“El odio es la violencia interior que no atiende sino a su propia voz”. Bernardo Neudstadt, periodista argentino (1925-2008).
Las imágenes sobrepuestas de los franela rojas trepando por el portón del Hato Caroní para asaltar su interior; de los militares tomando las instalaciones de Puerto Cabello, del Parque Fernando Peñalver, del puerto de El Guamache; los mandaderos de Indepabis, del Seniat, del INTI, rodeados de “pueblo” vestido de rojo, expropiando, ocupando, sancionando agroindustrias y tierras. Toda una pesadilla en vivo y directo, sin dialogo ni justicia.
stá pasando exactamente lo que hemos anunciado desde hace años: el régimen se despojó de la careta de demócrata y está aplicando el hierro castrocomunista a la sociedad y a la economía venezolana, que no tardará mucho en estar en las mismas ruinosas condiciones de la isla caribeña. Estaba dicho, nadie puede alegar desconocimiento, ignorancia ni sorpresa: el “plan Socialista 2007-2013″, sustituto del Plan de la Nación, explica muy claro la aplicación a sangre y fuego de la formula fidelista. El Comandante lo dice a cada rato pero al país racional le parece esto tan increíble, que no le ha parado: con todas las letras, Chávez ha dicho que la tierra es de todos, que los alimentos son del pueblo, que la propiedad es “social” ( es decir, también del gobierno porque ningún venezolano tienen el derecho a la titularidad) y que los medios de producción forman parte de la “seguridad de la nación”, excusa también válida para apropiarse de cuanto requiera para paliar la gravísima situación económica por la que está atravesando el gobierno.El Hato Caroní, ha corrido la misma suerte de la Marqueseña, de El Charcote, de tantas fincas en plena productividad que fueron expropiadas y sus niveles de producción bajaron en un promedio de 80%, gracias a la reconocida ineptitud gubernamental para manejar cualquier negocio. Fincas ganaderas o fincas agrícolas, han perdido años de intenso trabajo: dos millones seiscientas mil hectáreas expropiadas y destruidas. En estos momentos Venezuela experimenta la tercera mayor caída en número de cabezas de ganado: la primera fue en la guerra de la independencia, la segunda en la guerra federal y ahora con la revolución chavista. Ninguna guerra, ninguna revolución trae prosperidad, sólo destrucción y muerte. Y ésta no es la excepción.
Es bueno hablar de las motivaciones del régimen para esta conducta leonina, despojada de toda sensatez y hasta violatoria de la Constitución Bolivariana. El Hato Caroní, en plena productividad, tal como lo ha reconocido el Ministro Elías Jaua, “excede” el número de hectáreas que debe tener una tierra para ser latifundio. Un latifundio para los expertos chavistas, tiene más de 3.000 hectáreas. Hato Caroní tiene 2.800, pero aunque tuviera 100, la habrían expropiado igual. Su dueño es Tobías Carrero, socio de Luís Miquilena, ambos desertores del régimen, un pecado que el de Sabaneta no perdona y persigue con la voracidad de las pirañas. Vean si no, los casos de los que él llama “traidores”: son todos los que se le han volteado al descubrir que esto no es una revolución, que no es socialista ni es por el bienestar del pueblo, pero luego experimentan el odio del líder y la persecución de los secuaces. Es un proyecto personalísimo para mantener en el poder a un solo hombre mientras viva, igual que su mentor de Cuba y para eso necesita seguir la misma receta: tener todos los poderes, todos los bienes y servicios del país en un puño.
¿Por qué la Guardia Nacional no ocupó el puerto de Guaraguao, las autopistas de Barinas o el aeropuerto de Canaima? Pues porque allí no hay de quien vengarse, no tiene resistencia. A los de oposición quiere dejarlos sin nada para que no hagan gobiernos eficientes que contrasten con el desastre de una década de dilapidación de los más fabulosos ingresos que haya tenido Venezuela. Furibundo, insulta y amenaza a gobernantes tan legítimos como él, les quita todo porque él está impedido de competir en buena lid, como lo demostró en el referendo del 15 de febrero. Le falta calidad, ética, sentido de justicia y sobre todo mucho amor por este país. Su venganza, que él cree aniquilará a gobernadores y alcaldes de oposición, a los “oligarcas” productores del campo y de la industria, en realidad aniquilará al pueblo venezolano, que será realmente afectado por esta centralización voraz que una vez más lo alejará de los centros de decisiones y de los recursos necesarios para ayudarles.
La ofensiva presidencial tienen tres fines: acabar con la propiedad privada y con los medios de producción, vengarse de sus enemigos políticos despojándolos de sus bienes o recursos y apoderarse de todo esto para (cree él) afrontar la crisis de productos y de liquidez que se le encima. No aprendió la lección de Cemex: puedes tener la maquinaria y la tecnología, pero si no tienes el conocimiento y la pericia para operarla, no arrancará. Este es un gobierno sin “Know How”; término que utilizan las empresas para definir el “cómo hacerlo”. Para entenderlo mejor, imaginen al Comandante sentado en la silla de Mendoza. ¿Ustedes creen que podría dirigir Empresas Polar? Saquen la cuenta por cómo ha dirigido Venezuela y allí tendremos la respuesta.
El TSJ, con una conveniente y tal vez opulenta sentencia, le ha dado vía libre a esa Asamblea de impúdicos lacayos para reformar la Ley de Descentralización, dándole la espalda a la Constitución Bolivariana que ordena la desconcentración del poder. Los diputados complacieron a su amo y lo reconocen públicamente: respondieron rápidamente a los requerimientos de quien los acusó de no trabajar. Los diputados traicionaron a sus regiones, traicionaron a sus electores, que van a resultar perjudicados, como lo estaban en el pasado, por el centralismo burocrático. Eso a ellos no les importa: creen que sólo con estar montados en el portaaviones, saldarán reelectos indefinidamente.
Sólo un pilar va quedando en este parapeto de democracia y son los medios de comunicación. Ese es el siguiente paso de este régimen: ya han anunciado en la Asamblea Nacional que reformarán la Ley Resorte y la Ley de Ejercicio del Periodismo. Pero mientras tanto seguiremos publicando y preguntando por qué este gobierno en lugar de hacerles la vida de cuadritos a los ciudadanos productivos del país, no se dedica a resolver los problemas para los cuales fue electo. Nos preguntamos porqué al Comandante le interesa más jo… a Mendoza y a Granier que jo… a los asesinos y secuestradores de este pueblo. Nos preguntamos por qué en lugar de jo…. a los gobernadores y alcaldes que quieren hacer una gestión que beneficie a sus ciudadanos, no propicia un indispensable diálogo para encontrar la mejor forma de gobernar el país. Nos preguntamos cuándo este jo… va a entender para qué está sentado en Miraflores.
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