lunes, 11 de agosto de 2008

Profecía


"La primera vez que lo encontraron, en el principio de su otoño, la nación estaba todavía bastante viva como para que él se sintiera amenazado de muerte hasta en la soledad de su dormitorio, y sin embargo gobernaba como si se supiera predestinado a no morirse jamás, pues aquello no parecía una casa presidencial sino un mercado donde había que abrirse paso por entre ordenanzas, descalzos que descargaban burros de hortalizas y huacales de gallinas en los corredores, saltando por encima de comadres con ahijados famélicos que dormían en las escaleras para esperar el milagro de la caridad oficial". Gabriel García Márquez en su libro " El otoño del Patriarca".

La cagada de Chávez

El andaba con un cólico, tenía diarrea. El estaba sudando frío, como cuando se enteró de la liberación de Ingrid Betancourt. El estaba pariendo y todo eso que ocurre cuando vienen los dolores "allá abajo", luego de atragantarse con caraotas picantes . Allá abajo apretaba y el hombre salió corriendo.

Al chofer del autobús, le dijo : "arranque compadre porque si no le dejó aquí la Ö No dijo "la mierda", no sabemos por qué, ya que carece de escrúpulos cada vez que le da por echar esos cuentos escatólógicos que en su boca presidencial cobran un inusitado valor ante sus aduladores que lo aplauden en medio de risas complacientes.

Un periodista español contó en Antena 3 que al felicitar al Rey Juan Carlos por su buena salida con Chávez, éste le respondió "lo toreé como pude" y que cuando le hizo aquella pregunta de ¿"Por qué no vamos el mar"? guardó prudente silencio , evitando quizá alguna de esas frases que lo han hecho famoso en el orbe entero.

A lo mejor recordó la vieja historia del alacrán que pasó al otro lado del río sobre el lomo de una ranita ingenua a quien le dejó como recuerdo la ponzoña, porque "ese era su carácter". Es posible que en un momento de relax le hubiera inventado al rey la historia de su diarrea, razón por la que seguramente llegó al lugar de la cita con bastante retraso.

Esa cagada monumental con la que terminó una singular aventura campestre y que contó con lujo detalles en un "Aló Presidente" se ha prolongado por nueve largos años en los cuales se ha apoderado de esta gran hacienda que es Venezuela, para desocupar sus arcas y apoderarse de lo que no es suyo, bajo el pretexto de que todo es para su pueblo que lo extiende más allá de la frontera.

Y como si la diarrea se alargara con el paso de los años, la mayor de las cagadas las ha puesto en este paquete de contrabando que vino a suplir su fallido intento de colocarlo en diciembre del año pasado, cuando le negamos el permiso a seguir abusando de nuestra paciencia.

En este tiempo, de rabia, se rompió los nudillos de las manos , hasta contrajo de nuevo la diarrea y se consoló cuando sus acólitos le aconsejaron que esas leyes inconsultas bien podría meterlas como parte de sus poderes infinitos, siendo como es, magnífico dios del billetaje de mi país, su país.

Dejó ver el paquete

øQuienes discutieron ese paquete? Lo sabemos, sin realizar esfuerzo mental. Todos aquellos que sin remordimiento de ningún género, con la certidumbre de que la revolución es así, de adentro, endógena , acatando la voz del amo y señor, erizados de interrogantes, sin escrúpulos, pactando desde el silencio de sus curules con el sueldo que reciben, aceptaron todo, firmaron todo y a la manera del Vicepresidente, explicaron las bondades de unas leyes en las que, por ejemplo, se promulga una norma militar que consagra la creación de milicias populares como otro cuerpo de la Fuerza Armada Nacional que pasa a llamarse como el jabón de lavar ropa sucia: FAB, o sea, Fuerzas Armadas Bolivarianas.

Todo lo que sigue es lo que se rechazó en diciembre. No nos debe parecer extraño que el Banco de Venezuela se llame muy pronto Banco Bolivariano de Venezuela y que a todos los empleados se les vista de rojo. El carmesí ya está en todas partes : en los muebles, las chequeras y las tarjetas de crédito.

Las miserias de la política

Se caen a coba. No se resignan a perder. Siguen colgados de unos globos que al primer pinchazo se desinflan.

Muy pocos de los candidatos que supuestamente nos van a representar en las alcaldías y gobernaciones, de uno y otro lado, tienen lo que deben tener. Sus programas son de una miseria que provocan rabia. Ninguno de ellos se ve comiendo en la casa de un obrero, ni caminando por los cerros de la mano de una de esas mujeres a quienes les han matado a sus hijos.

Ninguno conoce los dolores de los ciudadanos, ni saben cómo es el miedo que al comenzar la noche se apodera de todos nosotros los que no sabemos si al voltear una esquina, subir al Metro, agarrar un autobús nos van a dejar vivos. Andan por calles y plazas arrastrando sus carros de mentiras, alimentando las ilusiones de los pendejos que ya no sabemos qué camino tomar, porque todo es una miseria.

El dolor aprieta abajo, porque la gran mayoría amanecemos con cólicos

Mariahé Pabón
ND/Notitarde

http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=417354

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