Cilia Flores, eximia angloparlante y experta en descifrar los mensajes del inquilino de la Casa Blanca, conocedora como nadie en Venezuela del complejo universo de las relaciones internacionales, se permite un juicio categórico, muy propio de ella, su familia – un par de docenas de sus ignaros allegados parasitan de los dineros públicos en la Asamblea bajo su mando y en la cancillería bajo el mando de su ex marido - y descubre la pólvora: “Bush está sangrando por la herida”.
Cilia Flores es el clásico ejemplo de la insólita mediocridad y estupidez reinante. Álvaro Uribe les descabeza a las FARC, bombardea su cuartel general, se lleva los cadáveres de Raúl Reyes y su lugarteniente, recibe el cadáver de Iván Ríos y una caja de anime con su brazo derecho, les detiene a toda su red de financistas, hiere en combate al lugarteniente de Iván Márquez, tiene a las comandancias de las FARC durmiendo con el trasero a dos manos, un ojo cerrado y el otro abierto, que en cualquier momento reciben la puñalada de sus más cercanos colaboradores. Entra y sale del Ecuador arrastrando sus trofeos de guerra. Nadie se atreve a enfrentarlo. Y la ínclita Cilia Flores grita: ¡Eureka! ¡Bush sangra por la herida!
Nunca estuvo Colombia más cerca de terminar con las FARC como ahora, bajo el gobierno de Álvaro Uribe. Nunca una alianza como la del Plan Colombia dio mejores y más demoledores resultados. Nunca un presidente de Colombia tuvo más acorraladas, desconcertadas y desorientadas a las narcoguerrillas, que se desparraman como pisadas por una invencible maquinaria mortífera. ¡Y Bush sangra por la herida!
Lula se distancia discreta aunque perceptiblemente. Amorim, su canciller, rechaza el pedido chavista de otorgarle beligerancia a las narcoguerrillas. La misma decisión la toma Michelle Bachelet. En Santo Domingo nadie respalda el pedido de Chávez de castigar a Uribe y cercar a Colombia. Correa pide su cabeza. Nadie lo aprueba. Deben conformarse con una final de opereta, rascándose la barriga y posando para una foto en familia. ¡Y Bush sangra por la herida!
Castro, el propio Fidel, tercia en el asunto y le pide a Chávez que se deje de pendejadas, reprima la histeria y la alharaca y se porte como un hombre de pantalones largos. Que si se mete en serio con Colombia no soporta el primer round y se acaba la Venezuela pro castrista. ¡Y Bush sangra por la herida!
Los niveles de popularidad de Hugo Chávez han descendido hasta 35 puntos en el lapso de un año. De seguir por ese sendero, termina este año detrasito de Carlos Andrés Pérez. Ya se aproxima al más bajo piso de su carrera política. Pende de un hilo. Y lo que viene es candela. ¡Y Bush sangra por la herida!
No hay caso. Bruto es bruto, aunque lo vistan de seda. ¿Dónde se vestirá Cilia Flores?
Pedro Lastra
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