lunes, 28 de abril de 2008
Regreso a la república de los simios
En un país donde Adina Bastida ha sido vicepresidenta, Isaías Rodríguez fiscal general y Aristóbulo Istúriz y Adán Chávez ministros de educación. En un país donde el presidente se parece cada día más a Adí Amín y el ministro del petróleo es importador de caraotas negras. En un país donde el ministro del trabajo juega con su plancha en público, el canciller es un chofer de autobús y Arias Cárdenas es embajador.
En un país donde todo esto es posible, puede extrañarnos que el ministro de la defensa y general en jefe, Gustavo Rangel Briceño, se haya convertido en una nueva especie de gorila?
Aunque se parezca morfologicamente al resto de los gorilas (Gorila gorila) la nueva especie, el Rangelus bananensis, muestra algunas características especiales. Para comenzar, habla. Se sospechaba hace mucho tiempo que los gorilas podían hablar pero preferían no hacerlo para no tener que pagar impuestos. En un ambiente propicio, libre de impuestos y rodeado de animales, esta nueva especie simiesca ha decidido hablar.
Hace unos días dijo, por ejemplo, que “el poder militar es una herramienta de la política”, una declaración de conmovedora candidez. El poder militar, nos dice este ejemplo de calle ciega evolutiva, no es una herramienta de defensa contra los enemigos externos y el garante de las instituciones. Olvídense de eso. El poder militar es pa’ mandá, guón, ruge el antropoide batiéndose el pecho.
Por supuesto esta primera declaración del cuadrúmano lleva inevitablemente a la segunda: “No acepto esa visión cobarde que rehuye de las responsabilidades reales… los institucionalistas son unos burros que se niegan a aceptar la realidad”. Desde su resbaladero, situado en Fuerte Tiuna, el nuevo especímen de primate nos explica que la verdadera institucionalidad consiste, precisamente, en la negación de la institucionalidad. “Hoy tenemos una oportunidad y es política”.
Uno se pregunta, oportunidad para qué? Y el simio responde: la oportunidad de alzarse con el poder total, a fin de disfrutar de todas las bananas. Ahora tenemos claro por qué se les pide a los países del Caribe pagar el petróleo venezolano con bananas.
El Rangelus bananensis se arranca unos piojos, antes de continuar con sus declaraciones: “Quienes no estén de acuerdo.. que se vayan… no entienden lo que está pasando”.
Pero, al decir esto, el Rangelus bananensis se equivoca. Los venezolanos si entendemos que la llamada revolución no era para sacar a los venezolanos de la pobreza sino para convertirlos en una legión de limosneros. No era para elevar la dignidad del servidor público sino para crear un zoológico de la corrupción. No era para usar el dinero petrolero en el país sino para regalarlo a los amigotes del simio mayor quien, por cierto, ha felicitado al nuevo especímen por su discurso.
Como vamos a reaccionar? Nos alzamos como seres humanos dignos para expulsar a los simios del poder, o nos resignamos a convertirnos en los cachifos de la república de los simios? Ya hay muchos oposicionistas de opereta dando saltitos en búsqueda de cambures.
El silencio de la Venezuela digna es ensordecedor. Quienes racionalizan el silencio dicen que callan “para no caer en provocaciones”. Lo mismito que recomendaba Neville Chamberlain frente a Hitler. Cuando llegará nuestro Winston Churchill?
Por Gustavo Coronel
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=372326
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