domingo, 5 de octubre de 2008
Bush, amor mío
"Recordará Chávez con nostalgia los años de Bush. ¿Está preparado para los cambios que vienen? No. ¿Y la oposición? Tampoco". Lo dice Fausto Masó en su columna "El Método del Discurso".
Así lo escribe este sábado en El Nacional:
¡Pobre Chávez! ¡Lo complacieron! Tiene que llamar a María. Pidió a Estados Unidos no despilfarrar petróleo y los norteamericanos caminarán, andarán en bicicleta, llevarán pasajeros en sus carros.
Sin embargo, anunciar la ruina del principal mercado del mundo no cae simpático en México, Chile, Argentina, China... Chávez perderá a su aliado: al querido, imprescindible George Bush. La retahíla antiimperialista no le funcionará contra Obama, popular en Europa, Venezuela y Latinoamérica. ¿Y qué pasará si Obama levanta el embargo a Cuba?, ¡los turistas norteamericanos reactivarán la economía cubana! Chávez dijo en la exposición de turismo en Bolívar "que no vengan más esos cruceros que están dos días. Ese no es el turismo que necesitamos... sino el turismo popular", ese que no deja un dólar. ¡En el exilio cubano está ocurriendo un terremoto: Obama amenaza con ganar la Florida y el escaño de un Díaz Balart corre peligro! Recordará Chávez con nostalgia los años de Bush.
¿Está preparado para los cambios que vienen? No. ¿Y la oposición? Tampoco. Todo gira en Venezuela alrededor de Chávez. Bush es a Chávez lo que Chávez a cierta oposición: no pueden vivir el uno sin el otro. Así nos va. Chávez nunca conoció la sociedad china por dentro; tampoco ha visitado una fábrica o la vivienda de un trabajador.
El futuro pertenece a esos chinos que trabajan 15 días y descansan uno, duermen en las obras que están construyendo, no tienen sindicatos, al que cierra una calle lo fusilan y una oligarquía, un grupito, toman las decisiones por más de 1.200 millones de personas.
China ocupará el lugar de Estados Unidos, nos irá peor con este nuevo imperialismo. ¡Al lado de China Estados Unidos es el paraíso del proletariado!, un capitalismo donde los derechos de los ciudadanos se protegen y la opinión pública cuenta. Este no serán los años del socialismo del siglo XXI, sino del capitalismo del siglo XIX, el modo de producción asiático.
La depresión de los años 30 originó al nazismo y al fascismo, la supuesta crisis capitalista no traerá la felicidad. Habrá hasta la tentación de volver a los tiempos de los gorilas para imponer el orden.
¿Fantasía? No, un escenario posible. La oposición dio un gigantesco paso al disponerse a votar aunque lluevan raíles de punta. La unidad ha sido un triunfo pero enfrenta la tarea de gobernar sin repetir errores del pasado, superar la corrupción, no justificar a cualquier bandido porque tenga un discurso antichavista. En la oposición algunos se alegran ante la crisis, suponen que una caída de los precios del petróleo sacará del poder a Chávez. Tonterías.
Tanto la economía venezolana y la norteamericana han tenido estos años como principal motor el consumo. Estados Unidos recibió un financiamiento de billones de dólares para pagar sus importaciones de cachivaches de Asia, Venezuela financió su compra de automóviles, televisores de pantalla plana, carne, papel, sin producir realmente nada, gracias al petróleo.
Los consumidores han impulsado la economía venezolana y la norteamericana: los venezolanos pagados por el petróleo, los norteamericanos por el ahorro mundial, en especial el asiático. Bush calculó mal. Si la crisis hubiera reventado un poco más tarde, los republicanos ganan las elecciones. Hasta Palin le daba votos a McCain cuando Wall Street reventó. No somos nada.
Fausto Masó
"El Método del discurso"
Cadena Global
http://www.cadenaglobal.com/noticias/default.asp?Not=192895&Sec=77
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