El currículo se fundamente en la idea de transformar la sociedad. El proyecto elimina el papel de la Iglesia como agente socializador, y parte de la idea de que Venezuela es pluricultural. El Sistema Educativo Bolivariano (SEB) está enmarcado en el proceso de “transición hacia el Socialismo del Siglo XXI”. Los procesos de enseñanza y aprendizaje estarán acordes “con las necesidades e intereses de la nueva sociedad revolucionaria” y con él se pretende refundar la República.
El currículo está guiado por las ideas de Simón Rodríguez, Simón Bolívar, Ezequiel Zamora y por pedagogos como Luis Beltrán Prieto Figueroa y Belén Sanjuán. Está fundamentado "en las raíces de nuestra identidad, responsable de la formación de la conciencia ciudadana desde el enfoque humanista-social y emancipador, para lograr la participación y el compromiso de todos y todas los actores y actrices involucrados en el proceso educativo hacia la formación integral del nuevo (a) republicano (a)".
El currículo básico nacional que se elaboró en 1997 tenía un principio claro: "Promover el pleno desarrollo de la personalidad de los ciudadanos, tanto en su sentido individual como social, para que sean capaces de convivir en una sociedad pluralista".
El anterior formaba a los venezolanos para responder a la revolución tecnológica y les sembraba valores que los convertirían en ciudadanos, que generaran cambios, con creatividad y capacidad de solucionar problemas.
Ahora el documento Sistema Educativo Bolivariano, que se filtró desde el Ministerio de Educación a los medios, exponen intenciones que preocupan a los analistas.
Nancy de Marín, educadora que escribió los fundamentos del anterior currículo de educación básica, luego de conocer la propuesta aseveró: "La nueva educación va a tener un corte político y el pueblo va a perder la libertad porque va a pensar lo que quiere que piensen. Sus cimientos son muy débiles".
Otro investigador de la educación, que prefi rió no ser identificado y que ha leído el proyecto, expresó: "Los nuevos fundamentos no mencionan el proceso de educación para la vida, sino que están centrados en la formación de un republicano que sea capaz de transformar la sociedad. Por eso, el cambio está dado por los términos políticos y está centrado en el amor y respeto a la Patria".
A continuación, una comparación, punto a punto, de los diferentes basamentos.
Legal. La reforma anterior estaba basada en la Constitución de 1960 y en la Ley Orgánica de Educación de 1980. Enfatizaba el respeto a los derechos del niño, así como "el fortalecimiento de la conducta democrática y educar por la vida".
El documento actual, al estar fundamentado en la Constitución de 1999, destaca en su marco legal el reconocimiento de los pueblos indígenas y de los afrodescendientes, así como un nuevo objetivo: "La refundación de la República y el establecimiento de una sociedad democrática, participativa, protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de derecho y de justicia que consolida los valores de la libertad, solidaridad, democracia, la responsabilidad social y la preeminencia de los derechos humanos".
Filosófi ca. Es quizá el punto que más cambia en el nuevo currículo. Mientras el anterior recalca que el modelo privilegia el contenido social y los valores éticos y morales, la nueva fi losofía está centrada en una idea específi ca de Simón Bolívar, en cuanto a la educación como "instrumento para el ejercicio de los derechos políticos de los ciudadanos".
Reivindica los sentidos de identidad, pertenencia, soberanía y libertad, al tiempo que hace énfasis en la integración latinoamericana, los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos, así como la interculturalidad.
En el SEB la formación se aborda desde el humanismo social, lo cual preocupa a Nancy de Marín, pues al estar relacionado con Karl Marx lo considera "una declaratoria política".
Sociológica. Queda claro el cambio que ha dado la visión de la sociedad por parte de los gobiernos. En el currículo de 1997 se hablaba del desarrollo que traían el sistema capitalista y la globalización, de los avances tecnológicos, de la competitividad y de la obligación de construir la Sociedad del Conocimiento. Asimismo, redefi nía la relación del sistema educativo con la familia, los medios y la Iglesia.
En este aspecto, la nueva propuesta indica que la personalidad se forma asociada con "las fuerzas motrices del funcionamiento de la sociedad", pero no menciona ni a la familia, ni a los medios ni a la Iglesia. En ella se destaca más bien el "carácter multiétnico y pluricultural" del país.
Hacen referencia a las ideas de Luis Beltrán Prieto Figueroa, Emile Durkheim, Juan Tedesco y Fabelo Corzo, pero todos fueron inspiradores de la reforma anterior.
Psicológica. "La tarea fundamental del SEB, desde el punto de vista psicológico, reside precisamente en transformar los valores existentes en la sociedad en valores individuales que el sujeto trate de alcanzar, actuando en correspondencia con las exigencias de ésta; a partir del reconocimiento y estímulo al que se educa, contrario a los castigos corporales, al decir de Simón Bolívar", establece el proyecto de reforma curricular.
Para Marín, constituyen "palabras vacías, un boom propagandístico engañoso", pues pareciera estar basada en una realidad en la que los docentes reprendieran físicamente a sus alumnos, lo cual no ocurre.
El resto de la propuesta es común con la anterior: actividades ricas en contenido afectivo y emocional, así como los aportes de Lev Semionovich Vygotsky y Jean Piaget.
Pedagógica. El fi n último de la educación era "la promoción del desarrollo humano", para lo cual se establecían interacciones entre docentes, alumnos, familia y comunidad.
Ahora la prioridad es "la formación de un nuevo republicano en la Venezuela del siglo XXI", y se considera fundamental la consideración de la pedagogía de los pueblos indígenas.
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