martes, 10 de marzo de 2009

¿Por qué, si ganó tan arrebatadoramente la enmienda, ese hombre anda tan nervioso, al extremo que hasta un coñazo le disparó a sus jalabolas en la AN?




Bocaranda y los astros


¿Por qué, si ganó tan arrebatadoramente la enmienda, ese hombre anda tan nervioso, al extremo que hasta un coñazo le disparó a sus jalabolas en la Asamblea Nacional? ¿Por qué, si la oposición es un grupito de burgueses, andan tan emperrados en sabotear a los gobernadores y alcaldes que no se le cuadran a Hugo?


Nelson Bocaranda no se pela una. Que sus runrunes han pasado a ser una suerte de lectura astrológica tan certera como cualquier consulta con nuestra Mariana Reyes: que si el hombre del maletín iba a colaborar con el FBI y colaboró; que si a Izarra lo descabezan por cuarta vez y lo descabezaron, que si el yerno de Rafael Ramírez es quien decide cuáles empresas van a contratar con Pdvsa y así es. Nelson las pega una tras otra.

Día a día, semana tras semana, nuestro detective se adentra en los bajos fondos de ministerios e institutos autónomos y, blackberry en mano, ata cabos, une datos, olfatea pistas, revisa documentos, chequea con varias fuentes y solamente cuando tiene la información requeteconfirmada, dice o publica el nombre del asesino.

Por eso, cuando el presidente Chávez asegura que 9 por 7 es 52, yo prefiero quedarme con la versión de Bocaranda cuando dice que 2 mas 2 son 4. Y ustedes pueden jurar que eso es así. Y no escribo esto porque Nelson sea un amigo muy querido o por lo rico que resulta encontrarnos cada tarde en Onda y rodearlo, como todo el mundo, para oírle lo más reciente de lo último en información clasificada con el agregado de sus comentarios jocosos.

Que esta condecoración a distancia viene porque Nelson me ha abierto el entendimiento en relación a por qué el ciudadano Presidente de la República anda tan desatinado, tan agresivo (valga la redundancia cuando de Hugo se trata), tan desmesurado en sus calificativos, tan amenazante y fuera de control.

Ocurre que Bocaranda publicó hace poco que, números mas, números menos, la diferencia entre los votos en la enmienda no fue el millón que asegura Tibisí, sino que alcanzaba algo así como 350 mil voticos apenas, lo que enfureció al Comandante.

Que por más esfuerzo que hicieron en el Minpopotrambuel (Ministerio del Poder Popular para la Trampa y Abuso Electoral, nuevo ente que absorbe al CNE, al TSJ, a la Contraloría General y al Plan Republica), la verdad verdaíta es que ni con todo el dineral del mundo, el gobierno ha logrado arropar a la oposición con toda la fuerza que pretendía en su más reciente ilegalidad.

Y allí está la verdadera explicación de la furia con la que el hombre ha regresado a las tablas. Ahí está la verdadera explicación de su conducta impropia contra el señor Lorenzo Mendoza o los dueños de las areperas. ¿O es que me van a decir a mí que esa creación y desaparición y fusión de ministros y ministerios no tiene un tufo a derrota?

¿No suena ese reacomodo post-electoral a autocrítica, a vamos a tratar de hacerlo mejor esta vez, a tenemos que ganar mucho más cómodamente en las próximas elecciones? ¿Qué hacen las empresas, Presidente, cuando tienen problemas: siguen haciendo todo igualito o comienzan a remover a un gentío, a cambiar directivos, a exigirle un mayor esfuerzo a los trabajadores?

¿Por qué, si ganó tan arrebatadoramente la enmienda, ese hombre anda tan nervioso, al extremo que hasta un coñazo le disparó a sus jalabolas en la Asamblea Nacional? ¿Por qué, si la oposición es un grupito de burgueses, andan tan emperrados en sabotear a los gobernadores y alcaldes que no se le cuadran a Hugo?

Algo anda mal, muy mal, en las entrañas del gobierno. Algo mucho peor que la crisis económica los tiene fuera de sí porque, a la hora de la chiquita, les importa un bledo si las arepas cuestan mil o veinte mil bolívares, siempre que ellos puedan seguir bebiendo whisky 18 años en los restaurantes de Las Mercedes y las hijas del Presidente se puedan seguir comprando sus carteras Louis Vuitton en la Vía Condotti.

Que mantener sus privilegios de manera vitalicia, incluyendo insultar en cadena nacional a quien me dé la gana o expropiar la finca de quien se me antoje, es lo único que le preocupa al Líder Único.

Por eso, si la realidad se le atraviesa con unas cifras incómodas, si las encuestas evidencian una corrida hacia la baja y del otro lado de la acera hay un semillero de líderes amenazando su futuro, a Hugo no le queda otra que escandalizar, como aconsejaba un viejo slogan feminista a la hora de hacerse sentir.

Lo triste es que ni sus ministros, los nuevos y los viejos, los repetidos y los botados, ninguno hace bien la tarea. Lo imitan, como Elías Jaua y su patética declaración de que Genaro Méndez "no tiene pinta" de ganadero (lo que implica discriminación nada revolucionaria, por cierto), arriesgándose a que Méndez le responda que Jaua tampoco tiene pinta de ministro. O lo ridiculizan, a través de Samán. O le juegan quiquirigüiqui con la corrupción, como Ramírez y Cabello. Pero de lo otro, nada.

Que por más que fusione ministerios o les dé el cargo usando el tin marín de don pingüé, sus incapaces seguirán cavándole las bases a esta supuesta revolución, tan comercialota ella como vender el rostro del Che Guevara en cajitas de pop corn.

TalCual
Elizabeth Fuentes

1 comentario:

Antonio Ricaurte dijo...

La crisis viene de ver que el dinero que EL juraba quedaba en las arcas del Banco Central, simplemente desapareció. Nada, Cero.

Qué ocurre entonces? Muerto Gastón Parra (presidente del BCV) y en silencio, se han bajado los reales del estado... o simplemente, por incapacidad y bolas, nadie le dijo a Chávez que no podía gastar tanto.

Ahora viene lo bueno: el BCV anunció formalmente (se puede leer en su página) que han tramitado la venta de 7 toneladas de oro (a 934 US$ la onza) sin pedirle permiso a la AN ni nada, lo que constituye una descapitalización brutal del banco además de una quiebra "de facto". En criollo: el país quebró.

Y les puedo asegurar, pies juntillas, que ese dinero producto de la venta del oro, no llegará nunca a Venezuela.

Quebraron al país completo, destruyeron PDVSA, el aparato productivo y hasta el alma del país. Que vergüenza.