Estudiantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV), desplegaron una pancarta de más de 20 metros en el puente Salvador Allende en la autopista Francisco Fajardo, protestando por la recién aprobada y promulgada Ley Orgánica de Educación.
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Semana: “Casi todo lo que Chávez dijo es falso”
En el Palacio de Miraflores en Caracas, Hugo Chávez dijo que la guerrilla robó cinco lanzacohetes en un ataque a una base venezolana en 1995 y mostró algunas armas similares. Tres días después, durante una entrevista con Vicky Dávila no pudo explicar por qué eso ‘rockets’ terminaron en poder de las FarcDesde la terraza de la casa azul que aparece en la foto guerrilleros de las Farc atentaron contra el avión del presidente Álvaro Uribe el 21 de octubre de 2003. Los seriales de las armas, que son las que aparecen en los fotos, permitieron determinar que se trataba de lanzacohetes AT-4 vendidos por Suecia a Venezuela
Estos son los tres lanzacohetes AT-4 vendidos por Suecia al Ejército de Venezuela y que fueron encontrados por militares colombianos el pasado 7 de octubre en un campamento de las Farc en el departamento del Meta. Las armas estaban en poder de hombres de ‘Jhon 40’ , uno de los jefes guerrilleros más cercanos al ‘Mono Jojoy’
El 27 de julio pasado SEMANA reveló las pruebas de cómo llegaron tres lanzacohetes del Ejército venezolano a manos de las Farc y los vínculos de generales venezolanos en esa entrega de armas a la guerrilla
La revista Semana de Colombia hace un halago muy especial del presidente Hugo Chávez: “es difícil establecer si Hugo Chávez es un cínico o un mitómano”, con relación a las mentiras que le atribuye en el polémico tema de los lanzacohetes venezolanos que cayeron en manos de las Farc.
Lea el artículo de Semana:
Las mentiras de Chávez
SEMANA revela la verdadera historia de los lanzacohetes vendidos por Suecia a Venezuela que terminaron en manos de las Farc.
De Hugo Chávez se pueden decir muchas cosas, pero no se puede negar que es un genio de la comunicación y extraordinariamente carismático. En la cumbre de Unasur la semana pasada fue el protagonista. Su astucia, su calor humano y su chequera lo han convertido en el líder de la región.
Antes de la llegada de Chávez al escenario los jefes de Estado se referían los unos a los otros como “señor Presidente”. Hoy todos parecen una familia y las cumbres se han convertido en una reunión de primos que se llaman los unos a los otros por los nombres: Cristina, Rafael, Hugo, Evo.
Muchos de los primos son de izquierda y los que no lo son le tienen tanto cariño al primo mayor, que le siguen la corriente o, por lo menos, no lo contradicen. La oveja negra de esa familia es Álvaro Uribe Vélez, que es un ‘nerd’, juicioso, sin sentido del humor y que en lugar de la frescura y el carisma tropical de los otros, es más serio y tiene una posición ideológica antagónica de la de sus primos revolucionarios.
Lo que sorprende de esta descripción es que la preeminencia de Chávez se haya podido mantener después de la revelación de hechos gravísimos que en épocas anteriores lo habrían convertido en la oveja negra.
El ‘comandante’ es tan hábil, que ha logrado generar dudas sobre su complicidad con las Farc. Correa, Evo Morales y Daniel Ortega sin duda alguna le tienen simpatía y hasta solidaridad a esa organización guerrillera y no la consideran terrorista. Pero no tienen una complicidad tan evidente. Sus pecados pueden ser más por omisión que por acción, cosa que no ocurre en el caso de Chávez.
En su ofensiva mediática de la semana pasada, Chávez desplegó toda su brillantez como comunicador ante Vicky Dávila y posteriormente en La W radio y en El Tiempo. El objetivo principal de esas entrevistas era desvirtuar el tema de los lanzacohetes AT-4 que podían haber sido entregados por su gobierno a la guerrilla. Lo que es increíble es que casi todo lo que dijo sobre ese tema era falso.
Mentiras y cohetes
Uno de los primeros argumentos de Chávez presentado el pasado 5 de mayo durante una rueda de prensa en el Palacio de Miraflores era que los lanzacohetes encontrados en un campamento de las Farc el año pasado habían sido robados en 1995 por la guerrilla en ataque a una base de la infantería de marina venezolana en Cararabo, en el estado fronterizo de Apure. Sin embargo, tres días más tarde, durante la entrevista con Vicky Dávila, la periodista le hizo caer en la cuenta al mandatario de que el ataque al que se refería había sido efectuado por el ELN y no por las Farc. Chávez no pudo explicar por qué si quienes robaron los lanzacohetes eran guerrilleros del ELN, esos artefactos acabaron en poder de las Farc.
Otro de los argumentos que no cuadran en las explicaciones de Chávez tiene que ver con el número de lanzacohetes perdidos. El Presidente venezolano mostró a la prensa un documento con la relación de las armas robadas durante el ataque de 1995, entre las cuales, según él, estaban cinco rockets robados por la guerrilla. Esa afirmación tampoco es verdad. En algunos medios de comunicación venezolanos varios ex militares, políticos y funcionarios judiciales que hicieron la investigación por el ataque a la base en 1995 coinciden en afirmar que en ese lugar no había lanzacohetes. Uno de ellos fue el vicealmirante retirado de la armada venezolana Carlos Ramos, quien en declaraciones al diario El Nacional, de Caracas, afirmó que “en ese destacamento no había AT-4. Los irregulares se llevaron fusiles y municiones, pero no más. En esa clase de puesto militar, un armamento de ese tipo no es útil”. Lo mismo dijo el general venezolano Gonzalo García, quien fue uno de los primeros en llegar a la base atacada por el ELN hace 14 años: “Allí sólo se encontraron ametralladoras, fusiles y un lanzacohetes similar al AT-4 denominado Carl Gustav”. Al quedar claro que fue el ELN y no las Farc las que realizaron el ataque, y que no había lanzacohetes en el lugar, la versión de Chávez queda desvirtuada.
Pero estos no son los únicos argumentos que evidenciarían mentiras, ni los más comprometedores. Durante la rueda de prensa y en las diferentes entrevistas de Chávez en las últimas semanas, siempre afirmó que los lanzacohetes encontrados a las Farc eran unos artefactos obsoletos, inservibles y básicamente unos tubos viejos. Esto es otra falsedad. El 25 de septiembre del año pasado el ministro del Interior venezolano, Tareck El Aissami, convocó una rueda de prensa en Caracas en donde mostró un lanzacohetes AT-4, idéntico al encontrado a las Farc, con el cual supuestamente se iba a realizar un atentado contra el presidente Chávez. En ese momento, hace menos de un año, las autoridades venezolanas explicaron con lujo de detalles el gran poder destructivo y el alto peligro de ese tipo de lanzacohetes. Resulta curioso, por decir lo menos, que esos mismos rockets que fueron considerados por los propios venezolanos como muy efectivos cuando el supuesto atentado es contra Chávez, acaban siendo inservibles y chatarra cuando aparecen en manos de las Farc.
Además de esta contradicción del propio gobierno venezolano, desafía la lógica creer que una guerrilla experimentada como la de ‘Tirofijo’ y ‘Jojoy’ tenga a sus hombres cargando durante 14 años en la selva y al rayo del sol unos tubos inservibles.
Los otros ‘rockets’
Pero esto no es lo más grave. Hasta ahora Chávez ha asegurado que son cinco los lanzacohetes supuestamente robados en la base fluvial de Cararabo. Pero la realidad es que la cifra de estos artefactos en poder de las Farc que hasta ahora se ha encontrado por las autoridades colombianas es de siete (ver fotos). Y lo peor es que, aunque Chávez afirma que son obsoletos, esos lanzacohetes ya han sido utilizados por las Farc en territorio colombiano. Y lo más increíble es que uno de estos fue disparado ni más ni menos que contra el avión del presidente Álvaro Uribe.
Esto ocurrió el 21 de octubre de 2003, cuando guerrilleros de las Farc dispararon un rocket que cayó cerca de los hangares de la base militar de Catam en Bogotá, poco antes que aterrizara el avión con el presidente Uribe. La reacción de las autoridades impidió que un segundo artefacto fuera disparado desde una casa cerca de la pista, pero el lanzacohete fue incautado por las autoridades. Ese atentado fue registrado en su momento por los medios de comunicación, pero no se conoció inmediatamente el origen de las armas. Posteriormente, los números de serie de los artefactos decomisados fueron enviados a la Interpol y a la Agencia contra el Alcohol, Tabaco, Armas de fuego y Explosivos (ATF) de Estados Unidos para identificar su origen. Las investigaciones de las autoridades internacionales permitieron establecer que los que habían sido utilizados en el atentado contra Uribe eran AT-4 de fabricación sueca vendidos al Ejército de Venezuela.
En mayo de ese mismo año, 2003, las autoridades ya habían incautado en una vereda del Guamo, Tolima, otros dos lanzacohetes que estaban en poder de la columna Teófilo Forero. Los números de serie de esos rockets también fueron enviados a autoridades internacionales y también resultaron ser AT-4 pertenecientes al mismo lote del atentado contra el avión presidencial. Ese lote es el mismo de los tres lanzacohetes que dieron origen al conflicto actual entre Colombia y Venezuela.
Aunque en 2004 ya las autoridades colombianas sabían que esos primeros cuatro lanzacohetes habían sido vendidos por Suecia a Venezuela, en ese momento no había certeza sobre la forma como habían terminado en manos de las Farc, razón por la cual el gobierno nacional optó por guardar un prudente silencio. No obstante, en marzo del año pasado, después del bombardeo al campamento de ‘Raúl Reyes’, aparecieron comprometedores correos electrónicos hallados en su PC los cuales empezaron a dar preocupantes indicios sobre la entrega de armas por parte del gobierno de Chávez a la guerrilla.
Una de las comunicaciones más comprometedoras es del 4 de enero de 2007. ‘Iván Márquez’ le envió un correo electrónico a ‘Reyes’ y otros miembros del Secretariado en el cual les da un reporte con varios puntos. “Como estaba previsto, el 3 de enero me reuní con los generales (Cliver) Alcalá y (Hugo) Carvajal (ambos generales venezolanos), hablamos de tres aspectos del plan estratégico: finanzas, armas y política de fronteras. Nos van a hacer llegar la próxima semana 20 bazucas de gran potencia, según ellos, de las cuales 10 serían para Timo (Timochenko) y 10 para acá. Alcalá sugirió que fuera una cantidad mayor”. Pocos días después de esa comunicación, el 20 de enero de 2007, ‘Márquez’ envió un nuevo correo dirigido a ‘Tirofijo’ y al Secretariado. Allí les confirmó, entre otras cosas, que “los aparatos que hemos recibido con Timo son cohetes antitanque de 85 mm., dos tubos y 21 cargas. El amigo dice que tienen más de 1.000 cargas y que próximamente nos hará llegar otras más, así como algunos tubos”. ‘Márquez’ afirma en su comunicación que los venezolanos “de nuevo plantearon la posibilidad de aprovechar las compras de armas de Venezuela a Rusia para incluir unos contenedores con destino a Farc. Sin asentir ni negar dijeron que no debería ser de la misma característica del material que están importando”. En otras palabras, los generales de Chávez les ofrecieron a las Farc camuflar su armamento con el del gobierno venezolano.
Estos, entre muchos otros correos, alertaron a las autoridades colombianas sobre la posibilidad de que al menos dos de los generales más cercanos a Chávez estuvieran entregando armas a las Farc. Las alarmas se dispararon en octubre del año pasado cuando el Ejército encontró los tres lanzacohetes en el campamento de las Farc, los cuales coinciden con las características de los descritos en los correos de ‘Iván Márquez’. A mediados de este año, el gobierno de Suecia confirmó a Colombia que esos lanzacohetes habían sido vendidos al Ejército de Venezuela. Con esta verificación Colombia entregó en junio pasado al gobierno de Chávez la información y solicitó las explicaciones del caso. Lo mismo hizo el gobierno sueco sin obtener ninguna respuesta oficial por parte de Chávez, quien se ha limitado a dar entrevistas a medios de comunicación repletas de desinformación sobre el tema.
Como si todo lo anterior fuera poco, hace tres semanas el diario estadounidense The New York Times registró en un artículo publicado en la primera página cómo después de haber sido pillado en el computador de ‘Reyes’ entregándoles equipo militar a las Farc, el Presidente de Venezuela había seguido con la intención de armar a esa guerrilla. De acuerdo con lo revelado por ese diario, funcionarios de ese país “apoyaron en territorio venezolano a los miembros de la guerrilla en negociaciones de armas y les expidieron documentos de identidad para que se movieran de un sitio a otro”.
Dice el Times que la información revelada proviene “de un material de computador incautado a los rebeldes hace algunos meses y que está siendo analizado por agencias de inteligencia occidentales”. El prestigioso diario afirma que tuvo acceso a comunicaciones entre miembros del Secretariado, entre ellos un mensaje de ‘Iván Márquez’ en el que se “describe el plan de las Farc de comprar en Venezuela misiles tierra-aire, rifles para francotiradores, y radios”.
El artículo de Times afirma que la negociación, tal como escribió ‘Márquez’, contaba con la ayuda del entonces director de la Policía de Inteligencia venezolana, el general Henry Rangel Silva. Otro alto funcionario venezolano que supo de la compra de armas que se pensaba llevar a cabo, según el diario, “cerca del Río Negro en el estado de Amazonas”, era el ex ministro del Interior venezolano Ramón Rodríguez Chacín.
Es totalmente escandaloso que un ex ministro de Chávez, su jefe de inteligencia y dos de sus más cercanos generales estén comprometidos en el proyecto de armar a la guerrilla colombiana. Pero tal vez más desconcertante es que con un acervo probatorio de esa magnitud, se haya logrado confundir a la opinión internacional.
Es difícil establecer si Hugo Chávez es un cínico o un mitómano. Cínico es el que miente con tal convicción que no se le nota. Mitómano es que el que se cree sus propias mentiras. Sea cual sea el rasgo dominante de su personalidad, lo que es increíble es que los que están en el banquillo en este momento son Álvaro Uribe y Colombia.
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