“Mientras los centros políticos y de inteligencia de todo el planeta interpretan y analizan los documentos obtenidos en Ecuador, el artefacto mostrado por Rodríguez Chacín es objeto de chacota, incluso entre el chavismo duro“. Lo dice Carlos Blanco, en su columna de este domingo en “El Universal“.
Esta es su columna:
El Atractor fatal
Desde hace algún tiempo, el Presidente ha mostrado sus conexiones con los malos espíritus que deambulan en los pasillos de América Latina. No hay nada que toque con su varita mágica que no se convierta en quilombo inmanejable, con la desgracia de que las cosas no le salen bien. El último episodio es su transustanciación de mediador a protector de las FARC; de símbolo de la Venezuela solidaria, en malandrín que escandaliza y atemoriza el barrio; de figura señera de una izquierda maltrecha, en un provocador del cual conviene apartarse. Basta leer los entrelíneas de Lula, Raúl Castro, Bachelet, y hasta Evo, para advertir matices de diferenciación con este monaguillo criollo que se cree Benedicto XVI.
La Victoria de Uribe
Uribe, sea por impulsivo o por calculador, lanzó una operación ilegal sobre Ecuador y, seguramente, debe haber sopesado los costos. Es posible que haya pensado que esos perjuicios serían ampliamente compensados por los beneficios que le traerían asestarle un golpe mortal a la narcoguerrilla. Es difícil adivinar lo que, antes de la operación, cavilaría sobre la reacción de Chávez, pero lo cierto es que todo funcionó como si le hubiera montado una provocación al Presidente venezolano y éste hubiese caído, mansamente, en la jaulita de oro que su colega colombiano le tenía.
Chávez se ha convertido para todo efecto práctico en un personaje aliado de una guerrilla desprestigiada y, al parecer, en franca derrota. No se necesitaba el computador de Raúl Reyes para sospechar los nexos del gobierno con las FARC, bastó el minuto de silencio en honor del “camarada” para saber que la mediación no era sino un capítulo de 60 segundos de una pantomima trágica.
Se trata de un activismo inmoral que favorece a uno de los grupos más sangrientos de América Latina, lo que deja a los bolivarianos de acá en una situación muy comprometida en la región. La presión de todos los países se dirige a promover un reencuentro entre los gobiernos de Colombia y Ecuador, con la exclusión casi quirúrgica del régimen de Chávez. Esta exclusión reconoce que existe un problema bilateral entre un país que violó la soberanía territorial de otro, el cual se había convertido en la hospedería de un criminal de uña en el rabo.
Mientras estos contertulios se reúnen en el comedor de la casa, Chávez se asoma por la ventana, agita los brazos, muestra sus puños, pero no le hacen demasiado caso. Chávez pasó de mediador a mediado, de cazador a cazado, de vivo a desdeñado, de anfitrión a coleado.
Lo que posiblemente Chávez no haya calculado debidamente es que ningún gobierno serio quiere tener guerrillas, ni servir de santuario a las que combaten en otros países; además de que siendo América Latina un hervidero, a cualquier presidente le puede salir un frente armado y no querrá que su vecino lo albergue, so pretexto de que van al otro lado de la frontera a lavar la ropa y orinar en paz.
La situación se puede medir en la ridícula contraposición que pretendió hacer el ministro Rodríguez Chacín con una computadora, a las que fueron conseguidas en el campamento de Reyes. La realidad real es que nadie le cree al Ministro. Mientras los centros políticos y de inteligencia de todo el planeta interpretan y analizan los documentos obtenidos en Ecuador, el artefacto mostrado por Rodríguez Chacín es objeto de chacota, incluso entre el chavismo duro.
El corolario de los regalos que Chávez le ha hecho a Uribe es una popularidad avasallante en su país y en los países vecinos, incluido Venezuela, asediados por la morbosa vecindad de una guerrilla criminal.
La FAN
A todas luces el despliegue militar hacia la frontera es una medida que no fue procesada por el Alto Mando. La pregunta que hay que hacerse es para qué fue ese despliegue. Hay que estar bien extraviado para pensar que un asalto militar estaba en los planes de los vecinos. Lo evidente es que un disgusto presidencial se tradujo en la movilización de tropas, lo cual mostró intemperancia, improvisación, y, además, transmitió la idea de que uno o varios campamentos similares se encuentran dentro de Venezuela, cuestión que le ha denunciado personalmente Uribe a Chávez.
Esta situación revela cosas más serias. Las misiones y la doctrina de la FAN están vueltas un enredo total, partiendo del elemento más esencial: si de defensa nacional se trata, entonces, ¿quién es el enemigo? ¿De quién hay que defenderse?
Lo que el régimen le impone a la FAN atenta contra la propia naturaleza de unas fuerzas armadas institucionales, al convertir, por razones ideológicas, al enemigo en amigo y al amigo en enemigo; tanto fuera de las fronteras como dentro de éstas.
Ya la FAN no tiene relaciones regulares e institucionales con los militares de ningún país, salvo Cuba; los nexos con Francia, Rusia, Bielorrusia y otros, está orientados por las necesidades comerciales de éstos. Los militares venezolanos han perdido las orientaciones básicas que el Estado debía proporcionarles, para convertirse en las herramientas tácticas de las ocurrencias y disparates de su Comandante en Jefe. Como consecuencia, no hay misiones establecidas, no hay una doctrina que encauce el cumplimiento de esas misiones, no hay una visión técnica sobre la compra de equipos que sea compatible con las misiones, no hay dirección civil sobre los militares (ni tampoco militar). Así como Chávez saca debajo del colchón “un millardito”, también saca epopeyas nonatas de sus meras glándulas, como ese susto de mandar tropas a la frontera.
Lo peor para el Presidente es que al enviar esos batallones posiblemente le haya hecho un inesperado favor a Uribe. El contubernio con las FARC lo puede mantener a través de Rodríguez Chacín y un grupo de élite policial y militar, que se mueve a la sombra, con todos los recursos logísticos necesarios. Sin embargo, al enviar tropas a la frontera es imposible que tenga la complicidad de una centena de oficiales y de unos miles de suboficiales y soldados. Pudiera ser que Uribe haya obligado a Chávez, por caminos torcidos, a ocuparse de las fronteras de Venezuela y a obstaculizar el paso de los guerrilleros debido a una incrementada presencia de militares que no se van a hacer los pánfilos.
Papelón
Ninguna política comunicacional tiene capacidad para resolver el problema que se ha comprado Chávez. Ya no es el defensor de los pobres, ni el arrojado oficial que se alza en su nombre; tampoco es el benefactor de los desvalidos de Nueva York; ni el álter ego de Fidel. Con sus solos pasos ha llegado a ser visto en el planeta como un aliado de un grupo absolutamente miserable, en situación de debilidad estratégica, y que huele a derrota. Es históricamente trágico para Chávez que termine siendo no el heredero de Castro sino el causahabiente de Marulanda y del Gorila Jojoy.
Carlos Blanco
El Universal
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