Barrio El 70 de El Cementerio sufre la lucha entre hampones
Algunos habitantes del barrio El 70 de la parroquia El Valle, antes de entrar a la Casa de Alimentación, se santiguan, porque a las puertas del destartalado rancho se cometió un acto de salvajismo. Allí fue linchado "el Padrino".
Los vecinos aseguran que desde entonces no se han reportado delitos en la zona, aunque la sensación de inseguridad no cesa. Temen que en cualquier momento retornen los "apadrinados" del fallecido antisocial.
La Policía Metropolitana no ha podido precisar en cuántos crímenes participó el delincuente. En el barrio tampoco le llevaban su récord personal aunque algunos le atribuyen "un canasto" repleto.
Hoy le harán una misa de recordatorio a su última víctima, Irma Inés Reyes, de 35 años, fue estrangulada y violada dentro de su vivienda. Durante el sepelio los vecinos decidieron poner fin a su martirio.
La Policía Metropolitana envió comisiones, pero al llegar se percataron que ya habían descuartizado al antisocial.
Los detectives del Cicpc intentaron realizar indagaciones y preguntaron quién mató "al Padrino" y los vecinos se refugiaron en la clásica obra de Lope de Vega. Dijeron "Fuenteovejuna, señor".
Ordenaron recoger los restos que yacían en el sector "El Achante". Así le llaman a ese lugar porque los lugareños deben realizar una parada obligatoria para descansar y reponer energías. Debido a la altura, el frío es tan inclemente como la delincuencia. Desde allí se divisa la cara norte y sur de Caracas. Los creyentes dicen que deben caminar agachados y en silencio para guarecerse de las balas. En el barrio cuentan que "el Padrino" abandonó su tienda luego de asesinar a un delincuente que resultó ser un adlátere de "Mamadeo", el caudillo de los más siniestros antisociales del sur de la ciudad. Por ello decidió refugiarse en la calle 14 hasta que su rival se calmara. Al regresar y pretender retomar sus dominios fue atrapado por sus víctimas y lo arrastraron por calles y escaleras.
Dos de los discípulos de "el Padrino" se marcharon del barrio. La noche del linchamiento huyeron por los callejones con sus macundales al hombro. En los últimos días han visto al "Mantequilla" y "Ton" en el Centro Comercial El Valle. Ninguno se atreve a regresar. "El Padrino" obtuvo su apodo porque se convirtió en santero y convenció a sus seguidores a que lo acompañaran en la religión. Por ello a los otros dos delincuentes los conocen como sus "ahijados".
En el barrio los lugareños para llegar sanos y salvos hasta "La baranda", donde se estacionan los rústicos de la línea Encomiendas El Valle, acostumbran despertar en la madrugada y partir acompañados. Sin embargo, los delincuentes los asaltan y los despojan de las viandas donde llevan sus almuerzos. Una vez que abordan las unidades tampoco se libran de su angustia.
En las curvas, donde los autos frenan para esquivar las cataratas de aguas negras los acechan otros antisociales que dan sus primeros pasitos de sus respectivas carreras delictivas. Pretenden sustituir al "Padrino" quien dejó un legado y una herencia perversa en el sector El 70 de El Cementerio.
El Universal
http://caracas.eluniversal.com/2008/06/08/sucgc_art_barrio-el-70-de-el-c_890770.shtml
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