domingo, 25 de enero de 2009

"Estamos en un Estado autocrático donde no se permite pensar distinto"

"La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la libertad republicana, y nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo magistrado, que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente".

Simón Bolívar
Ilustre ciudadano chavista con su botella de caña blanca regalada por la "robolución".

Los procesos electorales invitan a la confrontación entre propuestas políticas distintas. Sin embargo, en Venezuela ese enfrentamiento se materializa con mayor frecuencia en pugna física en vez de debate de ideas.

Los ataque perpetrados contra las sedes de alcaldías y gobernaciones ganadas por candidatos de la oposición, residencias diplomáticas, y medios de comunicación; el despojo que se hizo a mandatarios regionales de oposición de competencias gubernamentales; y la orden del presidente Hugo Chávez de dispersar las protestas que hagan los estudiantes en contra de la reelección indefinida son signos de intolerancia política.

"Si ni siquiera podemos protestar en contra de una modificación fraudulenta a la Constitución, entonces creo que estamos en el extremo de la intolerancia, estamos en un Estado autocrático donde no se admite el pensar distinto", asegura el abogado constitucionalista Rafael Chavero.

El sacerdote , politólogo y también abogado, Arturo Peraza, coincide con Chavero en que la calificación a priori que hizo el Chávez de las actividades de los universitarios tiene que preocupar a todos los venezolanos.

"Ese sentido de precalificación, prácticamente obligatoria, que se dictó hacia los órganos de la policía supone una gravísima violación a los derechos humanos de todos los ciudadanos", sostiene Peraza.

Agrega que el problema no es que una instancia gubernamental se pronuncie a favor o en contra de una solicitud que haga un sector de la población, sino que ahora ese sector ni siquiera puede acceder a esos organismos.

"Es contradictorio que me preguntes si creo en la ampliación de los derechos políticos del pueblo y después salgas a reprimir a un pueblo que no está de acuerdo con la idea de la enmienda o lo que está proponiendo la enmienda", explica.

Del orden a la represión "Existe un derecho de manifestar en contra de un status quo, siempre y cuando se haga a través de medios legítimos y proporcionales", recuerda Chavero.

Justamente, la legitimidad de las acciones de los universitarios ha sido cuestionada por distintos personajes del Gobierno; mientras que la Policía disuelve las demostraciones alegando que los jóvenes son violentos.

"Ciertamente la manifestación violenta no debe ser admitida, pero la represión tiene que ser proporcional a la violencia y lo que vimos a través de los medios fue un grupo de muchachos que se arrodillaban ante los policías con las manos blancas", apunta Peraza.

Llama la atención entonces que los mismos funcionarios actúen con menor rapidez y contundencia cuando los agresores son grupos partidarios del Gobierno.

Chavero piensa que la apatía de la Policía frente a las acciones emprendidas por militantes del partido Unión Popular Venezolana (UPV) el pasado martes son un ejemplo de la parcialidad con que actúa el Estado.

"Esa es la mayor muestra de intolerancia y de que aquí el derecho está importando cada vez menos. Lo que importa es si se está o no en contra del Presidente", asevera el abogado.

En este sentido, la psicóloga social Mireya Lozada alerta que la acción selectiva de las autoridades puede fomentar el establecimiento de un patrón inadecuado de conducta política.

Más que palabras Aunque la intolerancia tiene muchas causas, el discurso de las autoridades y de los líderes de opinión es la primera que mencionan los expertos.

Para Chavero es evidente el incremento de las muestras de sectarismo que forman parte de un plan para silenciar a quienes disienten. "La persecución de periodistas, la criminalización de la protesta, es todo un operativo gubernamental, para inhibir a quienes de alguna u otra manera puedan influir en los ciudadanos a la hora de tomar una decisión", afirma.

No obstante, augura el fracaso a aquellos que pretenden controlar a los que difieren a través del hostigamiento. "Quienes detentan poder se sienten muy atraídos por la intolerancia y la represión de ideas distintas o de pensamientos diferentes. Sin embargo, creo que es una visión muy miope porque a la larga todo eso es irreversible y lo reprimible siempre termina siendo más popular", afirma.

Rebeca Fernández
EL UNIVERSAL


Sectarismo se combate con ingenio y entereza

Expertos recomiendan aislar y denunciar a los grupos violentos

Aunque la Biblia recomienda "poner la otra mejilla"al ser enfrentado por los intolerantes o los violentos, esta no es la única máxima que pueden observar quienes hayan sido o estén a punto de ser víctimas de estos grupos.

"Frente a tanta intolerancia lo que hay que hacer es seguir luchando y buscando fórmulas más ingeniosas, más inteligentes, de hacerle ver al resto de los venezolanos que este es un país donde tenemos derecho a estar todos, mayorías y minorías, conviviendo sanamente", dice Rafael Chavero, autor de El Reino de la Intolerancia.

Para Chavero, lo primero que deben hacer quienes hayan sido agredidos es denunciar a sus victimarios ante las instancias gubernamentales, independientemente de la efectividad del mecanismo. "Muchas veces la lucha política es larga y lenta, pero la perseverancia es lo que hace que las ideas predominen", afirma el abogado.

La especialista en Psicología Política, Mireya Lozada, reitera que se debe denunciar el incidente y agrega que tomar la justicia por las propias manos sólo promueve la violencia y expande la brecha entre los sectores confrontados. "Al responder con violencia para desactivarla, lo que se hace es incrementar este tipo de conductas", explica.

Lozada señala que para desarticular a quienes actúan con violencia, tanto la población como las autoridades deben aislarlos y no hacerse eco de sus acciones: ni jurídica ni verbal ni discursivamente. Ahora bien, si la acción pone en riesgo la vida de la persona la mejor recomendación es replegarse.

eL uNIVERSAL
http://www.eluniversal.com/2009/01/25/pol_art_sectarismo-se-combat_1238707.shtml

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