miércoles, 28 de noviembre de 2007

Llegó la hora de la verdad: ¡No pelo ese NO!


Llegó la hora de la verdad: este domingo estaremos ante la disyuntiva de reforzar y extender los superpoderes del dueño y señor de todas estas tierras o de bajarle el copete al autoritarismo y al egocentrismo aposentado en Miraflores.

No está en juego la permanencia de Hugo Chávez en la Presidencia, pero sí sus pretensiones de concentrar mucho más de su incontrolado poder y de prolongarse en el mandato por varios períodos más.

Hay que votar pero no con las vísceras sino con la conciencia, llamado que hago a todos los venezolanos, sean de izquierda, de derecha o de centro, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, religiosos y ateos. A los abstencionistas y a los chavistas descontentos les digo: es hora de pronunciarse pues no hay riesgo alguno de que sea vulnerado el secreto del voto. Yo no me pelo esta oportunidad histórica.

MEDIACIÓN

El Gobierno quisiera que los venezolanos nos atrincheremos en un falso nacionalismo y terminemos coreando loas a nuestro prepotente mandatario, quien en vez de optimizar los vínculos internacionales de Venezuela y de propiciar la genuina integración latinoamericana, no pierde ocasión para entrometerse en los asuntos internos de otros países, para provocar o agravar conflictos y, consecuencialmente, para lesionar nuestras relaciones externas.

Muy distante ideológicamente puede estar alguien del presidente Álvaro Uribe, pero difícilmente puede avalar, sino más bien avergonzarse, del modo como su colega venezolano le ha caído a peñonazos verbales por haberle retirado la condición de mediador para el acuerdo humanitario con las Farc.

Así como Uribe fue soberano para designar al presidente Chávez, así también lo es para revocarlo. De modo que al dejar sin efecto la mediación de éste, el mandatario colombiano no está haciendo nada que no esté dentro de sus legítimas facultades.

Eso sí, al recibir la descarga de insultos que ahora le dedica el inquilino de Miraflores, Uribe no hace sino pagar bien caro el error de haberlo designado. Bien merecido se lo tiene por confiar en alguien cuyo afán protagónico no puede sino torcer los elevados propósitos que conlleva el tan ansiado acuerdo humanitario.

¿Cómo puede mediar en un tema tan delicado alguien que de cualquier acontecimiento no se resiste a protagonizar un show, por muy inconveniente o riesgoso que esto pueda ser para la seguridad y la vida de tantas personas? ¿Cómo esperar prudencia y discreción de alguien que todo lo quiere hacer ante una cámara y no puede mantener en reserva ni siquiera la íntima noticia de que una noche cualquiera va a darle lo suyo a su querida esposa? ¿Puede ser mediador de nada el mandamás de un país que se pelea con todo el mundo?

España, Brasil, México, Nicaragua, Ecuador, Colombia, Costa Rica, Dominicana, Perú, Chile, Bolivia, Guatemala, Panamá, son países con cuyos Estados hemos tenido en su momento amenazantes escarceos y trifulcas de variada intensidad. La OEA, la Comunidad Andina y el Mercosur también han sufrido los embates de la prepotencia petrolera que embarga a nuestro gobernante. Y también, por supuesto, los Estados Unidos, cuya innegable vocación hegemónica e imperial pareciera ser espejo del cual se alimenta nuestro proyecto de imperio caribeño.

Pendejos, traidores, farsantes, ladrones de siete suelas, indignos, maleantes, cachorros del imperio, mentirosos, fascistas, son algunos de los cordiales piropos que ha obsequiado el gañote presidencial de Miraflores a sus colegas latinoamericanos.

Qué mal ha de estar un gobierno cuando una inmensa porción de sus ciudadanos, incluidos opositores y oficialistas, se avergüenza de los arrebatos de su propio mandatario y se siente identificada con las réplicas de algunos gobernantes ajenos.



¡No pelo ese NO!
MARIO VILLEGAS - El Mundo

http://www.noticias24.com/actualidad/?p=10010

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