sábado, 3 de enero de 2009
"Se le ha cortado la cabeza al Presidente..."
La frase la usó el Libertador en su Discurso sobre el proyecto de Constitución para Bolivia pronunciado en mayo de 1826 en la ciudad de Lima. Lo dedico a todos los que piensan que Bolívar se convirtió en dictador luego de haber proclamado la democracia en tantos decretos, manifiestos y cartas, y, sobre todo, ante el Congreso de Angostura. Me complace refrescar su pensamiento hoy dada la grotesca manipulación a que han estado expuestos desde hace diez años aproximadamente:
"Mi desesperación se aumenta al contemplar la inmensidad de vuestro premio, porque después de haber agotado los talentos, las virtudes, el genio mismo del más grande de los héroes, todavía sería yo indigno de merecer el nombre que habéis querido daros, ¡¡¡el mío!!! ¿Hablaré yo de gratitud, cuando ella no alcanzará jamás a expresar ni débilmente lo que experimento por vuestra bondad que, como la de Dios, pasa todos los límites? Sí: sólo Dios tenía potestad para llamar a esa tierra Bolivia… ¿Qué quiere decir Bolivia? Un amor desenfrenado de libertad, que al recibirla vuestro arrobo, no vio nada que fuera igual a su valor".
El Presidente de Bolivia, expresó, participa de las facultades del Ejecutivo Americano, pero con restricciones favorables al pueblo…. Yo he tomado para Bolivia el Ejecutivo de la República más democrática del mundo…. Se le ha cortado la cabeza al Presidente para que nadie tema sus intenciones, y se le han ligado las manos para que a nadie dañe. Bolívar estableció en dicho documento cinco Poderes Políticos: Los Colegios Electorales de cada provincia representan sus necesidades e intereses y sirven para quejarse de las infracciones de las leyes y de los abusos de los magistrados. Con este poder se puso peso a la balanza contra el Ejecutivo y el Gobierno adquirió más garantías, y más popularidad… Al ejercicio del Poder Público no le puso otras exclusiones que las del crimen, o de la ociosidad y la ignorancia absoluta. El cuerpo Legislativo formado por tres cámaras: la de Tribunos se encarga de leyes relativas a Hacienda, Paz y Guerra; Los senadores escogen los prefectos, jueces del distrito, gobernadores, corregidor y subalternos del Dpto. de Justicia; los Censores o fiscales vigilarán que se cumpla la Constitución y los tratados públicos. No se hallará dividido por falta de un juez árbitro. Ninguna ley útil queda sin efecto.
Amigos lectores, me quito la boina, que usualmente llevo, ante la estatura intelectual y humana de este patriota, quien nos honra cada minuto de nuestra existencia, porque según denotan sus palabras, el país es cuestión -Bolivia- quedaba blindado contra una dictadura. Los invito a leer detenidamente este documento.
Bolívar quería para Bolivia una ley que fuera perfecta, y estaba convencido de que un esclarecido legislador puede ser la causa inmediata de la infelicidad humana. En el Proyecto de Constitución para Bolivia hace un llamado a los legisladores, porque, según él, no existía responsabilidad entre los magistrados, jueces, y empleados, quienes abusaban de sus facultades. ¡Qué pudor, qué escrúpulos, qué sensibilidad y qué humildad nos demuestra el Libertador en el discurso sobre el proyecto de Constitución de esta nación!
A los profesores de Historia de Venezuela, recomiendo que estos documentos sean desempolvados y leídos, tanto a niños como a jóvenes, desde cuarto grado hasta el último año de educación secundaria. ¿Qué hacen en la oscuridad de las bibliotecas los pensamientos de este hombre valeroso e insigne? Hasta cuándo ignoramos documentos tan valiosos que dan fe de la dimensión humana del Libertador. Que en el futuro, ningún hombre o mujer se atreva a manipular los pensamientos del padre de la patria con fines innobles y políticos. Tantos valores que de otra forma se perderían si no los sacamos a la luz como el más alto ejemplo de un venezolano. Este hombre ejemplar era tan humano que se acercaba a la divinidad. El Presidente venezolano hace alusión a los pensamientos de un hombre que se acerca más a lo monstruoso, y que le sirve de guía, no de nuestro líder de la independencia. Sus odios y venganzas no tienen fin, y jamás se comparan ni con el terror que sintió Bolívar por la tiranía y los usurpadores de la libertad y los derechos sagrados de las gentes, como tampoco se acerca su odio al resentimiento que pudo albergar nuestro Libertador, en su momento, dado el apoyo de los patriotas a los españoles.
Quien lea sus palabras expresadas en el Decreto de guerra a muerte quedará sorprendido de su nobleza y de su fe en los americanos: A pesar de nuestros justos resentimientos contra los inicuos españoles, nuestro magnánimo corazón se digna, aún, abrirles por la última vez una vía a la conciliación y a la amistad; todavía se les invita a vivir pacíficamente entre nosotros, si detestando sus crímenes, y convirtiéndose de buena fe cooperan con nosotros a la destrucción del gobierno intruso de España y al restablecimiento de la República de Venezuela.
Y vosotros, americanos, que el error o la perfidia os ha extraviado de las sendas de la justicia, sabed que vuestros hermanos os perdonan y lamentan sinceramente vuestros descarríos, en la íntima persuasión de que vosotros no podéis ser culpables….
Estos son los valores de un hombre católico cuyos principios lo elevan a una dignidad inexplorada.
En el Discurso sobre el proyecto de Constitución para Bolivia, expresa: La libertad civil es la verdadera libertad, las demás son nominales o de poca influencia con respecto a los ciudadanos. En este documento, Bolívar garantiza la seguridad personal que es el fin de la sociedad, y de la cual emanan las demás, expresó. He conservado intacta la ley de las leyes, la igualdad: sin ella perecen todas las garantías, todos los derechos (…) A sus pies he puesto, cubierta de humillación, a la infame esclavitud. Convencido estaba que donde reina la igualdad no hay esclavitud. Legisladores, la infracción de todas las leyes es la esclavitud. La ley que la conservara sería la más sacrílega.
Tal fue su fe en los americanos que no aceptó que hubiese un solo boliviano tan depravado que pretendiera legitimar la más insigne violación de la dignidad humana: ¡Un hombre poseído por otro! ¡Un hombre propiedad! Pero qué contraria, qué adversa es la realidad que vemos en Cuba: todo un pueblo rendido a un dictador: modelo que desea implantar el Presidente venezolano en la patria de Bolívar. ¿No es esto un insulto?
¡Qué lejos está nuestro Presidente venezolano de entrar en la dimensión inexplorada de la dignidad de Bolívar! Sus ideales con relación a la democracia, a la seguridad ciudadana, y a la moral, harto claros, están plasmados en este documento. No existe posibilidad de malinterpretarlos, aunque sí de manipularlos. Si sólo hubiese seguido los pasos del padre de la patria, habría sembrado desiertos, caminos y puentes, y elevado con la moral y las luces la dignidad del más pobre de los venezolanos.
Beatriz Pineda De Sansone
El Universal
http://www.eluniversal.com/2009/01/03/opi_art_se-le-ha-cortado-la_03A2181061.shtml
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