lunes, 4 de febrero de 2008
La ''burbuja petrolera'' venezolana podría estallar
Los precios del petróleo están en niveles récord y las ventas de PDVSA alcanzaron $101,000 millones en el 2006, convirtiéndola en la mayor empresa de Latinoamérica. La economía venezolana creció casi 20 por ciento en los últimos dos años.
La ola petrolera ha generado un auge de consumismo quizás sin paralelo en la historia del país y permitido a Chávez declarar una reducción del 25 por ciento en la tasa de pobreza, así como prometer unos $8,000 millones en asistencia económica en el 2007 para exportar su visión del llamado socialismo del siglo XXI a otros países de América Latina.
Esa revolución petrolera lo ha hecho popular entre los pobres de Venezuela y sumamente impopular entre muchos otros, y ha fortalecido su postura de líder de la izquierda latinoamericana desde Bolivia hasta Nicaragua.
Pero la buena fortuna de PDVSA esconde profundos problemas que podrían afectar la meta de Chávez de mantenerse en el poder indefinidamente y utilizar la petrodiplomacia para forjar un bloque de naciones ''antiimperialistas'' para oponerse a la influencia de Estados Unidos en Latinoamérica y el Caribe.
Entrevistas de The Miami Herald con docenas de expertos en petróleo, venezolanos y de otros países ponen en el candelero una situación problemática:
Desde que Chávez asumió el cargo en 1999 la producción de petróleo venezolano ha bajado 28 por ciento, la deuda de PDVSA ha aumentado significativamente, algunas petroleras se han retirado del país y la nómina se ha disparado.
PDVSA seguirá generando montañas de dinero mientras el precio del petróleo se mantenga alto, dice David Mares, profesor de la Universidad de California en San Diego, que fue coautor de un análisis detallado de PDVSA en marzo pasado.
''PDVSA no genera más dinero porque sea más eficiente'' declaró Mares a The Miami Herald. ``Genera dinero a pesar del deterioro de su rendimiento. El peligro para PDVSA es que los precios bajen, y no me refiero a una baja grande. Cuando el mercado se debilite PDVSA no podrá aumentar la producción''.
Lo que le ocurra a PDVSA tiene enormes ramificaciones, desde Caracas hasta el sur de la Florida y toda la región:
• En el 2006 la compañía generó por lo menos el 80 por ciento de los ingresos de Venezuela derivados de exportación, 50 por ciento de los $52,000 millones del presupuesto del gobierno y una tercera parte del Producto Interno Bruto (PIB).
• PDVSA es el cuarto mayor suministrador de crudo de Estados Unidos, con el 10 por ciento del mercado, y controla a CITGO, que tiene varias refinería y surte unas 8,000 gasolineras de franquicia en EEUU.
• Cuba recibe de PDVSA dos terceras partes del crudo que consume, en su mayoría gratis, según la mayoría de los expertos.
• La última vez que los precios del petróleo bajaron, en los años 90, la subsiguiente inquietud económica en Venezuela provocó que miles de personas, y miles de millones de dólares, salieran del país con rumbo al sur de la Florida.
Muchos analistas extranjeros creen que PDVSA estaba mejor administrada antes que Chávez asumiera la presidencia en 1999.
''PDVSA ha perdido mucha eficiencia'', dijo Roger Tissot, que estudia la empresa para PFC Energy, firma de asesoría con sede en Washington.
Chávez y los ejecutivos de PDVSA -que no respondieron a solicitudes de entrevistas The Miami Herald- han presentado un panorama brillante para la empresa. Según ellos, PDVSA estaba demasiado concentrada en ganar dinero y no lo suficiente en utilizar la riqueza petrolera para beneficio del pueblo venezolano.
En noviembre pasado en Caracas, Rafael Ramírez, presidente de PDVSA y ministro de Energía, declaró: ``Usamos nuestra industria para el desarrollo del país''.
Chávez ha empleado miles de millones de los ingresos de la empresa en autopistas, puertos y otros programas para fomentar el desarrollo a largo plazo. Pero ha gastado miles de millones en subsidiar la gasolina, importar y distribuir alimentos básico, comprar apoyo para su política exterior y adquirir armas a Rusia y España.
Pero PDVSA todavía posee una enorme fuerza.
La compañía reportó haberle entregado $39,200 millones al gobierno en el 2006, comparado con $25,000 millones en el 2005. Y su deuda, aunque aumentó en el 2007 de $2,250 a $16,000 millones, es pequeña en comparación con otras petroleras estatales de la región, como la mexicana Pemex. Venezuela tiene $40,000 millones en reservas y cuentas en el exterior, según las cifras del gobierno.
Varios presidentes venezolanos de otras épocas trataron de arrebatar a los ejecutivos de PDVSA el control de la compañía para ponerla al servicio de sus propósitos políticos. Pero Chávez es el primero en tomar el control total de PDVSA.
Aunque PDVSA reporta una producción de 3.27 millones de barriles diarios, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el Departamento de Energía de Estados Unidos y la Agencia Internacional de Energía, con sede en París, reportan cifras muy inferiores. Según estas entidades, la producción venezolana real del año pasado fue de 2.4 millones de barriles diarios, 28 por ciento menos que los 3.5 millones que produjo el año antes que Chávez llegara al poder.
''Todos sabemos que la producción está muy por debajo de las cifras oficiales'', dice el economista venezolano Orlando Ochoa, que le achacó la reducción en parte a la pérdida de 19,500 ejecutivos, geólogos, ingenieros y otros profesionales despedidos por el gobierno en el 2003 durante una huelga para sacarlo del poder.
El plan estratégico de PDVSA para el período 2006 al 20012 contempla aumentar la producción reinvirtiendo $76,000 millones de sus ingresos para el 2012 en nuevas labores de exploración y mantenimiento de refinerías y yacimientos. Pero los analistas creen que la compañía invirtió sólo entre $2,000 y $5,000 millones anuales en años recientes, escasamente lo suficiente para mantener la producción actual, pero no para aumentarla.
Ramírez, el presidente de la compañía, dijo la semana pasada que PDVSA reinvirtió $10,000 millones el año pasado -algo que no se ha podido confirmar independientemente- y reinvertirá $15,600 millones este año.
Según Carlos Rossi, economista de la asociación comercial que representa a las petroleras extranjeras en Venezuela, éstas han invertido menos de lo esperado. Rossi dice que la diferencia ha sido de unos $6,000 millones en comparación con lo que contemplaba el plan.
El motivo es que la política de Chávez ha afectado las relaciones con las petroleras extranjeras y el año pasado el gobierno confiscó el 60 por ciento de cuatro yacimientos en que las petroleras extranjeras habían invertido casi $20,000. Dos petroleras estadounidenses, ExxonMobil y Conoco Phillips, se marcharon.
Las tres mayores agencias de calificación de bonos de Estados Unidos colocan la deuda de Venezuela por debajo de nivel de inversión aceptable. Las otras dos petroleras estatales latinoamericanas, la brasileña Petrobras y la mexicana Pemex, disfrutan de una calificación de inversión.
Mientras tanto, funcionarios de PDVSA reconocen que no tienen suficientes torres de perforación -que escasean en todo el mundo debido al auge de esa actividad- necesarios para encontrar más crudo. Luis Vierma, vicepresidente de producción de PDVSA, dijo en julio pasado que la falta de torres de perforación representa ``una gran emergencia operativa''.
Vierma expresó ante la Asamblea Nacional que el país necesitaba 191 torres perforadoras el año pasado para cumplir sus metas de producción. Pero Baker Hughes, empresa de Houston que le lleva la pista a las torres perforadoras, informó que que el mes pasado en Venezuela sólo había 71 perforadoras activas.
''A las compañías privadas no les interesa arrendar sus taladros a Venezuela porque desde el 2003 [Chávez y PDVSA] han consolidado en todo el mundo una reputación de socios no dignos de confianza que infringen sus obligaciones contractuales'', publicó el boletín especializado VenEconomía en Caracas.
Otro de los problemas de la empresa es la cantidad de pozos en explotación, que de 19,583 en el2001 bajaron a 13,500 en el 2005, indicó Mares en su informe. Las cifras más recientes no están disponibles públicamente.
Y las exportaciones declinaron todavía más: de 2.5 millones de barriles diarios en el 2000 a 1.5 millones en este momento, porque se dedica más petróleo a satisfacer la demanda de gasolina interna, dijo Ramón Espinasa, ex jefe de economistas de la empresa.
Con un crecimiento económico del 18.8 por ciento en el 2006-07, los venezolanos compraron 491,899 vehículos nuevos el año pasado, en comparación con 128,000 en el 2002. Una medida de este auge es que General Motors planea inaugurar seis nuevos distribuidores de Hummer este año.
Y los venezolanos pagan unos 7 centavos de dólares el galón de gasolina regular -una botella de agua cuesta lo mismo que llenar el tanque de un vehículo-- de manera que el gobierno gasta más de $2,000 millones al año en subsidiar la gasolina.
PDVSA también subsidia parte de sus exportaciones, sobre todo como parte de Petrocaribe, un acuerdo que contempla la entrega de 99,000 barriles diarios de gasolina y otros productos a 16 países de América Latina y el caribe en términos preferenciales.
Otro motivo del deterioro de PDVSA, según muchos analistas, es que la empresa participa en muchas actividades no vinculadas a su campo. La compañía tiene filiales para distribuir leche en polvo, cosechar maíz y construir buques cisterna. Los empleados también trabajando en programas sociales para ayudar a los pobres, cuestiones de ayudar a los pobres, frecuentemente con maestros y médicos cubanos.
PDVSA también desvía miles de millones de dólares a programas sociales de Chávez. En 1997 la compañía gastó $77.4 millones en actividades no petroleras, indica el informe de Mares. Para el 2006 el gasto social ascendía a $13,300 millones.
Esas actividades adicionales exigen más empleados. La compañía, según sus propias cifras, tenía 48,000 empleados cuando Chávez asumió la presidencia. En octubre pasado Chávez declaró que PDVSA tenía 74,918 empleados y planeaba tener 113,831 para fines del 2009.
Pocos observadores creen que los empleados recién contratados tengan una experiencia y conocimientos equivalentes a los que Chávez despidió. PDVSA exige que los nuevos empleados presten un juramento de lealtad y se ha negado a recontratar los despedidos en las huelgas de fines del 2002 y principios del 2003. La compañía también incluye en su lista negra a los que firmaron una petición en el 2004 para un referendo contra Chávez.
Mientras tanto, PDVSA opera cada vez más fuera del escrutinio público. La compañía pagó la deuda inscrita ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de Estados Unidos en el 2005, de modo que ya no tiene que presentar declaraciones financieras a esta institución.
El Fondo de Desarrollo Nacional del gobierno venezolano ha recibido más de $30,000 millones de PDVSA desde el 2005, pero opera fuera de los libros oficiales.
Los analistas creen que la corrupción está floreciendo a la sombra. En una encuesta del 2007 sobre la corrupción en el sector público, Transparencia Internacional, un grupo alemán de fiscalización, colocó a Venezuela en el lugar número 162 entre 179 naciones.
La lista de 1999 de ese mismo grupo había ubicado a Venezuela en el lugar 71 entre 90 países.
En agosto pasado tres funcionarios de PDVSA iban en un avión fletado de Caracas a Buenos Aires con un maletín con $800,000 en efectivo sin declarar. El incidente provocó la renuncia del presidente de la filial argentina de PDVSA y posteriormente el arresto en Miami de tres venezolanos y un uruguayo.
Fiscales federales alegaron que habían ofrecido $2 millones de dinero de PDVSA a Guido Alejandro Antonini, que vive en Miami, para que no hablara con las autoridades estadounidenses sobre los $800,000.
La mayoría de los que han estudiado la empresa afirman que a PDVSA --y a Chávez-- les llegará el momento de la verdad si el precio del petróleo baja.
''Su política populista . . . implica una inversión cada vez mayor en Venezuela'', dice un informe de VenEconomía. ``La bestia populista tiene que alimentarse continuamente y nunca se sacia''.
El Nuevo Herald
http://www.elnuevoherald.com/213/story/149869.html
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