Isaías Rodríguez es un personaje harto conocido, no hace falta explicar quién es. Hoy está en el ojo del huracán, gracias a la delación de uno de los fiscales que utilizó para tejer intrigas contra un grupo de inocentes venezolanos, a quienes imputó y privó de libertad, por el abominable crimen del fiscal Danilo Anderson.
La magnitud de los embustes de Isaías, sus manipulaciones, truculencias y persecuciones infundirá en su biografía un aura de inolvidable recuerdo para quienes abrigaban la esperanza de que la revolución le daría al país y a sus instituciones una época de transparencia política y moral pública, liberada de tramposos y ambiciosos amparados por la sombra del poder.
No será fácil olvidar la obra cumbre de Isaías: el montaje del testigo estrella, Giovanny Vásquez de Armas, un falso psiquiatra con amplio prontuario en Colombia (reclutado por Gilberto Landaeta, uno de sus fiscales, quien renunció bajo el argumento de que vivía en Vargas y le era difícil subir a Caracas por la trocha, cuando la verdad es que tuvo que salir del Ministerio Público cuando los medios mostraron las cédulas correlativas del testigo estrella y del fiscal Landaeta, expedidas por la DIEX en Vargas, comprobando que eran compañeros de colegio), un testigo chimbo al que Isaías le concedió total credibilidad y que le pesará hasta el fin de sus días, como “un morral de mancuernas atado a su espalda”, para decirlo con sus imposibles metáforas llenas de patetismo y ridiculez.
Ahora reaparece como un espectro vergonzoso que viene a castigar nuestra memoria, que se sobrecogía viendo cómo atentaba desde tan alta institución contra la honorabilidad de distintos protagonistas de la vida pública, tan solo por disentir. Curioso caso el de Isaías Rodríguez, que después de incriminar a discreción es señalado y delatado por sus más estrechos colaboradores.
Tic tac
Cristo viene: se enfrentan por razones religiosas el comandante general del Ejército, general de división Carlos Mata Figueroa, y el ministro de la Defensa, Gustavo Rangel Briceño. El ministro, declarado evangélico pentecostal, pretende eliminar las misas que se ofician los viernes a las 8:00 am y sacar a los curas. Es tal su devoción que a las salidas de los ascensores, en el Ministerio de la Defensa, se exhiben afiches con consignas religiosas que rezan: “Dios te ama”, “Dios te bendice”. ¿Será a manera de protección contra las supuestas amenazas del imperio?
Entre choros te veas: fueron decomisados un yate y dos lanchas de competencia acuáticas, anclados en Tucacas, al teniente coronel (Ej.) Héctor Medina Marval, ex ayudante del general Baduel; lo grave es que los funcionarios de la DIM, que practicaron los allanamientos, sustrajeron relojes Bulgari, Mont Blanc, dos cajas de whisky Royal Salute, además de otras menudencias.
Angustia: el director de la escuela Simón Candiales en el Junco, municipio Cárdenas del estado Táchira, quiere imponer horario de 8 horas a los niños de primaria, bajo la promesa de darles desayuno y almuerzo, pero esa entidad escolar no cumple ni con la merienda. Además, adolece de la infraestructura necesaria para atender a 60 niños en una misma aula. Los baños dan grima, no hay aire ni ventiladores. Los disgustados padres y representantes se preguntan si así piensan forjar al hombre nuevo de la revolución bonita.
Pase de armas: en el batallón de Infantería Simón Bolívar en Fuerte Tiuna se repiten los episodios de acoso sexual. Valiéndose de su poder, un mayor estaría pasando por las armas a las soldadas de esa unidad. El comandante no se da por enterado.
Marianella Salazar
“El Nacional”
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