El ministro de Comercio, Eduardo Samán, amenazó hoy con encarcelar a los dueños de areperas que sigan vendiendo las mismas a un precio de 18 o 20 mil Bs.
Según Samán, es inaceptable que las arepas se vendan a ese precio ya que la estructura de costo de las mismas (que presentará públicamente el lunes) hace que sean mucho más baratas.
“Eso es usura, y está castigado en las leyes con pena de prisión de 2 a 4 años“, ha añadido.
Samán ha amenazado también a las pasteurizadoras de leche: “Que vayan poniendo sus barbas en remojo”, ha señalado.
Encargados de areperas de la Gran Caracas aseguran que en caso de que el Gobierno decida fijar el precio de la arepa en 1,50 bolívares fuertes como lo sugirió Eduardo Samán, cerrarían sus puertas o dejarían de vender el alimento.
“Bajaría de inmediato la santamaría, esa sería una decisión automática. Pareciera que los que quieren regular los precios viven en otro planeta y no tienen idea de lo que dicen.
“La estructura de costos no da para vender a esos precios de ninguna manera“, argumentó el dueño de un comercio en la avenida Urdaneta.
Señalaron que es imposible vender el alimento a ese precio puesto que su margen de ganancia es de entre 10% y 20%.
La mayor parte de los ingresos que perciben por las ventas se invierten en la compra de ingredientes, en el pago de servicios e impuestos.
Explicaron que el costo de producción de una arepa es como mínimo de 8 bolívares fuertes, porque a todos los alimentos que venden en esos locales deben cargarle lo que se paga en impuestos, personal, alquiler, servicios, patente y el Seniat, entre otros pagos.
“En cualquier lugar de Caracas una arepa sola cuesta como mínimo 2 bolívares. No hay forma de vender a un precio tan bajo sin tener pérdidas enormes. Ningún comerciante aceptará trabajar con esas condiciones“, dijo el gerente de un establecimiento en Sabana Grande.
Lo que cuesta. Aun cuando Samán afirmó que con 1 kilo de harina pueden preparase 20 arepas, y que con un kilo de pernil rellenarse la misma cantidad, los comerciantes explicaron que con un kilo de harina sólo pueden preparar entre 10 y 12 arepas y con un kilo de pernil rellenarían 5, por lo que tendrían que bajar sus porciones o hacerlas más pequeñas para producir esa cantidad.
“El ministro habló de la arepa de pernil. Hay que investigar bien antes de declarar cosas que no son. Después de que se cocina, el pernil se reduce a la mitad. Luego debe rebanarse y entre las hojillas y las puntas se pierde otra parte. Máximo pueden rellanarse 5 arepas, y eso rindiéndolo”, agrega el supervisor de un comercio.
“Yo quiero pensar que esas declaraciones se hicieron para asustar un poco a los comerciantes y lograr que por su propia voluntad bajen un poco los precios. En realidad no puedo ni quiero creer que eso sea cierto, porque quien lo anunció no tiene ningún fundamento para hacerlo y de ser así las areperas dejarían de existir en el país”, señala el gerente de otro establecimiento en Plaza Venezuela.
El precio que se debe pagar por las arepas depende del local en el que se compre y de los ingredientes que se le quiera colocar. Cuestan entre 10 y 25 bolívares fuertes. La más económica es la de queso blanco, que se expende en 10 bolívares fuertes, y la más costosa es la de pulpo, que vale 25 bolívares fuertes.
Una arepa de queso amarillo cuesta 10 bolívares fuertes en Plaza Venezuela, por ejemplo, en Las Mercedes puede llegar a 20,71 bolívares fuertes. La arepa de pernil cuesta 12 y 23 bolívares fuertes en cada zona, respectivamente. En promedio, las areperas venden entre 500 y 1.000 arepas al día, según el horario y la fecha.
Advertencia. Nelson Maldonado, presidente de Consecomercio, indica que cuando un consumidor decide pagar por una comida en un restaurante debe tener en cuenta que entre 50% y 65% del precio del producto corresponde al pago de los impuestos y servicios que deben cancelar los comercios.
Advirtió que de fijarse el precio de la arepa en 1,5 bolívares fuertes no quedaría ni una sola arepera abierta en el país.
“Pareciera que el ministro Samán desconoce esa situación y eso es lo primero que debe valorarse antes de fijar cualquier precio. Cada vez que se compra un alimento en un restaurante, a este se le carga el costo de los impuestos, la luz, el alquiler, entre otros”, señaló.
Por: JOHANNA BOZO
Vía El Nacional
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