Contra la delincuencia indefinida vota NO
Alfredo José Cedillo León fue el joven, de 22 años, que ultimaron en la población de Sabaneta, El Consejo, el sábado en horas de la noche, justo cuando se encontraba compartiendo con sus parientes en un cumpleaños a escasos metros de su casa.
A pesar que familiares de la víctima se mostraron herméticos, se conoció por fuentes policiales que el infortunado vivía en la calle Paramaconi, casa número 10, del referido sector, sin embargo, para el momento del suceso estaba en la calle Sorocaima, ubicada en la cuadra siguiente.
El muchacho estaba en el compartir, a eso de las 9:30 p.m., cuando fue interceptado por dos sujetos que estaban armados, quienes por causas aún por determinar decidieron accionar uno de los armamentos contra su humanidad. Cedillo León cayó en el suelo, al ser impactado por dos balazos en el intercostal izquierdo, los cuales le causaron la muerte de inmediato.
Aunque no se sabe con certeza la identidad de los responsables, efectivos de seguridad apuntaron que testigos del hecho indicaron que los implicados respondían a los seudónimos de “El Eugenito”, “El Antonio”, “El Gregorio” y “El Gesmer”.
Se espera que las investigaciones competentes por parte de los sabuesos detectivescos conlleven a la causa verdadera de este asesinato, ya que hasta el momento los funcionarios presumen que todo fue por un ajusticiamiento.
Vía El Aragüeño / Rey Otaiza y Daniel Moreno
Como Johan Jesús Bastidas Blanco quedó identificado el joven, de apenas 21 años, que fue ultimado en la entrada del vertedero de San Vicente el pasado sábado en horas de la noche, víctima de un presunto ajuste de cuentas, según las versiones policiales.
Luego de varias horas, los efectivos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, de Caña de Azúcar, se aproximaron al botadero para el respectivo levantamiento de los restos, a quien le apreciaron varias heridas de proyectil que le truncaron la existencia de forma inmediata.
Aunque, como es costumbre, vecinos del sector afirmaron no saber nada sobre la identidad de los responsables, se conoció que algunos habitantes de la zona alcanzaron a escuchar cuatro detonaciones, a eso de las 9:00 de la noche, las cuales se presume fueron efectuadas contra la víctima, quien era conocida como “El Johan”.
La víctima, cuyos restos yacían en la entrada del vertedero, vestía para el momento que fue ultimado, un jean azul, franela morada y pulseras de colores. Se desconocen mayores detalles sobre este asesinato del cual funcionarios policiales y del CICPC presumen que fue por un ajuste de cuentas.
Vía El Aragüeño / Rey Otaiza y Daniel Moreno
Funcionarios de la Subdelegación La Vega del Cicpc consideran que un joven agente de la Policía Municipal de Baruta fue asesinado la madrugada del sábado cuando intentó refugiarse en una guarida de delincuentes.
A la una de la madrugada el agente Jean Carlos Véliz Delgado regresaba a su casa acompañado de un primo y dos amigos cuando tres motorizados comenzaron a dispararle. El funcionario de 25 años de edad y sus amigos se dispersaron, pero el agente corrió hacia el callejón Venezuela del barrio Los Mangos donde se encontraba un grupo de delincuentes.
Los testigos refirieron que escucharon varias detonaciones y tras un largo silencio decidieron inspeccionar. En el pavimento hallaron al infortunado policía. Presentaba disparos a contacto en la frente, el mentón y en el abdomen. Sus amigos lo trasladaron al hospital Pérez Carreño, pero ingresó muerto.
El director de Polibaruta, comisario Wilfredo Borrás, dijo que el agente dejó huérfana a una niña de sólo dos meses de nacida. Estaba adscrito a la Base de Manzanares y tenía tres meses de haberse graduado.
Los testigos refirieron que ellos estuvieron compartiendo en un pool situado en la parte baja de La Vega y cuando regresaban fueron atacados a tiros.
La pasada semana un distinguido de la Policía Metropolitana fue asesinado también en La Vega cuando intentaba verificar una denuncia. Antisociales que habitan en el sector La Invasión lo atacaron a tiros.
Recibió dos heridas en el rostro. En el mismo evento fueron abatidos por presuntos delincuentes luego de efectuarse un intenso operativo policial.
El cuerpo del funcionario fue trasladado a la morgue de Bello Monte a donde acudieron sus parientes. El cadáver será velado en una funeraria situada en el sector Las Fuentes de la urbanización El Paraíso.
Via El Universal / Gustavo Rodríguez
Francisco Javier Ángulo, un obrero de 23 años, fue asesinado de varios impactos de bala en su cuerpo, supuestamente, tras sostener una discusión con varios desconocidos.
El crimen se registró ayer, a las 7:30 de la mañana, en la calle 98A del barrio Royal, ubicado en el sector Pomona, en Maracaibo.
Ana Ángulo, progenitora del muchacho, precisó que: “Él salió de la casa —ubicada a pocos metros de donde ocurrió el asesinato— alrededor de las 7:00 de la mañana. Me dijo que iba a salir por ahí, pero no me especificó para dónde iba ni qué haría”.
La mujer dijo que cuando apenas habían transcurrido 30 minutos de la partida de Francisco Javier, vecinos del sector le notificaron que su hijo se encontraba tiroteado en plena vía pública.
Ángulo llegó desesperada a la escena del crimen, con la esperanza de hallar a su hijo con vida, pero el infortunado yacía en el pavimento sin signos vitales.
Funcionarios de la Policía Regional, que patrullaban por la zona, se acercaron hasta la calle donde permanecía el cuerpo para resguardar la escena del crimen.
Los vecinos de la calle 98A del barrio Royal dijeron desconocer los detalles de cómo ocurrieron los hechos.
“Sólo escuchamos los disparos, como a las 7:00 de la mañana, y al salir de nuestros hogares nos encontramos con el cadáver ahí tirado”, precisó un vecino, quien prefirió no identificarse.
Los residentes aseguraron que “el muchacho consumía droga”, pero que era tranquilo y no buscaba problemas con nadie.
Vía Panorama / Neiro Palmar Atencio
El temor se ha convertido en una "pieza clave" de los venezolanos
La joven Keila Marcano aún vive aterrada, luego de que fuese víctima de un asalto en las adyacencias del Metro de Petare. Pese a que el hecho ocurrió hace tres semanas, su miedo sigue, pues recibió amenaza de muerte de una mujer que a simple vista no parecía una delincuente.
Admite que salir todos los días a recibir clases y hacer sus diligencias personales, le ponen los pelos de punta. Y es que la desconfianza que ahora impera en su comportamiento, se la atribuye a la delincuencia y a la poca acción policial. "Me da pavor caminar por las calles, porque no sé en qué momento me atracan de nuevo", dice.
Así como Marcano, muchas personas viven con miedo hasta dentro de sus propias viviendas. Ello, por el alto índice de criminalidad que azota al país. Según encuestas del Laboratorio de Ciencias Sociales (Lacso) de la Universidad Central de Venezuela, 80% de los caraqueños sienten miedo de forma constante a la inseguridad. Esa cifra ha ido en ialza en los últimos años, en la medida en que los homicidios han pasado de 4.500 a 15 mil al año en una década en el país.
Tan sólo en el mes de enero, 21 motorizados fueron asesinados en la capital. Esas víctimas forman parte de las 277 muertes violentas que se han contabilizado en lo que va de año.
Actualmente tener una moto es sinónimo de muerte, más aún cuando la mayoría de los delitos se cometen con ese tipo de unidades. Es por ello que para Johan Sánchez vender su moto es una prioridad, pues dice "prefiero andar en autobús para evitar que me vayan a matar por una moto".
Mario Bracho, especialista en Psicología Clínica, admite que los niveles de inseguridad han trastrocado la fibra de tranquilidad de los venezolanos, pese a que muchos no hayan sido víctimas de ningún delito. "Independientemente de que una persona no haya sufrido los embates de la delincuencia, de por sí nos sentimos inseguros cuando circulamos por las calles. No tenemos instituciones que ofrezcan el mínimo de seguridad y eso hace que los niveles de temor vayan en aumento", dijo.
Todos los días, los usuarios del Metro de Caracas reciben instrucciones de cómo circular por los andenes y escaleras del sistema de transporte masivo.
"Caminamos rápido y asustados. Las instrucciones reflejan que las mujeres deben colocarse carteras y bolsos en el pecho. Antes el Metro se consideraba seguro", dijo Hilda Solórzano.
El estilo de vida ha cambiado, pero para peor, asegura Bracho.
"Aquellos tiempos cuando las familias acostumbraban a caminar por las noches por los espacios públicos, volverán en la medida en que haya un verdadero sistema de seguridad que garantice el libre tránsito y permita que las personas drenen el pavor", enfatizó. Sin embargo, recalcó Bracho que la prevención es el arma que se debe emplear en estos tiempos de violencia.
Deivis Ramírez Miranda
EL UNIVERSAL
Contra la delincuencia indefinida vota NO
1 comentario:
te digo es mentira esta vaina el barrio royal esta en la paroquia cecilio acosta y no es pomona dejen de mentir al pueblo
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