Venezuela: ¡Despierta de esta pesadilla!

Los venezolanos vivimos una larga y horrorosa pesadilla. En esa pesadilla que ya dura diez años y medio el canciller que nos representa en el mundo es un ex-chofer reposero del Metro; uno que otro presidente de empresas del estado han sido secuestradores convictos; una representante del país ante un organismo multilateral asaltaba a mano armada a personas al salir de los bancos; un ex-alcalde era el cabecilla de una banda de hampones urbanos; un ministro del Interior era coordinador de relaciones con los terroristas de las FARC; el ex-embajador ante las Naciones Unidas, hoy negociador con Colombia sobre el Golfo de Venezuela, llamó genocida y anormal al presidente en televisión, para después lamerle ls botas; los miembros del tribunal supremo se convierten en coristas para cantar “Uh, Ah, Chávez no se va”; los ministros de finanzas son corruptos creativos; la empresa petrolera del estado se convierte en vendedora de pollos y ya no puede pagar sus deudas; la usurpadora del gobierno metropolitano dice que ella está allí “gracias al dedo” mágico del dictador; un derrotado candidato del régimen a la alcaldía mayor dice que “no puede existir un alcalde de oposición en Caracas”; un general de la guardia nazi-onal agrede a ancianos, mujeres y niños y reprime una marcha pacífica; algunos generales de cuatro estrellas alegan haber vivido varias veces, otros se dejan engatusar por predicadores religiosos de pacotilla y aún algunos otros se dedican calladamente, aquí o en Europa, a acumular riquezas; los miembros del poder moral son inmorales, cínicos y uno que otro ha sido hasta cómplice de horribles asesinatos; las mujeres se han convertido en verdugos al servcio del dictador y forman una colección digna de aquellas películas sobre museos de cera que protagonizaba Vincent Price; las empresas de Guayana están quebradas; las empresas del sector privado caen, una tras otra, en poder del régimen sin recibir compensación; los cadetes marchan chillando patria, socialismo o muerte. Estos son algunos componentes de nuestra pesadilla.

El componente mayor de la pesadilla es el dictador: un hombre obeso y procaz, vestido como un payaso, de dudoso equilibrio mental, con acentuados rasgos de sadismo quien hace llover sobre el pueblo venezolano toda la carga de veneno que arrastra desde una infancia triste y una juventud poco agraciada. Prometió democracia y es un dictador. Se declara amigo de los pobres y él y sus familiares utilizan abusivamente los bienes nacionales y viven en la opulencia. Se dice participativo pero no acepta que nadie opine excepto él.

Se dice patriota y es un traidor pués ha entregado nuestra soberanía y nuestro petróleo al castrismo. Se ufana de ser generoso porque llena de dinero nuestro a sus amigotes ideológicos. Habla de tolerancia pero no vacila en perseguir, encarcelar, condenar injustamente y vejar a quienes se le oponen. Pretende ser instruído pero da numerosas muestras de ignorancia y semi-analfabetismo. Lo que el considera sencillez es ordinariez y patanería, ya sea ante las Naciones Unidas, frente al Papa o la Reina de Inglaterra. Los monarcas de España y Arabia Saudita ya le han mandado a callar.

El liderazgo cobarde de América Latina tiene terror a antagonizarlo porque tiene los bolsillos llenos de nuestro dinero y eso los lleva a sonreírle en público aunque lo desprecien en privado. Cada vez que llega a Moscú con la chequera en la mano Putín se relame como el gato que ve al canario. Invita a genocidas como el presidente del Sudán a ensuciar nuestro país con su presencia. Protege a los asesinos miembros de FARC que se hallan en nuestro territorio. Sus compinches: Mugabe, Castro, Ahmadinejad, son la hez de la tierra.

Como saldremos de esta pesadilla? Es sencillo: despertemos..



Gustavo Coronel
Noticiero Digital
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