En el año 1999, cuando Hugo Chávez disfrutaba de una inmensa popularidad, los sectores identificados con la izquierda se apoyaron en él para acceder al poder. Entonces la izquierda pensó que compartía con Hugo Chávez los mismos caminos ideológicos y la oportunidad de hacer realidad sus sueños históricos.
En ese entonces Chávez cargó con ese bacalao que representaba la izquierda, llevándola a posiciones de poder como nunca se lo imaginaron.
Esa izquierda siempre se identificó con ideas sociales, independientemente de la corriente que defendieran, todas sirvieron a la tesis de poner lo material al servicio incondicional del ciudadano.
En los años de gobierno se ha desarrollado un conjunto de posiciones que, por decir lo menos, debieron desde un inicio parecerles controversiales, si se juzgan desde lo que históricamente sostuvieron como ideal de sociedad.
Se aprecia que ellos, en inferioridad política, debieron dejarse llevar. Entonces callaron y aceptaron el camino impuesto. El mando es de Chávez y no de ellos.
En el mundo del trabajo, las convenciones colectivas, en especial la del sector público, jamás resulta de un proceso de negociación, donde los trabajadores pongan libremente sobre la mesa sus demandas, por el contrario, tienen que conformarse con lo que unilateral y graciosamente le dispense el líder.
Lo mismo ocurre con el salario mínimo y los demás beneficios laborales, todo depende exclusivamente de la voluntad del líder, donde la opinión de los trabajadores nada vale. Imagino se preguntarían: ¿Dónde está lo social?
Las instituciones dispensadoras de salud y educación fueron afectadas, se relega al personal venezolano y crea estructuras paralelas bajo la dirección de personal extranjero. ¿Es esto socialismo?
Se ofrece organización social bajo el espejismo que el ciudadano las operará a voluntad, sin embargo todas obedecen a lineamientos oficiales, debiendo forzosamente someterse a esa voluntad, por cuanto cualquier mínimo distanciamiento las excluye de obtener oportunidades ¿Es un ciudadano tutelado el paradigma del socialismo?
Se militariza la sociedad, poniendo al sector civil bajo el control militar.
Se rompe la institucionalidad, colocando magistrados y funcionarios bajo la voluntad de una persona. Toda la estructura del Estado se vuelca a la persecución de la disidencia, creando una sociedad de exclusión, privilegios, dividida y enfrentada.
Buscar la hegemonía mediática de las ideas es un norte declarado. Se persigue la libertad de pensamiento y opinión.
Así se podría hacer alusión a todos los escenarios, los cuales se encuentran bajo la misma ideología. Cabe la pregunta: ¿Es esto socialismo? En realidad, el socialismo plantea caminos totalmente diferentes.
Ahora nos encontramos con un régimen corrupto, violento, excluyente, violador de los derechos del ciudadano, y ellos, esa izquierda, se encuentra entrampada, defendiendo valores que en el pasado enfrentaron. Qué paradoja.
La legitimidad social que disfrutaban en los primeros años de poder se ha esfumado sustancialmente, con el agravante que los errores del líder se ven con claridad.
Ayer su fuerza estaba en las ideas del discurso, hoy en el reparto populista y en la siembra del terror.
Hoy Chávez es el bacalao.
Hoy, para la izquierda es hora de tomar decisiones, bien se sale de la coalición y vuelve a sus históricos proyectos socialistas, o se mantiene a bordo saliendo a lavar la cara al proceso y defenderlo.
Con el agravante que además de soportar la carga del bacalao, solo recibe de él insultos y agresiones.
Qué bacalao tan pesado.
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