viernes, 13 de marzo de 2009

El jalabolas Benicio del Toro y un rrrréeeegimen "socialista" que actúa en contra de los trabajadores



¿Tú también, Bruto?


El gobierno produce tantas provocaciones, comete tantos errores, promueve tan descaradamente la corrupción y hace tanto el ridículo que se hace difícil concentrarse en un solo tema. Sin embargo, todas las últimas actuaciones gubernamentales están signadas por un primitivismo, un abuso de poder, un desprecio por el ciudadano y un cinismo tal, que le dan unidad a cuestiones tan disímiles como la bufa "batalla de la arepa", los abusos contra la propiedad privada, la promoción de la violencia, la ausencia de institucionalidad, la persecución a los líderes opositores o la visita del necio de Vinicio Del Toro para seguir engordando el museo de la estulticia revolucionaria.

Cada uno de los asuntos antes anotados devela el desprecio por la democracia de quienes hoy, circunstancialmente, detentan el poder político. El atentado a la propiedad privada que hoy sufren Polar, Cargill, Coca-Cola o los productores agropecuarios es perverso en sí mismo, pero el drama más profundo es el proceso de toma de esas decisiones. El presidente de Polar fue insultado, una vez más, por el tal Chávez, en una de las más vergonzosas intervenciones en la historia política venezolana. Afirmó quien hoy abusa del poder, que él -a título personal- podía "expropiar" (léase confiscar) todas las propiedades de la empresa con la que su ego resentido se encaprichó las últimas semanas. Él decide la expropiación de Cargill. De repente se le ocurre preguntar "¿Qué día es hoy?... ah, bueno, entonces Coca-Cola tiene 15 días para irse del país por las buenas". Así no más. Antojos, ocurrencias, rencores, odios, son el carburante de una conducta preestatal que, por su incapacidad de comprender los abstractos conceptos que sustentan el Estado moderno, actúa como pandilla en lugar de gobernantes, pues lo que busca es subyugar a los ciudadanos que están en constante zozobra esperando el próximo capricho presidencial.

¿Cómo puede hablarse de Estado de Derecho si hay que esperar a ver qué se le ocurre cada semana al jefe de la banda para saber qué es derecho en el país? ¿Cómo puede hablarse de institucionalidad si el Poder Judicial en los casos relacionados con la administración pública o los que interesan al jefe, sólo hace lo que se le ordena? ¿Cómo controla al Ejecutivo un Parlamento siempre dispuesto a avalar cualquier violación de la Constitución? (No hay ni siquiera que nombrar a la Fiscalía o la Contraloría en este repaso de la obsecuencia).

Hoy no se obedece a ninguna lógica institucional, a ninguna concepción moderna de democracia. Simplemente, se acata la palabra presidencial, se jura ante Dios todopoderoso que nunca se le traicionará (a Chávez, por supuesto, no a Dios). Este modo de actuar (en oposición a razonar) no sólo avalará más actuaciones como las comentadas, sino que es el mismo proceder de aquel que nombró a su caballo senador en Roma, del que se autoproclamó rey de Escocia en África Central, o ese que, recientemente, en medio de una inflación de millones de puntos decreta que ésta no existe, mientras brindaba en un banquete en su honor organizado por él mismo. Todos conspicuos representantes de la antidemocracia. Por eso hoy vale la pena recordar a Julio César y preguntar, esta vez al jefe del complot contra la democracia, ¿Et tu, Brute?


Marcos R. Carrillo P.
El Universal
http://www.eluniversal.com/2009/03/13/opi_art_tu-tambien,-bruto_13A2252251.shtml

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tu comentario no es muy democrático y no respeta la alteridad, caes en una postura dictatorial y eres indiferente a los abusos de tu supuesta democracia apoyando a instancias poscolonialistas que se instauran en el incosnciente colectivo como una imposición y no como una elección real.