jueves, 27 de diciembre de 2007

"Negociar ciudadanos secuestrados y mantenidos en el más espantoso de los cautiverios con el fín de torcerle la mano a Colombia".


Pedro Lastra comenta "la FARCSA de los rehenes"


“Negociar ciudadanos secuestrados y mantenidos en el más espantoso de los cautiverios con el fín de un canje que les facilite, además, torcerle la mano al gobierno de Colombia y ocupar una situación expectante en función de su proyecto de dominación política”. Pedro Lastra comenta hoy lo que llama la “FARCSA”.

Esta es su columna completa:

Sólo una época de grave extravío político y moral podría asistir pasivamente a la escenificación de la siniestra y asquerosa farsa protagonizada por las narcoguerrillas colombianas, en grave y criminal contubernio con el teniente coronel Hugo Chávez, la senadora colombiana Piedad Córdoba y las fuerzas del golpismo izquierdista colombiano. El mundo al revés. Y los espectadores de la farsa, muy bien gracias.

Un cartel criminal, que ha llegado a controlar gran parte de la producción, distribución y usufructo de la cocaína a nivel planetario, que ha montado un gigantesco aparato paramilitar con el fin de aniquilar las instituciones democráticas colombianas y asaltar el poder en el más fascista de los estilos y que, como lo sufrimos los venezolanos desde hace décadas, ha convertido vastas zonas fronterizas de nuestro territorio en campo de explotación industrial del secuestro y el asesinato de ganaderos y productores agropecuarios venezolanos, aparece de pronto en el rol de víctima de un gobierno legítimamente constituido, como el de Álvaro Uribe. Ofreciendo como prueba de su buena voluntad negociar ciudadanos secuestrados y mantenidos en el más espantoso de los cautiverios. Reclamando incluso sometimiento a su voluntad por parte de las autoridades colombianas.

Como si los irregulares que sirven a esa boyante industria del narcotráfico y el secuestro – la más importante y productiva de las industrias colombianas – puestos bajo la justicia y el imperio de la ley fueran exacta y perfectamente equiparables a los civiles raptados por las narcoguerrillas para enriquecer sus fondos y mantener en jaque a la ciudadanía e institucionalidad colombianas, pretenden hoy un canje que les facilite, además, torcerle la mano al gobierno de ese país y ocupar una situación expectante en función de su proyecto de dominación política.

Avergüenza a la conciencia democrática venezolana el papel que en esa farsa sangrienta y criminal ha desempeñado el presidente de la república. Y sus aliados colombianos. No puede menos que escandalizar un contubernio semejante. Que una vez puesto al descubierto por las autoridades colombianas ese sindicato del crimen ponga el grito en el cielo, es el colmo del cinismo y la hipocresía políticos.

Se comprenden las angustias de los familiares de Ingrid Betancourt y el empeño del gobierno francés en su liberación. Pero no se comprende que tal empeño pase por encima de los imperativos morales y políticos que atañen a los demócratas del mundo: exigir la inmediata y unilateral liberación no sólo de la Sra. Betancourt, sino de todos los secuestrados por las narcoguerrillas. Sin necesidad de mercadeo político y contrabando ideológico.

Es hora de acompañar al presidente Uribe en la lucha contra ese nefasto cáncer político y social llamado narcotráfico. Y reclamarle a nuestro presidente de la república una distancia categórica y sin medias tintas frente a quienes violan nuestra soberanía, secuestran a nuestros ciudadanos y corrompen nuestras autoridades. Civiles y militares.

Es hora de comenzar a exigir mano firme.

LA FARCSA
Pedro Lastra
Especial para noticias24

http://www.noticias24.com/actualidad/?p=10652

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