“Hay lugares de Venezuela a donde el agua no llega nunca y la leche sólo se ve en días alternos, pero raro es el venezolano que no tiene dos teléfonos móviles. De ahí que, apenas unos minutos antes de acabarse la jornada electoral, Chávez utilizara la compañía Movilnet -nacionalizada en enero de 2007- para enviar a 11 millones de celulares, un mensaje muy claro: “Vota sí”.
Su voz, tantas veces tronante, se refugiaba ahora en la intimidad del teléfono para apelar a lo más sagrado de cada uno y pedir, por enésima vez, la aprobación en el referéndum de una enmienda constitucional que le permita presentarse indefinidamente a la reelección”. Periodista Digital de España, 14 de febrero de 2009.
“Expulsaré a los corruptos y a los incapaces”
Lo dijo Chávez en la noche de su regreso al balcón del pueblo en Miraflores, acompañado de la Sagrada Familia Monárquica, la misma que goza de las prebendas del poder, sin que nadie ataje su incontrolable pasión por los viajes en agenda abierta, cancelados con los bienes del pueblo al que tanto aman. Si va a expulsar a los corruptos y a los incapaces, se quedará solo, porque no hay empresa estatal en donde la corrupción no corra pareja con la indiferencia de las autoridades encargadas de castigar a los asaltantes de la caja de caudales de la nación como es Pdvsa y sus filiales. A los corruptos y a los incapaces los fabricó el indestructible líder para que trabajaran en torno a su persona y lograran el mayor número de votantes en sus 15 eventos electorales que son el resumen de su fructífero mandato. No en vano, en la noche de su festín, muchos de los allí presentes, a voz en cuello olorosa a ron, gritaban que querían vacaciones, hartos ya de tanto jaleo, de ir y venir en autobuses y de peregrinar de casa en casa regalando celulares, motos, neveras, televisores y lavadoras. A los empresarios proveedores de PDVSA, se les exigió un aporte de treinta millones y parte de esa dádiva obligatoria debía enviarse en tarjetas telefónicas para alimentar el obsequio paternal de los móviles destinados a los votantes rojos. En español bolivariano, ¿qué nombre se le podrá dar a esta obsceno acto de corrupción?
Eso es carisma
Los observadores, a eso, lo llaman carisma. Es que es carismático, opinan. Claro. El carisma de bolsillo junto a un verbo de culebrón, no falla. Y Chávez junta estas dos armas porque si fuera un pobre diablo hablador de pendejadas y no tuviera nada para regalar, todos mirarían para el cielo, rogando a Dios se los quitara de encima. Pero heme aquí que el carismático líder surgió de un chorro de petróleo, con un chorro de voz y otro chorro de caradurismo, para completar el carisma del que hablan con propiedad todos los analistas. “Es que tiene carisma, no tiene rival”. Igual que cuando una joven se casa con un viejo millonario. El novio, “tiene sus añitos, pero no hay que negar su carisma”. Ese carisma tan especial que brota de las chequeras del enamorado galán otoñal y de sus dádivas, incluyendo serenatas con el mariachi de moda y la costosa voz de Vicente o Alejandro Fernández. La frase tantas veces dicha de “chequera mata galán”, tiene en Chávez su más digno cultor.
Sin rubor ni recato
“Muchos venezolanos creen que la votación carece de importancia porque no presuponen que en 2012 pueda volver a ser elegido presidente, pero los modos con los que ha utilizado en esta campaña todos los mecanismos del Estado, sin rubor ni recato, demuestran claramente que el carácter totalitario se va adueñando del régimen bolivariano y que la capacidad de Chávez para manipular y desvirtuar un proceso electoral es cada vez mayor”, remata en su editorial Periodista Digital de España.
El afecto filial
Estos hombres de Hugo que jamás exhiben a sus mujeres ni muestran a sus familias, se vieron de lo más tiernos y solícitos al cargar a sus niños para cumplir con el sagrado derecho del voto. Tan mal cumplieron con su rol de amorosos papás que uno de ellos ni siquiera supo mirar a la computadora para votar correctamente y luego de romper la boleta Nula, dejó en el piso a su hijo para terminar la digna misión. Quizá algunos de ellos estaban tratando de copiar a Obama, en lo del afecto filial, tal vez quisieron tocar el corazón de sus seguidores, pero lo cierto es que este grupo de acólitos al que hemos visto durante diez años cumpliendo con el deber de seguir a su amo, sin que sepamos si tienen esposas y las invitan a bailar, a qué hora llevan a sus hijos al parque, si cumplen con la familia en sus pocos ratos libres, no convenció con esa orden venida de arriba en la que se les obligó a cargar con sus niños a un acto político.
Para recordar
Felipe Zuleta, un periodista colombiano de garra, dijo esto en una entrevista a Caracol: “es difícil tumbar a un gobierno, pero es muy fácil que se caiga”. Cojan palco.
Hoy 20 de febrero de 2009, esta reportera cierra una maravillosa etapa de su vida al irse de El Mundo, porque ese vespertino que llenó la esperanza de muchos caraqueños, debió acogerse a la ley del hampa. La inseguridad, al caer la tarde hizo cerrar los kioscos y los pocos pregoneros le dieron la espalda por temor. Quedaron fuera muchos periodistas combativos, por ahora.
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