"Un presidente astuto y ambicioso está en una posición ideal para incrementar y perpetuar su autoridad, a través de medios tales como: proporcionar muchos favores a hombres dispuestos a cumplir sus órdenes, ya sea que formen parte de la administración, las fuerzas armadas, la judicatura o incluso del Congreso; comprar los votos adicionales necesarios para asegurar su nueva reelección; y aparecer siempre como 'el hombre indispensable'", sostuvo en su momento el senador republicano Alexander Wiley, hoy fallecido.

Sobre el particular Linares agregó: "Con la reelección continua o ilimitada ha pasado lo mismo que con la pena de muerte. Todas las democracias del mundo tenían pena de muerte, hasta la II Guerra Mundial. La lucha contra la pena de muerte se ha desarrollado en la segunda mitad del siglo XX y hoy son pocas las democracias que la contemplan. Lo mismo ha pasado con la posibilidad de que un presidente pueda ser elegido continuamente. Hay un consenso mundial acerca de limitar a una vez la reelección de los presidentes".

Rompe con nuestra historia

Por su parte, el abogado Rafael Chavero aseguró que la propuesta del primer mandatario rompe con la tradición del constitucionalismo venezolano, pues "la mayoría de nuestras cartas magnas han prohibido la reelección o la han limitado. La única excepción fue la de 1857, pero fue la que menos duró".

Precisamente pidió a los ciudadanos recordar lo que ocurrió en ese momento, cuando se produjo una nueva revolución. "Es vital que quienes gobiernen hagan oposición y que quienes hacen oposición gobiernen, porque de lo contrario esta última se sentirá asfixiada. Si la oposición ve que no tiene posibilidades de consolidar su proyecto, producto de las manipulaciones de las reglas de juego, ese es el mejor llamado a la violencia y a la ruptura institucional".

Asimismo aseveró que de materializarse el cambio se estaría acabando con uno de los fundamentos del sistema democrático, el del gobierno alternativo.

"El principio del gobierno alternativo se traduce en el hecho de que todos los gobiernos se tienen que acabar. Una persona no puede aspirar a mantenerse en el poder el tiempo que le dé la gana", agregó.

Por último, replicó el argumento del mandatario de que necesita más tiempo para ejecutar su proyecto. "Si un gobernante en 14 años no puede consolidar unas políticas públicas decentes, pues es el más mediocre de los gobernantes".

Rafael Chavero

Gustavo Linares

www.eluniversal.com

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