Con las manos sobándose el vientre, el rostro contraído de dolor y angustia, caminando despacito, de un lado a otro, Irsis Mendoza aguardaba ayer en la mañana que la admitieran en la Maternidad Concepción Palacios.
A la espera del nacimiento de su segundo hijo, a la joven de 19 años le comenzaron los dolores el pasado sábado, por lo que, desde su vivienda ubicada en Mamera, su esposo la llevó al hospital Pérez Carreño, donde permaneció desde las 6 pm hasta las 4 am de ayer domingo, cuando le dijeron que se fuera a la Concepción Palacios porque allí no la podían atender.
En la Maternidad la revisaron y le dijeron que ameritaba cesárea. No le dijeron si la iban a ingresar o no, sólo que saliera y caminara. A las 10:30 am seguía caminando de un lado a otro, los dolores se habían acentuando y había botado líquido, pero seguía esperando una respuesta.
Familiares de otras parturientas que aguardaban a las afueras de la emergencia dijeron que durante toda la noche y hasta cerca de las 10 am de ayer estaban remitiendo a las parturientas a otros centros porque “no hay anestesiólogo, no hay neonatólogo o no hay médico que las atienda”.
“Las que están llegando no las devuelven para que los periodistas crean que todo está bien, pero no es así. A una muchacha que la sacaron anoche de aquí, recorrió el Pérez Carreño, Los Magallanes y el Materno Infantil de Caricuao y la regresaron, pero de aquí la devolvieron al Pérez Carreño porque era cesárea y no había anestesiólogo”.
La joven procedía de Santa Teresa del Tuy y sus acompañantes habían gastado el dinero que tenían en taxis.
A una parturienta la atendieron, tras ser “ruleteada” por todos los centros maternos de Caracas, “porque un medico del Pérez Carreño se apiadó de ella y le pidió al favor a una colega de la Maternidad, pero al llegar acá, la jefa de sala de parto se quiso comer a la doctora porque no había incubadora y quiso sacarla, pero la doctora no se lo permitió”.
“Algo tan bello como es traer un hijo al mundo, se convierte en una pesadilla, no sólo por el víacrucis que deben pasar las pacientes, sino también por los maltratos de los trabajadores, empezando por los porteros. No se les puede preguntar nada, porque lo que hacen es gritar a las parturientas y a los familiares”, señaló la señora Rosa Contreras.
1 comentario:
Estas escenas, que no son show mediático, quizás sean lo que acabe con el gobierno del tirano de Miraflores. Qué venezolano puede ver a estas pobres mujeres sufriendo los dolores de parto sin que las atiendan? No hay médicos, no hay ambulancias, (hay 170 nuevas en Bolivia), y estas pobres señoras caminando en el patio bajo el sol. Cuándo, Dios mío, se va a despertar el país? No hay justificación para los abusos de Hugo Chávez y la cuerda de golpistas ladrones que lo apoyan.
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