jueves, 26 de febrero de 2009

“Derechos por mitad”


El editorial de este jueves del diario “El Nacional” comenta el Informe anual sobre Derechos Humanos del Departamento de Estado y valora la situación de los mismos en Venezuela.


Este es el editorial de este jueves titulado “Derechos por mitad”:

Ayer los despachos de las agencias de noticias se dieron banquete con el informe anual del Departamento de Estado, en el cual se aprecia la situación de los derechos humanos en el mundo. Se trata de un termómetro unilateral, de un país que, como Estados Unidos se interesa por la vigencia de un estatuto aprobado, en hermosa hora, por la ONU, y que rige y existe para aquellas naciones que se olvidan de esos derechos, entre ellos EE.UU. y también para quienes chantajean a la comunidad internacional disfrazándose de humildes ovejas vejadas por la gran potencia.

Por lo general los regímenes que se disfrazan de democracia (para crear una ruta clandestina hacia el autoritarismo), tienden a desprestigiar los informes anuales del Departamento de Estado, esgrimiendo que éstos obedecen a una estrategia de propaganda del imperio. De esa manera lavan su conciencia y potencian su hipocresía popular.

Pero cuando vamos a los hechos claros y concretos, nos damos cuenta que quizás el Departamento de Estado pueda equivocarse un poco, pero los venezolanos que vivimos a diario la extirpación del derecho al trabajo debido a que un trabajador no milita en el Psuv, sabemos que ese derecho humano a trabajar para mantenerse vivo y dar de comer a la familia, se ha vuelto un acto de sumisión ante el poder.

Sabemos también que el derecho a la salud está prohibido y que los altos ingresos petroleros no han servido para darle a los trabajadores y empleados del Gobierno una atención médica aceptable y rápida. Hoy los grandes sindicatos de los ministerios exigen, como condición irrenunciable, el amparo de un seguro privado HCM, es decir, de hospitalización, cirugía y maternidad, porque el gobierno socialista es incapaz, luego de diez años de socialismo, de darles protección adecuada. Y sin embargo, pretenden regular y hundir a las clínicas privadas. ¿A quién beneficia esto? A nadie, y menos a los trabajadores que cuando acuden a los hospitales y no consiguen ni una curita.

¿Y qué del derecho a la educación? Ojalá alguna vez el Presidente hablara con la gente que tiene sus hijos en Fe y Alegría, en las escuelas parroquiales, y en tantas iniciativas seglares para formar y educar a los pobladores de los barrios que saben (o tienen la intuición correcta) de que allí sus hijos encontrarán una posibilidad mejor para formarse para la vida.

¿Y qué del derecho a la vida? ¿Cuando el Presidente ha sentido en los últimos años la angustiosa sensación de que un familiar cercano no va a regresar a su caso porque lo mataron en la esquina de abajo? ¿Sabe acaso el Presidente lo que significa comprar una moto para trabajar y comprar a la vez una sentencia de muerte, como sucede a diario con los mototaxistas?

Para nosotros, los periodistas, no existe sino el derecho a esquivar con rapidez, al llegar a nuestra casa, a un miembro de La Piedrita, y sentir que el derecho a la vida sólo pertenece a una mitad privilegiada de los venezolanos, y que el resto carece de protección del Estado.


http://www.noticias24.com/actualidad/noticia/25260/el-derecho-a-trabajar-se-ha-vuelto-un-acto-de-sumision-al-poder/

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