Chávez es impotente
Olvidemos los detalles, vamos a lo grueso, a lo gordo, a lo que está a la vista y no requiere muchos estudios ni análisis, ni comparaciones, ni tediosas demostraciones con bases rigurosamente científicas. No tengo duda alguna, Chávez es impotente. El tiempo transcurrido desde que se juramentó como presidente, no hace otra cosa que atornillar esta afirmación.
Un presidente, que tiene el poder y el dinero en sus manos -y este más que ningún otro- tiene que ser capaz de demostrar logros, fuerza, eficacia y esos logros deben poder materializarse en beneficio del pueblo que dice gobernar. Este presidente ha sido impotente para lograr resultados. Hasta un jugador mediocre de Monopolio, demostraría más capacidades para administrar activos y pasivos, de las que ha demostrado este presidente y sus repetidos ministros itinerantes. Este es el presidente que va por el mundo ofreciendo construir refinerías, en cuanto país visita, al tiempo que las tres más importantes de Venezuela, están paradas por la impotencia de este gobierno para echarlas a andar con un mantenimiento preventivo y una adecuada capacidad de operación. Pregúntenle a Ramírez, porque Cardón, Amuay y El Palito, no terminan de producir la costosa gasolina que estamos importando para cubrir la demanda interna. Pregúntenle a Chávez como vamos a hacer para “levantar” de nuevo El Palito, que fue parada para mantenimiento mayor el cinco de marzo de este año y no termina de arrancar de nuevo. Deberíamos preocuparnos por ese tema, en lugar de ofrecer la construcción de una refinería en Mauritania.
Este es el presidente de un país, que diez años después, sigue argumentando pendejadas y se declara impotente para construir las viviendas que ésta población reclama. Un país que recibió fortunas inmensas de dinero, producto de los mejores precios de venta de nuestro petróleo, construye menos viviendas que Panamá y otros pequeños países de nuestro continente. Produce pena ajena que nuestro presidente diga que sostuvo conversaciones muy interesantes en su reciente viaje, acerca de cómo otros países construyen. Fuimos por lejos, en décadas anteriores, el país de Latinoamérica con mejor ingeniería de construcción y apoyados en una política de crédito hipotecario, sostuvimos un crecimiento sostenido de edificación de viviendas. Chávez ha sido impotente para mejorar esos números y ha sido muy eficiente para desestimular la construcción privada.
No dejo de asombrarme como llegamos a la situación de mendigar un dólar para viajar al exterior, en un país que ha recibido, gastado, regalado y repartido más dólares que los que manejaron los cuarenta años de democracia que le antecedieron. Que clase de incapacidad funcional llevó a este gobierno a colocarnos en esta situación de mendigos de divisas, hasta para importar una prótesis para un lisiado. No se puede argumentar que el problema es el tamaño de la cartera de dólares, parece más bien que no supieran moverlos adecuadamente. Un caso típico de impotencia.
La historia de este país registrará la gran impotencia de este gobierno para producir seguridad, bienestar, calidad de vida, progreso, futuro estable así como desarrollo científico, tecnológico y cultural. Recogeremos la chatarra de los aviones rusos, el camastrón, el Airbus presidencial que ya no vuela, los famosos vehículos militares Tiuna y los carros iraníes que pasearían por nuestras calles. Clase de impotencia la de este presidente.
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