domingo, 17 de agosto de 2008

El Monito Sabaneitor no promueve la igualdad, sino el igualitarismo


Todos iguales... a su imagen y semejanza


Según España y Sucre Heredia, el progreso está en la mente del venezolano


El presidente Hugo Chávez justificó los 26 polémicos decretos-ley que promulgó en el último día de la Habilitante con un argumento que ha sido constante en su retórica: La construcción de un "nuevo código moral humanista", que permita la formación del "hombre nuevo", donde se privilegien los principios de igualdad y solidaridad sobre los valores capitalistas: "ser rico es malo".

"Esta oligarquía enferma de aquí, todavía me está atacando porque aprobamos unas leyes. Para qué son las leyes, para igualarnos, y vuelvo a tomar a Bolívar. Bolívar decía: 'Nosotros nacemos desiguales' (... ) y luego vienen las leyes, la educación, la cultura, la industria, y nos coloca en condiciones de igualdad. ¡La igualdad, la igualdad, la igualdad! Para eso es el Gobierno", insistió el primer mandatario, el pasado martes, en un acto que realizó en Petare.

No obstante, algunos analistas coinciden en advertir que el Jefe de Estado no promueve la igualdad. Para el sociólogo Luis Pedro España, "no hay ningún indicio de que estas leyes cambien la estructura distributiva del país", mientras que el politólogo Ricardo Sucre Heredia aclara que el Gobierno nacional "no busca la igualdad, sino el igualitarismo".

"La igualdad hace a los desiguales menos desiguales a través de las distintas políticas públicas del Gobierno. El igualitarismo coloca a todo el mundo en un mismo rasero, decidido arbitrariamente por un poder, en este caso el Gobierno", explica Sucre Heredia.

En términos prácticos, "Chávez quiere castrar las posibilidades de aspirar del colectivo, porque cualquier cosa que genere diferencia, pluralidad, lo considera subversivo. Pretende que todos nos conformemos con un mínimo de cosas que da el Estado: Mercal, Barrio Adentro, alguna misión educativa, un carrito iraní, un cupo en dólares".

El pasado 11 de julio, Raúl Castro, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, hizo la distinción entre ambos conceptos. "Socialismo significa justicia social e igualdad, pero igualdad de derechos, de oportunidades, no de ingresos. Igualdad no es igualitarismo. Este, en última instancia. es también una forma de explotación: la del buen trabajador por el que no lo es, o peor aún, por el vago".

Según el politólogo, en la lógica clásica marxista el problema no radica en la igualdad de oportunidades, sino en la igualdad de resultados.

Con la primera, se ofrecen ciertas condiciones para que las personas se desarrollen: "A lo mejor el vecino es más talentoso que yo y aprovecha la educación, y genera una diferencia entre nosotros. Eso es inaceptable para el Gobierno". Con la segunda, no se genera ese problema porque "todos tenemos un rasero, independientemente del talento: bolsitas de Mercal, un viaje social, 400 dólares para compras por Internet".

Y es que para el primer mandatario hablar de igualdad de oportunidades significa "mostrar la máscara del neoliberalismo".

"Defendamos no la igualdad de oportunidades, defendamos la igualdad de condiciones", dijo en 2007, al regresar de la IV Cumbre de las Américas que se realizó en Argentina.

"Ética socialista"

Luis Pedro España, sociólogo, considera que buena parte de los 26 decretos-ley, promulgados vía Habilitante, tienen un "componente de inaplicabilidad muy grande" que ha impedido al Gobierno y a la oposición explicar a la ciudadanía cómo se verán afectados sus intereses.

"Muchas de estas leyes sencillamente no se pueden aplicar, solamente sirven para tener retaliaciones contra personas o empresas o en particular. Esa inaplicabilidad conlleva a que la defensa o ataque de las normas se haga sobre la base de categorías abstractas. Cuando el Presidente habla de igualarnos a través de las leyes, es porque la igualdad es un valor socialista y el Gobierno se maneja con categorías que, si bien satisfacen su estética socialista, tienen dificultades para aplicarlas".

Tanto España como Sucre coinciden en que el modelo que quiere imponer el mandatario nacional es inviable: "la sociedad es diversa", dice Sucre.

Ambos advierten que si el modelo ha fracaso en otros países como Cuba y la Unión Soviética, "mucho menos va a funcionar en Venezela, donde hay ciertos valores como el progreso que forman parte de la conciencia colectiva".

"En abstracto, los venezolanos quieren la igualdad: piensan que los bienes deben estar mejor repartidos, pero de allí a decir que la idiosincrasia del venezolano es socialista, hay un trecho muy grande. Cuando se les plantea que la forma de alcanzar la igualdad es siendo todos modestos, casi muy pobres, y que los más adinerados deben repartir sus bienes entre quienes menos tienen, empiezan los conflictos y el colectivo acciona en contra", señala el sociólogo". Y eso fue lo que pasó con la reforma constitucional".

Más allá de las leyes

Aunque Sucre Heredia estima que "las leyes son insuficientes en sí mismas" para lograr la igualdad en un Estado, aclara que para el presidente Chávez constituyen el "marco necesario" para alcanzar el fin.

"El Gobierno considera que está lanzando las bases para construir el modelo socialista y las va a ir desarrollando en la medida en que tenga fuerza. Si sale bien en noviembre (con las elecciones de gobernadores y alcaldes), avanzará más en su aplicación. Ahorita, seguirá con su estrategia de trivializarlas para que pasen por debajo de la mesa, pero si salen victoriosos en noviembre, avanzarán en ese modelo de igualación en un solo rasero".

En este sentido, España alerta que una de las características de los gobiernos autoritarios es "hacer muchísimas leyes y cambiarlas en reiteradas oportunidades, con el único fin de ser discrecionales, bajo un barniz de legalidad". "El leguleyismo gubernamental es una forma de ocultar cierta dsicrecionalidad", afirma.

"El tema del hombre nuevo, la nueva conciencia socialista, la inversión de los valores es uno de los trasnochos más grandes que tiene el Gobierno", apunta.

No obstante, el politólogo deja claro que para el Gobierno es fundamental el plano ideológico y eso viene después de la promulgación de las leyes.

"En la expresión marxista, el plano de la superestructura es lo que importa al Gobierno, no la infraestructura (medios materiales de producción) y eso es lo que no ha podido controlar en su totalidad: los elementos representacionales, cognoscitivos, mentales, opináticos. Estiman que si logran conquistar la mente de las personas, logran instaurar el modelo".


MARÍA DANIELA ESPINOZA
EL UNIVERSAL

http://www.eluniversal.com/2008/08/17/pol_art_hugo-chavez-no-prom_995168.shtml

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