martes, 13 de mayo de 2008

Se hunde portaaviones


Crece porcentaje que responsabiliza a Chávez de los problemas del país

Asegura que ya el portaviones de Chávez como soporte a las candidaturas no será suficiente.

El director de la encuestadora Hinterlaces, Oscar Schemel, señala que el Presidente sigue teniendo un porcentaje importante de respaldo, sin embargo, ahora el apoyo no es incondicional, sino más crítico. Asegura que ya el portaviones de Chávez como soporte a las candidaturas no será suficiente para que el oficialismo gane gobernaciones y alcaldías.

"El apoyo a Chávez no es nada desestimable, hay una valoración positiva de su gestión que alcanza en promedio nacional alrededor del 40 por ciento pese a que la caída de su popularidad se ubica en 20 puntos en año y medio. Pero lo más interesante es que la calidad del respaldo está cambiando, quienes simpatizan o respaldan la gestión del Presidente también lo critican y lo cuestionan. Ya no le perdonan al Presidente sus errores, excesos y desmesuras", dijo esta mañana en Unión Radio.

Destaca que si bien el equipo de gobierno sigue siendo el principal responsable de la situación del país, la responsabilidad que recae directamente sobre el Presidente ha aumentado a 33 por ciento. "Eso es mucho, porque en vísperas de las elecciones presidenciales hace año y medio era de 12 por ciento".

"La gente sigue criticando al equipo de gobierno por ineficiente, por corrupto, pero también lo hace con el presidente Chávez porque no se ocupa de supervisarlos, porque se ocupa más de los problemas de otros países que los del país. Comienzan una serie de cuestionamientos que implican un cambio en la calidad del respaldo y eso se traduce en la intención del voto".

Por esto es que "ya el portaviones Chávez no es suficiente, no es una motivación, un argumento o atributo fundamental para inclinar decisión del voto del chavista hacia el oficialismo".

Recuerda Schemel que en las pasadas elecciones regionales el portaviones funcionó con mucha eficacia, "esta vez tanto chavistas como ni ni como opositores están pensando menos en la condición política del candidato y más en las credenciales y propuestas de los candidatos".

Schemel proporcionó los estados en los cuales tienen oportunidades las fuerzas adversas al gobierno, según la última encuesta realizada a nivel nacional en abril: Bolívar, Vargas, Miranda, Aragua, Carabobo, Zulia, Mérida, Táchira, Sucre, Anzoátegui, Yaracuy, Nueva Esparta, y además el Distrito Capital.

Refundar los partidos

Sostuvo que la estrategia del Presidente sigue siendo polarizar al extremo, plantear la permanente lucha de ricos, pobres, pasado, futuro, ricos, opositores, oficialistas y ante esta intención, según Schemel, "desafortunadamente la oposición contribuye con ese tema al colocarse como opción contraria".

"El rechazo a los partidos políticos tradicionales es muy alto, está por el 90 por ciento, de la gente que manifiesta ninguna simpatía, ninguna, de manera que hay que hacer un esfuerzo de refundación de los partidos políticos, de cambios importantes en el discurso, las significaciones y el discurso".

"No hay cambios significativos, la gente no confía del discurso porque los percibe simplemente buscando el poder, sin importarles el país. El Presidente tiene ahí una clara oportunidad y la está aprovechando insistiendo en su polarización extrema, a lo que la oposición contribuye porque no se presenta con una propuesta, sino como que son de oposición y eso no es suficiente", apunta.

Como contraparte, explica, la gente está construyendo espontáneamente, porque no hay liderazgo, una visión alternativa. "Frente a yo soy tu líder todos dicen yo mismo soy mi líder y todos somos líderes, frente a la centralización insisten con la descentralización, frente al socialismo la gente insiste con la democracia sin adjetivos, frente a la cooperativa la gente prefiere la microempresa, frente a la estatización prefieren la propiedad privada, frente a la lucha antiimperialista prefieren la inversión extranjera".

Esto es lo que hace concluir, según el encuestador, que "la dimensión ideológica del Presidente no es popular, antes se le excusaba, se le perdonaba, no se le prestaba tanta importancia, ahora sí porque es parte fundamental del discurso".

El fuerte del Presidente sigue siendo las misiones y la dimensión del discurso humano y social, "es tan eficiente ese discurso que hasta los opositores más radicales piensan que el Presidente tiene buen corazón, buenas intenciones y quiere ayudar a los pobres".

Sigue ocurriendo que el discurso del Presidente cautiva a los más necesitados. "Mientras más nos alejamos de los centros urbanos el Presidente incrementa más su popularidad porque ahí donde el clientelismo, el Estado y las carencias afectivas son mayores".

UnionRadio

http://www.megaresistencia.com/portada/content/view/2119/1/




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