Como aquel 27 de febrero, los chavistas saquearon alcaldías y gobernaciones ¡Uh! ¡Ah!
El líder cósmico ha dicho muchísimas veces que la revolución chavista comenzó el 27 de febrero de 1987. ¡Qué manera de comenzar! Entre saqueos, asaltos, atracos y muertos. Muchos muertos. Y eso, claro está, llena de orgullo y extraña emoción al futuro presidente continuo y eterno del país donde nació, creció, se desarrolla y, lamentablemente, morirá el socialismo del siglo XXI.
Y esa muerte anunciada está cerca. Ni el mismo jefe lo puede ocultar. La revolución depende, paradójicamente, del éxito del capitalismo salvaje y neoliberal. Es decir, sin carros y camionetotas rodando en los países ricos, no hay plata petrolera para mantener a los comunistas de Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia y menos a los chuletones cubanos. Tampoco queda nada para los jalamecates del Caribe, Centroamérica y Sudamérica.
De allí el carrerón histérico hacia el referendo, hacia la reelección y hacia el reinado dictatorial. Ese pragmatismo inmoral apunta a voten por mí ahorita porque después, con toda seguridad no lo harán más nunca. Pero será tarde. Mi comandante, desde hace rato dueño del país, quiere extender el usufructo de la propiedad hasta que la bronquitis crónica lo permita. Y en eso andan. Jefe, adulantes y amanuenses varios unificaron el discurso. El reinado es constitucional, es legal, es justo y necesario. Es lo mejor para todos. Él, lo mejor para nuestro futuro y el de los jóvenes. Palabra de Dios.
Pero, como va pintando esto, el líder intergaláctico, va a recibir otra dosis de victoria pírrica en la fecha que sea. Febrero o marzo. No importa. Así que prepárense para la rueda de prensa con los militares. Esta vez la grisapa será peor que aquella de la victoria de m...
Y mientras tanto, habrá que ayudar al chavismo en la aplicación de la Misión 27 de febrero. Saqueo, pero con orden. Ejercen la macrocorrupción, se raspan hasta el último dólar en maletines, cobran cualquier comisión que les pase por delante y, últimamente, le meten al raterismo en alcaldías y gobernaciones. Sólo imagínense lo que podría pasar si el líder único tiene que irse de Miraflores. Ahí no quedaría ni la morrocoya aquella.
No está de más una guía para el chavismo en miserable huida. Lo que todo revolucionario debe hacer por la patria. Llevarse de los despachos sillas, computadoras, cables, bombillos, las fotos de Chávez, las fotos de Fidel. Sacar el efectivo de las gavetas, llevarse el jabón y el papel de los baños, romper los pisos, quemar alfombras y cortinas, escupir chimó en las hornillas de la cocina. Robarse los carros, motos y camionetas. Desvalijar oficinas. Dañar persianas y ventanas. Traspasar hasta el último bolívar a algún compatriota solidario que maneje una comuna o una cooperativa. Robarse sin pena hasta el sueldo de los médicos cubanos.
Misión 27 de febrero o Misión saqueo. Así... así es que se gobierna.
Elides J. Rojas L.
El Universal
http://www.eluniversal.com/2008/12/17/opi_art_el-raterismo-del-sig_1187273.shtml
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