Para Pedro Lastra, el caso Antonini - Kauffman - Durán recién comienza Falta lo grueso. Veremos caer a más de un bolivariano de postín. Incluidos altos empresarios financieros.
Esta es su columna de hoy:
Temblando han de estar ministros, generales, gobernadores, alcaldes y funcionarios de gobierno por los interrogatorios en curso del FBI y del Departamento de Justicia de los Estados Unidos a los cabecillas de la red de enriquecimiento ilícito controlada entre otros por Carlos Kaufmann y Franklin Durán. Pues ya no se trata solamente de ellos y sus más inmediatos secuaces, Antonini Wilson y Maionica. Ni siquiera de Canchica, tragado por el submundo del G-2 cubano para ponerle algún dique de contención a la diarrea que amenaza con salpicar a las más altas esferas de este y otros gobiernos latinoamericanos.
Se trata de la más escandalosa radiografía de la corrupción imperante bajo el gobierno del teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías. Del que salen averiados los de sus más próximos aliados. Al nombre de Néstor y Cristina Kirchner ya se suma el de Tabaré Vásquez, de Uruguay. No se hable del de Evo Morales y del de Daniel Ortega. Lula puede respirar tranquilo: sus conexiones con el financiamiento de campañas presidenciales orquestado desde Miraflores han de haber sido mucho más discretas y de bajo perfil. Bajo perfil y discreción son los más notables rasgos del carácter de su mano derecha Marco Aurelio García. ¿Quién mejor mensajero de valijas comprometedoras que el cabizbajo sociólogo brasileño, siempre de bajo perfil y muy altas influencias por los predios de Miraflores?
Si algo caracteriza a Kaufmann y a Durán, en cambio, es la soberbia, la prepotencia sin límites, la arrogancia y el desparpajo con que se han manejado en las pantanosas esferas del rápido enriquecimiento a la vera del chavismo. Y su más olímpico desprecio a ideologías o utopías políticas. Lo suyo es hacer dinero. Más nada. Han pasado de ser simples muertos de hambre a multimillonarios en dólares en cuestión de pocos años, manejando los hilos del comercio de importación, la exportación petrolera, los insumos para PDVSA, las colocaciones en la bolsa, la compra de grandes empresas y la contratación de seguros, sirviendo de operadores entre gobernaciones – se menciona, entre otras, la de Anzoátegui y la de Cojedes, pero hay mucho más – y empresas aseguradoras, proveyendo a los primeros además de armas, vehículos y municiones. Perros de la guerra, perros petroleros, perros importadores y perros financieros. También expertos en colocación de dineros oficiales en ciertos y determinados bancos. Bastaría seguir las pistas de los nombres registrados en sus celulares para destapar una suculenta olla. ¿Lo habrá hecho el FBI?
¿Sabrán ya sus investigadores todo lo que podrían llegar a saber? Conocidos de estos agalludos jóvenes empresarios señalan su absoluta inescrupulosidad. Así como su disposición a llegar a lo más oscuro del crimen y la traición por aumentar, consolidar y fortalecer sus patrimonios. ¿Algunos de los de sus misma calaña no fueron capaces de lanzar a los tiburones desde su avioneta a quien les estaba incomodando? ¿No ocupan esos asesinos de la boliburguesía caraqueña hoy altos puestos en la nomenklatura policial chavista? ¿Quién se escandaliza por ello? INTERPOL ya está tras la huella. Alex del Nogal en una cárcel italiana. Alto comisionado de las finazas del Kirchneriato en Caracas. La Habana puede dar cobertura y seguridad, pero no por mucho más tiempo. Allí ya se inició la transición.
Los vladivideos no fueron más que trapisonda de buhoneros políticos comparados con la red de enriquecimiento que salpica a las altas autoridades del gobierno. Las consecuencias podrían llegar a ser las mismas. O aún peores. Este es recién el comienzo. Falta lo grueso. Veremos caer a más de un bolivariano de postín. Incluidos altos empresarios financieros. Y eso que el caso recién comienza.
LOS AGALLUDOS
Pedro Lastra
Noticias24
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