El pensador social Mark Lilla llama coro fiotiránico al integrado por intelectuales que se sienten atraídos por un tirano, caso de Heidegger por Hitler, por ejemplo. En nuestro caso no podría identificar a ningún intelectual que apoye al régimen del caporal de Sabaneta. El coro filotiránico vernáculo está integrado por mediocres escribidores de cuartillas y adulantes aprovechadores, desde ministros y diputados hasta funcionarios de menor rango.
El ministro de la Defensa es un miembro muy conspicuo y por ello considera que el teniente coronel es "impresionable" porque, según él, no se deja presionar por nadie. Desconocemos si esto último es cierto, pero es evidente que quienes están a su alrededor conocen que lo impresionan favorablemente los que lo adulan y no le llevan la contraria. En retribución reparte canonjías y eleva a cargos ministeriales a personas sin mérito, como también es el caso del ministro de Energía y Petróleo y presidente de Pdvsa quien, para disimular el descenso de la producción y los accidentes semanales en las refinerías, sigue despilfarrando el dinero de los venezolanos pagando páginas enteras en los periódicos para recordar el supuesto "sabotaje petrolero" de hace cinco años y declara que la empresa debe ser un baluarte del socialismo.
También los seudodiputados han detectado la debilidad del jefe y por eso lo complacen en todas sus ocurrencias de noches de insomnio. Como fue derrotado por el soberano, ahora buscan la forma de aplacar su cólera insistiendo en querer imponernos lo que hemos rechazado. Ocasiona pena ajena escuchar las lisonjas de los cuatro o cinco diputados que intervienen ante los aplausos del resto que durante todo el período han sido
simples integrantes de la claque del espectáculo.
Muchos otros casos podrían citarse, pero lo que debe ocuparnos es qué hacer para acallar a este coro. Una de las acciones sería insistir en la denuncia de que el teniente coronel es un dictador con mentalidad totalitaria. Llama la atención que algunos demócratas declaren que el "mito" del dictador se derrumbó porque reconoció los resultados del reciente referendo, sin tomar en cuenta que hoy en día las dictaduras deben cobijarse bajo ciertas apariencias y que la demora en la entrega de resultados fue porque el proponente del proyecto "tenía un dilema".
Es inadmisible que se olvide que en Venezuela no hay estado de derecho, que hay presos políticos a los que se les viola la debida defensa y que han ocurrido asesinatos políticos cuyos autores son conocidos y, sin embargo, están en libertad. Que no se tome en cuenta que nos impusieron un referendo inconstitucional y que el proyecto sometido a consulta era ilegal e ilegítimo. Que hay miles de venezolanos que tienen vetado trabajar por estar en una lista negra, para citar sólo lo más relevante. En la medida en que hablemos claro podremos atenuar el volumen del coro filotiránico, caso contrario corremos el riesgo de pasar a ser integrantes del mismo.
Parafraseando a Armstrong, el primer hombre en pisar la Luna, el 2D fue "un pequeño paso para la disidencia, pero un gran paso para la democracia", gracias a la Iglesia, a los estudiantes, partidos políticos y a los ciudadanos. No empañemos ese triunfo con declaraciones que no contribuyen a crear conciencia del grave problema que representa el teniente coronel para la democracia.
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