Atrapado en balacera cayó activista de consejo comunal
Hasta la mañana de ayer, había un ingreso total de 482 cadáveres a Bello Monte
La balacera comenzó de pronto y fue tan cerrada y rápida, que al hombre de 47 años no le dio tiempo de guarecerse ni de apurar el paso y mucho menos de ubicar desde dónde y para dónde iban aquellas balas. Sólo alcanzó a caer empujado por un proyectil que entró directo al cuello y le perforó la aorta.
Henry Barrios, el hombre de 47 años, recién había salido de su casa. Un amigo lo había llamado para encontrarse. Henry le dijo que luego de que terminara de comer saldría; y así fue. A las 6:45 de la tarde del viernes y justo después de comer salió de su casa, ubicada en el sector 4, Las Casitas, en la UD-3 de Caricuao, cerca de la jefatura civil. Cuando bajaba las escaleras empezó el tiroteo y a los pocos segundos cayó malherido. Justo en ese momento, pasó a formar parte de las 22 personas que perdieron la vida a tiros de viernes para sábado en Caracas y de los 482 que, por distintas causas, ingresaron a la morgue de Bello Monte durante diciembre.
Sus amigos, los que compungidos esperaban pacientemente en la morgue de Bello Monte este sábado a que entregaran el cuerpo de Henry, dijeron que su muerte fue instantánea.
Cuando los vecinos se enteraron de la muerte de Henry salieron a buscar a los funcionarios de la Guardia Nacional y de la Policía Metropolitana para que entre todos dieran con los homicidas. Y es que Henry era de los más queridos de su barrio porque siempre estuvo a la disposición de sus vecinos como albañil, pintor y en los últimos años como activista en un consejo comunal.
En la razzia que hizo la comunidad, junto a la policía y a los militares, lograron detener a tres adolescentes. Según lo que corría por el barrio, dijo José Figueroa (amigo, compadre y vecino de toda una vida) al parecer en el Cicpc de la zona, los dejaron libres luego de que los policías los dejaran allí. "Caricuao está perdida como toda Venezuela", dijo Figueroa.
Ambos se resistieron al robo
A la 1:30 de la tarde del viernes, fueron asesinados Víctor Gustavo Cañizález Galvis, de 20 años y Raidi de la Cruz, de 18 años. Ambos, según explicó Ismael Cañizález, tío de Víctor, salían a esa hora de sus casas en el sector Zamora de El Valle, rumbo a una cancha de básquet cercana para jugar. En el camino los interceptó un grupo de maleantes, que luego de rodearlos y apuntarlos con las armas que cada uno tenía empuñada, le ordenaron entregar todo lo que de valor tuvieran consigo, pero al parecer ellos se resistieron, y los maleantes los mataron y luego los robaron.
Los dos eran jóvenes sanos. Raidi estudiaba bachillerato. Víctor trabajaba con su mamá en un comedor popular que funciona en El Valle.
Como Raidi, Víctor y Henry cayeron otros 22 caraqueños desde las 8:00 am del viernes hasta la misma hora del sábado, según indicaron extraoficialmente fuentes del Cicpc.
"Ellos son unas víctimas más", dijo Luis Carranza, tío de Raidi. Y ciertamente lo fueron cuando llegaron a la medicatura forense y en la muñeca derecha les amarraron una etiqueta con el número que dentro de la sala de autopsias los identificaría. Allí ya no tienen nombre. Ellos fueron parte de los 482 que hasta ayer habían entrado a la morgue en todo diciembre.
Se espera, según indicaron funcionarios del Cicpc, que el mes cierre con más de 550 ingresos a la medicatura. Y es que falta la semana más violenta, la última del año.
Y es que en diciembre se reporta el número de ingresos más alto de la medicatura.
En promedio, de enero a noviembre, se cierra con 460 ingresos, diciembre lo sobrepasa, "siendo conservadores" en 100 por lo menos.
María Isoliett Iglesias
EL UNIVERSAL
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