El Ché Guevara estará retorciéndose en su tumba, donde quiera se encuentre su osamenta. Ha terminado de señal en clave de unos payasos, titiriteros y comediantes. Y todo por un puñado de dólares.
Que el temible Timochenko – a quien sea dicho de paso se le atribuye la paternidad forzada de Emmanuel, el niño nacido de una violación cometida en Clara Rojas – haya terminado maquillado, afeitado y disfrazado leyendo en alguna hacienda venezolana propiedad de alguno de los esbirros del teniente coronel una proclama en son de responso, es el colmo del absurdo. A eso quedó reducida la revolución bolivariana: a pista de circo y set televisivo. A eso redujeron a las FARC: a tropa de comediantes.
Por cierto: mala, muy mala actuación la del galán perverso de esta pésima teleculebra colombo-venezolana. Con esa dicción, esa dramaticidad y esas dotes actorales no llega a luminito de TVES, lo que es mucho decir. En RCTV no pasa de porta cables.
Malo, muy malo el director. Algún esbirro del teniente coronel. Tan mal escogió la locación, que parece filmada en el Parque del Este. Y para que nadie dudara de que se trataba de un montaje y no de un documento auténtico y veraz, se jugó a mostrar todas las tomas de que los cámaras contratados a la ocasión lucieron con desparpajo. Sólo falto un travelling y una toma en picada. Y el uso de una grúa de última generación. En cuanto al atuendo: recién planchado por la jefa de camerinos. Al parecer un uniforme de estreno de la Guardia Nacional.
¡Cómo se nota la ausencia de Fidel Castro, genio de la comunicación mediática, actor, directo y guionista consumado, el Orson Welles de la revolución caribeña! En cambio la mano peluda del King Kong de Miraflores brilla por su presencia. Chambonada de marca mayor para honrar un cadáver fallecido, muerto y sepultado, vaya a saber Dios hace cuánto tiempo.
¡Qué lejanos los tiempos en que los especialistas en manipulación mediática alababan la soberana capacidad del teniente coronel! Va tan palo abajo, que ya ni para escenificar su propia caída está capacitado. No será Chaplín montando Candilejas. Se parece más bien a Sadam Hussein de la última actuación, la de la horca.
Que Dios lo pille confesado.
LA TELECULEBRA COLOMBO-VENEZOLANA
Pedro Lastra
No hay comentarios:
Publicar un comentario