En su columna de hoy, Pablo Aure recuerda los hechos ocurridos en Venezuela el 11 de abril de 2002 y sostiene que mientras Chávez y sus seguidores parecen no tener memoria, “Lucas (Rincón) y el Alto Mando militar vieron a un solo culpable: Hugo Chávez Frías”.
Esta es su columna completa:
Luego de haber dejado los encargos de ordenar encarcelar a su compadre el general en jefe (r) Raúl Isaías Baduel y de condenar a treinta años de presidio a los comisarios de la Policía Metropolitana, Hugo Chávez regresa al país.
Dos semanas duró su periplo vacacional por el continente asiático. Antes de llegar a Venezuela pasó por Cuba comunicándose con el canal del Estado y dijo lo siguiente: “…es cínico que aún culpen a los pistoleros de puente Llaguno por las 19 personas fallecidas en los sucesos del 11 de abril de 2002…”. ¡Qué cosas tiene el Comandante! Dibuja en los sectores disidentes exactamente las mismas características que les son propias a los funcionarios de este régimen, comenzando por él.
La pregunta que jamás el pueblo deberá dejarse de hacer es la siguiente: ¿a quién se sindicó, por el alto mando militar, la responsabilidad de los lamentables hechos del 11 de abril de 2002? ¿Quiénes, además de la gente que marchó durante varios días, fueron los que solicitaron la renuncia de Hugo Chávez Frías?
Recordemos aquellas frases lapidarias pronunciadas en la madrugada del 12 de abril del 2002 por el general en jefe Lucas Rincón: “Deplora el Alto Mando Militar los lamentables hechos sucedidos en la capital el día de ayer; ante tales hechos se le solicitó al Presidente de la República la renuncia de su cargo, la cual aceptó”.
O sea, hay una relación de causalidad entre la actuación del Presidente y los hechos acaecidos, según la cual la responsabilidad recayó, según Lucas y el alto mando militar, en su persona. Para la época, ni Lucas Rincón ni nadie vio a la PM como responsable, ni tampoco a los medios de comunicación. Lucas y el Alto Mando militar vieron a un solo culpable: Hugo Chávez Frías.
Las líneas de Chávez y sus pistoleros
Ayer en el diario Ultimas Noticias se publicó la columna del Presidente de la República, quien refiriéndose a la bestial sentencia de la juez Maryori Calderón que condenó a los policías metropolitanos, escribe: “La justicia ha procesado a autores materiales, directos, y otros más cercanos a la planificación, pero todavía la justicia no ha tocado la puerta de los autores intelectuales, aquellos que planificaron, provocaron y dirigieron, en armónico concierto con funcionarios de la embajada de Estados Unidos, la masacre y criminalización de las víctimas de Puente Llaguno y los días subsiguientes”.
En la misma onda se pronunció uno de los más reconocidos pistoleros de Puente Llaguno, me refiero a Richard Peñalver, señalando con la mayor procacidad que “la sentencia contra los comisarios y los policías metropolitanos les da la razón y reafirma su inocencia”. Asimismo, enfatizó que hace siete años dispararon contra la Policía Metropoiltana para defenderse.
Tristemente, podemos observar cómo el pasar del tiempo nos aleja cada día más de la verdad, pues ya en manos de los perpetradores la ejecución de la “justicia”, se ha tomado otro paso para desvirtuar los hechos y cambiar en la conciencia colectiva los recuerdos de aquel aciago día.
Es de imaginarse que si el Khmer Rouge en Camboya hubiera perdurado en el tiempo, sus masacres hubieran sido ocultadas bajo un grueso manto de mentiras, y de haber prevalecido el nazismo, es probable que se hablara hoy en día de cómo la Gestapo disparó en defensa propia contra los judíos.
Tenemos con qué
Me uno a los que piensan que a pesar de todo todavía podemos salir de este atolladero. Sólo necesitamos unir esfuerzos. Tenemos instituciones a las cuales esta maligna revolución no ha logrado someter: las universidades, las corporaciones profesionales, los sindicatos, la Iglesia, partidos políticos democráticos, Globovisión, algunas radioemisoras, innumerables medios impresos, madres y padres de familia que desean un mejor futuro para sus hijos y pare usted de contar; pero eso sí: si nos unimos seremos fuertes. De lo contrario nuestra lucha será tenue. Sin egoísmo y sin personalismo podemos lograrlo. Recuerden: de lo contrario, nadie se salvará.
Mentes envenenadas
Por Dios ¿cómo pueden existir todavía en Venezuela personas que crean en este perverso gobierno? Preocupante es el poder de la maquinaria propagandística del Gobierno, que mantiene como dóciles seguidores a quienes, sin exposición a la misma, hace mucho hubieran caído en cuenta de la verdadera y nefasta naturaleza de este Gobierno.
Desde luego, en este bandidaje dizque revolucionario también hay, en forma mayoritaria, malandros que acompañan al régimen, que no están convencidos ni manipulados: son bandidos a los que en algún momento la verdadera justicia los alcanzará.
Ahora bien, así como nos preocupa a los ciudadanos de bien que acompañan al régimen, quizás en mayor proporción me intranquiliza el comportamiento pasivo de las personas que en privado dicen que no hay justicia, que no hay Estado de Derecho, que no hay democracia, que la corrupción en este Gobierno es el pan de cada día, que los militares que están en puestos de comando dan vergüenza y en fin hablan en privado todo lo que ya sabemos pero en público ni abren la boca.
Esas personas posiblemente piensan que las injusticias, las infamias, las inmoralidades, las ilegalidades o los desafueros nunca les tocarán las puertas de sus casas. Se equivocan, aquí nadie se salvará. Esa actitud egoísta de buena parte del pueblo venezolano de no protestar ante el dolor ajeno es la que hace que Chávez y sus aliados hagan y deshagan. La pasividad del pueblo ha permitido que se nos arrebate la democracia.
El verdadero culpable
Pablo Aure
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