domingo, 16 de marzo de 2008
Mafias, terrorismo y revolución
El Grupo de Río en Santo Domingo dio por superado el 07/03/08 la crisis suscitada a propósito de la incursión de las "fuerzas de seguridad" colombianas en Ecuador el 01/03/08. Pero nadie dijo que quedó eliminado el cuadro de guerra, la confrontación permanente entre partes por la disputa de intereses y posiciones que va desde los climas de tensión creciente hasta el estallido de enfrentamientos que, en principio, son susceptibles de control, pero que, en determinadas condiciones, pueden pasar a un estadio superior.
La comedia montada en esta cumbre, señaló Jerónimo Carrera, en foro realizado sobre la temática el 10/03/08 y en el que también participó Antonio Berarducci, otro estudioso de lo internacional, no termina con este ambiente y amenaza de guerra. Simplemente se disfraza el escenario y los abrazos pretenden esconder una realidad que es sumamente peligrosa y acusadora.
Lo importante en todo caso es establecer el proceso de formación y desarrollo de la situación que tenemos enfrente y que pone en escena la acción de las mafias del narcotráfico que inciden y controlan buena parte de los Estados del mundo, las "legiones" del terrorismo con creciente extensión en la actualidad y la lucha de las grandes potencias por el control y dominio energético.
Esta premisa puede considerarse puntual para examinar lo que ocurre hoy en Colombia. Un Estado tomado por el Plan Colombia-Patriota-América (PC), por el terrorismo y por los grandes intereses petroleros. Porque el objetivo con este "imperio bélico" trasciende lo nacional. Lo importante es preservar la región de todo tipo de amenazas y ejercer el control de las fuentes de energía para el propio beneficio de los poderes trasnacionales.
El PC tiene un cometido concreto: enfrentar el poderío de un proyecto que se inscribe en la acción bélica "revolucionaria" y el narcotráfico, con miras a crear un "nuevo" Estado capaz de sustituir al vigente que goza de todos los beneficios que le otorga detentar el poder.
En todo caso, un Estado Narcotraficante se enfrenta a otro. Y en cada oportunidad la parte correspondiente busca ampliar su espacio de dominación. Hay que tener en cuenta además que detrás de esta lucha de poderes se inscriben los que generan las crisis que resuenan a lo largo del planeta. Es el poderío global-explotador que se ha hecho dueño del mundo.
Lo ocurrido en Santo Domingo fue decidido mucho más allá. No es verdad que el golpista-presidente (GP) decidió sobre la marcha y por propia voluntad pasar de su discurso guerrero y desafiante al pacífico y conciliador adornado con su esplendoro canto para conformar un escenario de fiesta y distracción.
Tampoco operó una simple encuesta que le avisaba la pérdida de popularidad. Tienen que haber sido poderes mayores los que alertaron sobre la inconveniencia de darle continuación al cuadro de guerra planteado. Pero aún así no queda claro quiénes y cómo influyen sobre Correa y Uribe para que, de manera inmediata, se pusiera coto a todo plan de guerra y pueda ahora decir el GP que "Fuimos capaces de desmontar el plan de guerra del imperio" (cadena, 11/03/0.
Y el triunfador no es simplemente Colombia o Uribe. Avanzó de manera consistente el PC. Se reforzaron los intereses norteamericanos en la región y quedó claramente establecido que irá tras la "narcoguerrilla terrorista" dondequiera que se encuentre. Buscará exterminarla para quedarse como dueño de todo el espacio-mercado.
En este sentido, no deja de llamar la atención la conducta asumida por algunos analistas, comentaristas o "militantes revolucionarios" que consideran terroristas a las FARC por el tipo de operaciones que realizan. ¿Pero es que son diferentes, acaso humanitarias, las acciones que ejecuta el PC-ejército colombiano?
¿Es que la tragedia colombiana nace el día en que se fundan las FARC y finalizará el día en que se asesine al último guerrillero? Estamos, como en tantos otros escenarios internacionales, en un enfrentamiento entre terrorismos. Unos desde el poder, otros utilizando los mismos procedimientos para obtenerlo. El objetivo: el dominio financiero global-explotador que requiere la utilización-sumisión del colectivo.
Y en este sentido, se hace más que evidente que el PC ha decidido emplearse a fondo para lograr en el corto plazo el exterminio de la guerrilla colombiana. Y se irá a cualquier lugar a liquidar "terroristas". No se violará la soberanía de otro país pero es conveniente que no se alberguen guerrilleros.
Este es el mensaje narcoterrorista contra su igual de signo contrario. Ya no es el enfrentamiento entre izquierdas y derechas, revolución y contrarrevolución.
Y es que a esta hora de la global-explotación la política ha tomado un cauce alejado de "la tradición". Cuesta mucho hoy sostener que por encima de una realidad tan aplastante como la que determinan los Estados Narcotraficantes está una salida salvadora calificada como "socialista o revolucionaria".
¿Cuáles son y dónde están esos Estados socialistas o capitalistas que nada tienen que ver con la mafia del narcotráfico?
¿Quién puede creer hoy que una "revolución" como la "bolivariana y socialista del siglo XXI" es el medio para superar los grandes males de esta sociedad? ¿Una "revolución" para ubicarnos más allá del terrorismo, del Estado narcotraficante y de todo juego a la guerra de cualquier "generación"?
Hoy sabemos que, por desgracia, la guerra aquí establecida crecerá cada vez con mayor fuerza hasta llevarnos a la mayor degeneración, a la mayor descomposición y a la propia confrontación en un contexto de guerra civil.
¿Será posible detener a punta de campañas electorales la violencia-destrucción que avanza aquí "a paso de vencedores"? ¿Adquirirá el colectivo conciencia y de allí la organización necesaria para detener esta monstruosidad? La Tercera Venezuela deberá hacer un claro deslinde con el terror, cualquiera sea la fuente de donde provenga.
Agustin Blanco Muñoz
ND/El Universal
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=355587
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