Pese al desmentido de la Ministra de Defensa argentina sobre la compra de F-16 a EE.UU., no pareciera duda de que los militares argentinos andan en una dirección contraria al discurso anti EEUU que la señora Kirchner asumió luego de su toma de posesión y a raíz del escandalazo de La Maleta. Es uno de los temas que aborda el Informe Otálvora publicado esta semana en “El Nuevo País”.
Este es su Informe completo:
El gobierno venezolano ha creado un club de copropietarios del crudo de la Faja Petrolífera del Orinoco. Al margen del discurso nacionalista que imprime Hugo Chávez a su política petrolera, en los últimos años y sin que medien procesos licitatorios, han sido asignados lotes de territorio venezolano a empresa extranjeras, en muchos casos de propiedad de Estados extranjeros. La más reciente de las incorporaciones a este club fue la del bielorruso Alexander Lukashenko, proveedor de armamento al gobierno venezolano y beneficiario de un poco claro préstamo que habría concedido Chávez para que Bielorrusia pagara deuda a Rusia. En sus maletas tras su reciente visita a Caracas, Lukashenko se llevó los derechos para que su país exploten por 25 años uno de los bloques de la Faja del Orinoco.
La lista de copropietarios de la Faja del Orinoco incluye a Cuba, Irán, Malasia, Bielorrusia, Rusia, Noruega, Francia, India, EEUU, Brasil, Portugal, Vietnam, China, España, Ecuador, Chile, Argentina, Uruguay y el Reino Unido.
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Las relaciones entre los gobiernos de Brasil y Venezuela parecieran andar en dos vías distintas. La fotografía del presidente Lula riendo a carcajadas con su cabeza reposando en el pecho de Hugo Chávez durante la sesión de fotos de la Cumbre presidencial del Mercosur, denota la amistad personal de los dos hombres. Pero desde Petrobras, uno de los caballos de la expansión internacional de Brasil, salen mensajes distintos, menos comprometidos con el gobierno venezolano.
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La semana que termina el director del área internacional de Petrobrás, Néstor Cerveró, informó que Brasil reducirá de 40% a 10% su participación accionaria en la empresa creada con Pdvsa para explotar un bloque en la Faja del Orinoco. Cerveró al momento de presentar en Río de Janeiro el plan de negocios 2008 de la empresa en el exterior, afirmó que los altos costos de producción y procesamiento del petróleo pesado convierten su presencia en la Faja en un negocio poco atractivo en comparación a otras opciones.
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Mientras Petrobras se escabulle de compromisos de invertir en Venezuela, está haciendo lo contrario en Bolivia, Perú y Argentina. De hecho, la línea de aproximación de Lula hacia Evo Morales en procura de recuperar la preeminencia brasileña en su vecindario inmediato, está fuertemente relacionado con nuevas inversiones que hará Petrobras en Bolivia.
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Salvo Bolivia, convertido en un país satélite del Eje Cuba-Venezuela, los demás socios regionales de Hugo Chávez suelen dar muestras regulares de autonomía ante el venezolano.
El caso argentino resulta particularmente sensible. Ayer se conoció que los militares argentinos se disponen a adelantar un programa de modernización de su fuerza aérea. Según la prensa bonaerense, Argentina habría acordado en las últimas semanas la compra de aviones caza F-16 de fabricación estadounidense.
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La venta a Argentina de aviones F-16 por parte de EEUU significaría algo más que una transacción comercial. La operación tiene un alto contenido político, al punto que deberá previamente ser aprobada por el Congreso estadounidense. Ya este año, EEUU había aprobado la venta de helicópteros de transporte para la Armada argentina.
Los F-16 son equipos de venta restringida. Washington sólo se los ofrecería a un país que considere su aliado político y militar, lo cual despeja en cierta forma las dudas sobre la óptica con la cual se mira desde Washington al segundo gobierno de la familia Kirchner. La venta planeada además, recurriría al esquema de ventas de equipos de segunda mano, suministrados a precios y condiciones de pago menos estrictas que las usuales.
Las negociaciones entre militares de ambos países se cumplieron durante las últimas semanas del gobierno de Néstor Kirchner, dejando entrever la orientación castrense argentina y el deseo de los Kirchner de dejarse querer por Washington.
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En términos del equilibrio bélico subregional, los primeros comentarios desde Buenos Aires, dan cuenta de que la compra de F-16 por Argentina vendría a compensar la importante modernización en equipos que está ejecutando Chile.
Los chilenos están modernizando sus sistemas de guerra. EEUU le ha proporcionado aviones F-16, y desde Inglaterra recientemente llegó la segunda de tres nuevas fragatas misilisticas.
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La señora Cristina Kirchner hizo durante su campara electoral, diversas muestras de su deseo de ampliar relaciones con EEUU. Se cuidó mucho de presentarse como una peronista antiimperialista, prefiriendo resaltar otros discursos. El escándalo por el caso de La Maleta con dólares que llegaron de Venezuela a Buenos Aires en agosto pasado, estalló en Miami la semana pasada y ha tenido un alto impacto en las relaciones -al menos verbales- entre el nuevo gobierno argentino y EEUU.
La señora Kirchner se casó desde el primer momento del renovado escándalo, con un discurso de acusación contra el gobierno de EEUU, en la misma línea que el del gobierno venezolano. En Montevideo, durante la reunión presidencial del Mercosur de principios de semana, la Kirchner tomó la palabra para contradecir a su amigo Lula da Silva. El brasileño había expresado que la falta de avances en la integración regional no se puede achacar a EEUU. La presidenta argentina se permitió contradecir a Lula acusando a “fuertes intereses externos”.
Washington habría enviado mensajes públicos y privados a la Casa Rosada, resaltando que el caso de La Maleta no es una operación política contra el gobierno argentino. La pareja Kirchner ha preferido defenderse atacando, con lo cual han puesto en duda los términos de su futura relación con EEUU. La divulgación por el diario La Nación de Buenos Aires, del negocio de los aviones F-16 arriba comentado, pudiera ser una señal desde el gobierno argentino sobre su intención de jugar, nuevamente, a un doble juego de amor-odio con Washington. Si bien la ministra de defensa, Nilda Garré, se apresuró el sábado a desmentir lo de la compra de los F-16, no pareciera duda de que los militares argentinos andan en una dirección contraria al discurso anti EEUU que la señora Kirchner asumió luego de su toma de posesión y a raíz del escandalazo de La Maleta.
http://www.noticias24.com/actualidad/?p=10658
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