jueves, 23 de agosto de 2007

Trama de Antonini Wilson conduce al negocio de las armas


Entre las líneas de investigación que sigue la Fiscalía argentina en el caso de la maleta de Guido Antonini, está la relación de este misterioso empresario con el comercio bélico, ramo al que pertenece una empresa suya en Caracas.

Con una solicitud de captura internacional sobre sí, Guido Alejandro Antonini Wilson está en la mira de la justicia argentina, que todavía no se explica cuál era el destino de los 790.550 dólares que llevaba en su famosa valija. Sus vínculos con el mercado de armas en Miami y Caracas, y sus primeros pasos en el Aeroparque Metropolitano de Buenos Aires, hacen que un eventual negocio bélico sea visto como posible destino del botín.


Del abanico de empresas registradas a su nombre, sólo una se encuentra en Caracas: Defensa y Tecnología 122518, C.A. dedicada a la venta, distribución, exportación e importación de armamento militar, policial, así como aeronaves de uso militar.

Según sus registros públicos, Antonini Wilson tiene 95% de las acciones, y figura como presidente de una compañía que cuenta con tres empleados. Inscrita en el Registro Auxiliar del Instituto de Prevención Social de la Fuerza Armada, esta empresa está lista para contratar con entidades del Estado, si es que no lo ha hecho ya.

Paradójicamente, también está al día con la declaración de impuestos, en condición de "contribuyente ordinario del IVA", de acuerdo con el Registro Único de Información Fiscal del Seniat.

Esta empresa dedicada a la venta de armas de fuego como pistolas, escopetas, revólveres y metralletas sería de momento, aparte del penthouse ubicado en Valle Arriba, la única pista que Antonini dejó en Caracas.

TEORÍAS SOBRE EL EQUIPAJE
Más allá de los dimes y diretes políticos, los hechos de la madrugada del sábado 4 de agosto dejaron rastros para seguir a partir de la dirección que Antonini, y el resto de los venezolanos de ese vuelo, dieron como su residencia temporal en la capital bonaerense. Todos anotaron "Viamonte 352", dirección de la empresa de transporte aéreo Royal Class, cuyo nombre legal es Lanolec S.A. que en la década de los noventa perteneció a Alfredo Yabrán, y que hoy tiene entre sus principales accionistas a su hijo Pablo.

El final de la historia de Yabrán llegó en 1998 con una bala en su cabeza, disparada por él mismo, pero el principio de toda la investigación en contra del antiguamente conocido "hombre fuerte de la mafia argentina" estuvo justo allí: "Viamonte 352".

Esa era la dirección oficial de un grupo de sus empresas relacionadas con el transporte de equipajes, la vigilancia y el almacenamiento de mercancía en los aeropuertos, y a las que pese a varios indicios, nunca se les pudo comprobar vínculos con la compra-venta ilegal de armas y el tráfico de drogas.

"No tenemos nada que ver", fueron las palabras del ahora gerente general de Royal Class, Fernando Zingoni, quien además aseguró que colaborará con la Justicia si le pide oportunamente detalles del vuelo. La famosa revista argentina Noticias, en su edición del 11 de agosto, destacó que, aludiendo razones de confidencialidad, Zingoni no confirmó ni desmintió que el Ministerio de Planificación de Argentina fuera su cliente habitual en la ruta Caracas-Buenos Aires.

Al dato de la empresa aérea y la dirección de residencia de Antonini en Buenos Aires se suma el hecho de que el año pasado la empresa estatal de armas, Fabricaciones Militares Argentina, pasó de estar bajo las órdenes del Ministerio de Defensa a depender directamente del Ministerio de Planificación, es decir, del ministro Julio De Vido. El llamado "superministro" de Kirchner es el principal operador de las relaciones entre Venezuela y Argentina, y su mano derecha para esta tarea era el director del Organismo de Concesiones Viales, Claudio Uberti, el único separado de su cargo por el caso.

Que Antonini Wilson viajara en el mismo avión que Uberti y el presidente de Enarsa (la estatal petrolera argentina) Exequiel Espinosa, les dice a los investigadores que la hipótesis del algún negocio bilateral como destino de los dólares, tiene mucha tela que cortar.

MIAMI VICE Y TALADROS
Reportes de prensa relacionan a Antonini con Pedro Guerrero, representante en Miami de la firma Armor Holdings. De hecho, el viernes 10 de agosto, el periódico argentino Ámbito Financiero dijo que Guerrero era "considerado un `dealer’ de armas" y advertía que Armor Holdings, fabricante de vehículos blindados, se encuentra "en un conflicto entre el gobierno norteamericano y la empresa que la acaba de adquirir", que no es otra que Global Bae Systems. No obstante, hasta el momento no se ha determinado la relación exacta con Guido Antonini.

Otra posibilidad es la del negocio petrolero, como lo revelara el pasado sábado el periodista de El Nuevo Herald, Gerardo Reyes, al señalar las intenciones de Antonini de comprar taladros de perforación petroleros con el objetivo de venderlos a Pdvsa, a través de Perforaciones Albornoz (Perfoalca), perteneciente a Daniel Albornoz.

Sin bien la posibilidad de un negociado petrolero cobra fuerza, la rama de las armas luce como una de las favoritas de Antonini por su historial y su participación en empresas del ramo.

Es oportuno recordar que una de las primeras propuestas de Chávez cuando Venezuela iniciaba sus trámites de ingreso al Mercosur fue que el bloque debía crear unas fuerzas armadas unidas, o que por lo menos debería unificar su equipamiento militar.

Se habló incluso de compra conjunta de armas entre Venezuela y Argentina, cosa que negó enfática y oportunamente la ministra de Defensa, Nilda Garré, quien por cierto pasó en directo de ser embajadora de su país en Caracas al cargo que ocupa en la actualidad.

La investigación está en pie, y algunas personas cercanas a la Fiscalía argentina y al caso, todos con pedido de reserva de nombre, hablaron del comercio de armas como el tema a seguir. Las luces se encenderán cuando tenga efecto el pedido de captura emitido por la fiscala del caso, María Luz Rivas Diez, en contra de este misterioso hombre con tentáculos en altos niveles del poder político.

MAIQUETÍA, MAIQUETÍA

Pero de momento, solo una autoridad venezolana sale al ruedo a aclarar. Francisco Salas, vice Presidente Ejecutivo del Aeropuerto Caracas, ubicado en Charallave, estado Miranda, informó a través de un comunicado de prensa, "que la aeronave civil Citation X siglas 5113 S, nunca ha utilizado los servicios de nuestras instalaciones" . Y añade: "En ningún momento, ni ahora ni antes, ha aterrizado o despegado desde la pista del Aeropuerto Caracas".
El Mundo
Adrea Daza / Kristian González

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