El diario español “El País” publica este domingo una fotografía inédita: el General Raúl Baduel, tras las rejas del penal de Ramo Verde.
La imagen forma parte de un reportaje, que puede leer completo pulsando aquí, de Maye Primera sobre la estancia del General Baduel y de otros militares en la prisión.
Ayer el mismo diario publicó una entrevista con Hugo Chávez donde acusaba a Baduel de la “desaparición” de 15 millones de US $ durante su gestión oficial.
Estos son algunos extractos del reportaje:
Baduel comparte hoy un calabozo del Centro Nacional de Procesados Militares con otros dos oficiales que también formaron parte del alto mando militar de Hugo Chávez: el general de división Wilfredo Barroso y el almirante Carlos Millán Millán, acusados hace un año de “magnicidio” y luego de “rebelión militar”; los únicos detenidos por ese delito, a pesar de que en diez años el Gobierno venezolano ha denunciado 28 supuestos intentos de golpe de Estado y magnicidio.
A la celda que comparten, la primera a la izquierda en la tercera planta del edificio, le llaman “la celda de los generales”. Se trata de un dormitorio-cocina-sala de estar de unos 50 metros cuadrados. En el extremo derecho hay una ducha, un par de servicios y dos lavamanos con goteras, en los que se alterna un cartel cada semana: “Dañado. No utilizar”.
-Han ido remodelando todos los calabozos, pero éste lo han dejado para el final -se queja uno de los generales.
La cama de la izquierda y la biblioteca compuesta por El tercer Jesús, de Deepak Choopra; la Biblia, un tomo de las enseñanzas de Juan Pablo II y un ejemplar de Los tontos mueren, de Mario Puzzo, son de Raúl Isaías Baduel: 55 años, ministro de Defensa entre 2006 y 2007, el hombre que rescató a Hugo Chávez de la isla adonde lo llevaron los golpistas el 11 de abril de 2002 y lo devolvió al poder 48 horas después. También es de Baduel el reproductor de CD, con el que pincha cantos gregorianos.
La cama del fondo, con tres estatuillas de la Virgen sobre el pequeño armario y la estampa de Jesús de Nazaret colgada en la pared corresponden al almirante Carlos Millán Millán: 54 años, y hasta hace tres, jefe del Estado Mayor Conjunto y segundo de a bordo del Ministerio de Defensa.
-Los tres somos católicos. Durante el día nos dedicamos a la lectura, a las prácticas religiosas, a comentar la situación interna del país y a hacer ejercicio para estar en forma. Yo he rebajado 18 kilos desde que llegué aquí y me encuentro mejor que nunca -dice Carlos Millán Millán, al tiempo que se toca el abdomen.
La máquina de hacer ejercicio es del general Wilfredo de Jesús Barroso, el que está tendido en la cama de la derecha, leyendo El Zohar, el libro fundamental de la Cábala: hasta 2004, jefe del Estado Mayor General de la Guardia Nacional, el cuerpo militar con más presencia en el país antes de que Chávez ordenara la creación de la milicia bolivariana de reservistas.
-Aquí no tenemos privilegios ni exigimos privilegios. El trato siempre ha sido respetuoso, salvo el allanamiento del 1 de septiembre.
Se refiere al día en que el coronel Pablo Rodríguez, director de contrainteligencia de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM), dio la orden de “tumbarle la celda a los generales”. Sus oficiales lanzaron al suelo lo que encontraron a su paso, requisaron los armarios, las camas. Buscaban un teléfono móvil. Sobre la alacena más grande, a la vista de todos, hay cuchillos de cocina de todos los filos y tamaños a los que no les dieron mayor importancia. Para la contrainteligencia es más peligroso que los generales dispongan de un teléfono móvil..
No hay comentarios:
Publicar un comentario