¿Quiénes son los delincuentes?

Con la misma desfachatez con que se quitó la prótesis dental en una sesión de la Asamblea Nacional, el ministro del Trabajo, Roberto Hernández, declaró que los 23.000 trabajadores despedidos ilegalmente de PDVSA somos unos delincuentes.

Evidentemente para un totalitarista el derecho a la huelga no existe. Si aplicamos la tesis del vulgar ministro, delincuentes son los ferrocarrileros franceses y los camioneros españoles que frecuentemente se declaran en huelga. También los empleados de aviación estadounidenses y los agricultores argentinos. Ni qué decir de los trabajadores italianos, que hasta los vendedores de helados acuden a ese democrático método de protesta y de presión.

¿Quiénes son los delincuentes, los trabajadores que nos sumamos a una huelga convocada por todos los partidos políticos de la oposición, por la Confederación de Trabajadores de Venezuela y por Fedecámaras para exigir adelanto de las elecciones y constitución de la Comisión de la Verdad para averiguar los asesinatos del 11 de abril o quienes constantemente violan los derechos humanos y la Constitución? ¿Quiénes son los delincuentes, los habitantes de Los Semerucos o los chacales del Destacamento 44 de la Guardia Nacional que de madrugada sacaron de sus camas a niños y ancianos con bombas lacrimógenas y disparos de perdigones?

¿Quiénes son los delincuentes, los trabajadores que por razones políticas tienen prohibición de trabajar en empresas relacionadas con el Estado o los diferentes ministros que han ocupado el despacho del Trabajo y han avalado esta violación de un derecho humano fundamental? ¿Quiénes son los delincuentes, los trabajadores a los que se les han confiscado sus ahorros y prestaciones y negado la jubilación como derecho adquirido o los ministros del Trabajo que han permitido estos atropellos?

¿Quiénes son los delincuentes, los trabajadores que en defensa de sus legítimos derechos han acudido a la Organización Internacional del Trabajo o los ministros que han desconocido la representación de la CTV ante ese organismo y designado a dedo unos títeres que no representan los intereses de los trabajadores? Estamos ante un régimen totalitario cuyos jerarcas se expresan en público con groserías e insultos, se hurgan la nariz, eructan y juegan con su plancha, todo lo cual rechazamos. Los venezolanos no podemos seguir tolerando las violaciones a la Constitución. Tampoco las vulgaridades, ni las descalificaciones por pensar diferente. Los demócratas no somos los delincuentes.

Eddie A. Ramirez S.
El Universal
http://opinion.eluniversal.com/2008/06/24/opi_673_art_quienes-son-los-del_24A1714079.shtml