El micro “Usted lo vio”, que transmite Globovisión enloquece y enardece al comandante en jefe. No soporta que a la gente se le recuerden cosas que él o sus ministros han dicho en el pasado metiendo la pata. Lo dice Pablo Aure en su columna de hoy en “El Carabobeño”.
Esta es su columna:
Además de la ineptitud, la demagogia, la hipocresía y la corrupción protagonizada por quienes tienen responsabilidades de gobierno, el peor enemigo de esta revolución son los medios de comunicación. En efecto, el mandatario venezolano seguramente sabe que las numerosas mentiras que ha dicho no le hacen tanto daño mientras no sean descubiertas o recordadas. Pero desgraciadamente para él -y a Dios gracias, para el pueblo-, en nuestro país existen medios informativos que le refrescan la memoria a los que han sido seducidos o más bien estafados por los enardecidos discursos del teniente coronel.
Todavía tenemos un canal con señal abierta que, aunque con limitados recursos, viene poniendo en evidencia las mentiras y contradicciones del gobernante.
El micro “Usted lo vio”, que transmite Globovisión enloquece y enardece al comandante en jefe. No soporta que a la gente se le recuerden cosas que él o sus ministros han dicho en el pasado metiendo la pata.
Se siente espueleado cuando ve por las pantallas de televisión a su misma gente pidiendo casas, denunciando la corrupción de tal o cual funcionario, protestando en los supermercados o a las puertas de Mercal porque no consiguen leche, harina, huevos, aceite o pan. El no soporta ver a la gente quejarse y por eso le gustaría tener a todos los medios de comunicación transmitiendo sus mentiras y ocultando las verdades.
Chávez también entiende que su prolongación en el poder pasa necesariamente por mantener engañado al pueblo, lo cual a estas alturas del partido es materialmente imposible, como se demostró el referéndum del 2 de diciembre del año pasado.
La mecha se prendió y sólo es cuestión de tiempo para que se produzca el estallido.
Por cierto, desde adentro mismo parece encenderse la mecha y aumentar la carga explosiva porque lo de Tascón no parece fuego artificial. Así es, observamos cómo se ha venido minando el chavismo desde de las entrañas del mismo chavismo.
Cuenta regresiva
Es difícil pronosticar cuándo será la detonación… pero de lo que sí debemos estar seguros es que se producirá pronto, por una razón muy sencilla: hasta ahora no se ha descubierto la fórmula capaz de inmovilizar a un pueblo hambriento que, desesperadamente, sale a la calle en búsqueda de alimentos y eso, es lo que pasará en Venezuela.
El soberano saldrá, y si atina que es en Miraflores donde se esconde el acaparador (de esperanzas) hasta allá llegará.
Las grandes industrias procesadoras y distribuidoras de alimentos, hace meses vienen denunciando un hostigamiento gubernamental; los allanan, los multan, Cadivi se demora casi un año en el otorgamiento de las divisas, y ello imposibilita las compras e importaciones de la materia prima e inclusive, algunos empresarios nos han informado que ya comienza a escasear el material que se utiliza como envoltorio de determinados alimentos, por lo cual varios gerentes de este sector pronostican que tendremos que ir con nuestras bolsas o tobos para poder comprar harina, azúcar y productos similares.
Volveremos al tiempo en que la mantequilla se la envolvían a uno en pedazos de papel. El pueblo no se va a seguir comiendo el cuento de que los industriales son golpistas o acaparadores, pues ellos preguntarán: si son golpistas, entonces por qué el gobierno a través de Mercal o de cualquier otro organismo en estos 9 años no ha resuelto el problema. Es más, aún concibiendo a los empresarios como acaparadores o como enemigos del régimen, la gente insistirá en salir a la calle a exigirle al gobierno que le solucione sus problemas; que encuentren la comida acaparada si ese fuere el caso.
Por cierto, hace poco estaba en una farmacia y una señora pidió una jeringa y le dijeron que no había. Ella respondió: ¿también hay escasez de jeringas… qué “riñones”?… ¿será que los chinos, además de estar tomando demasiada leche, como dice Chávez, se están inyectando mucho? Eso es sólo una muestra de lo que ocurre, porque así como desde hace poco no se encuentran las jeringas desde hace varios meses escasean entre muchísimos más, los antihipertensivos y los medicamentos para los diabéticos.
Se acabó la guachafita
A todas éstas, es decir, con los empresarios cerrando sus industrias, el pueblo pidiendo comida y clamando por seguridad en los barrios, dentro de la oposición, y desde luego, en el oficialismo, ya comienzan los cuadres para ver quiénes serán los gobernadores, alcaldes, diputados o concejales.
Como van las cosas, veo una gran similitud en lo que teníamos antes de Chávez, a lo que tendremos ahora después de Chávez.
Para distinguirse de lo que tenemos, los candidatos, los partidos políticos y los movimientos electorales deben salir con propuestas serias, o sea, realizables con efectivos planes, por ejemplo, de abastecimiento y de reducción de los altos índices delictivos.
El pueblo ya sabe lo que quiere. Quiere seguridad; quiere garantía alimentaría; quiere atención social y hospitalaria; desea estabilidad laboral, y anhela vivir en paz. Lo que se traduce en que el asunto no es de tal o de cual candidato, rojo o multicolor; si es militar o civil, si es revolucionario o puntofijista; los venezolanos están hartos del quítate tú para ponerme yo. Quieren ver soluciones. Ya están cansados de tantas promesas incumplidas.
“Usted lo vio”
Pablo Aure
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