sábado, 27 de septiembre de 2008

Desfile de magnicidas, golpistas, terroristas, traidores, depravados, bribones, pitiyanquis...


Revolución, patrañas y peligros


La única verdad de la "revolución bolivariana": el fraude de una ocasión estelar

Dónde está la verdad de la "revolución bolivariana"? Después de diez años del advenimiento del chavismo se vuelve irrelevante averiguar si se trata de un régimen de orientación izquierdista acosado por los monstruos de la derecha tradicional, debido a que lo que de veras interesa es saber cuánto ha hecho por el bienestar de los venezolanos, por la superación de la calidad de vida de los ciudadanos, por el aprovechamiento de una avalancha de petrodólares en beneficio de la gente común. De un análisis detenido, o de un simple vistazo, se establece un corolario irrefutable: la dilapidación de una inmensa masa de dinero y la pérdida de una oportunidad excepcional para la transformación del país. Esa es la única verdad de la "revolución bolivariana": la sensación de tiempo perdido, el fraude de una ocasión estelar que se arroja al tarro de la basura, el derrumbe de una república que de nuevo quiso creer en un hombre de armas disfrazado de benefactor.

Pero, si estamos ante una realidad no sólo imposible de ocultar, sino igualmente trabajosa de retocar con un maquillaje capaz de disimular las arrugas, las estrías, el pellejo marchito de una oferta que en cuestión de una década llegó a la decrepitud, podemos con fundamento dudar que los artífices del movimiento no se hayan percatado de la magnitud de su naufragio. El más miope de los observadores del Gobierno cuenta con elementos suficientes para medir la estatura de su fracaso. Suena razonable que no se pongan a pregonar su despeñadero, especialmente en los comienzos de una campaña electoral, pero les sobran elementos para redactar el inventario de una frustración como ninguna en la historia de Venezuela. También suena razonable la necesidad que tienen de olvidar la inmensidad de sus goteras mientras se llenan el bolsillo, no en balde la sinceridad es enemiga jurada de la corrupción. Pero, a la vez, podemos pensar en otra excusa: creen de veras que protagonizan un régimen de izquierda acosado por los enemigos tradicionales de una administración de tal naturaleza, los oligarcas, los ubicuos cipayos, los momios salidos de las tinieblas; y en función de la salvaguarda de un entendimiento peculiar de la custodia del bien común contra lo más oscuro de la reacción justifican la urdimbre de desastres contando con su reparación en la posteridad. Los ladrones, los timadores, los calumniadores y los ineptos, como son de izquierda, un día se desprenderán de sus mañas, de sus vicios infinitos, para fabricar la sociedad justa después de liquidar a los escuálidos que no han de faltar en un enfrentamiento entre el pecado de los poderosos y la virtud de los desposeídos. Así funciona su cabeza cuadriculada.

En la operación no resulta problemática la inexistencia de esas potencias infernales. Sólo es cuestión de inventarlas y de machacar la existencia del invento para ponerlas en circulación. De allí el desfile de magnicidas, golpistas, terroristas, traidores, depravados, bribones, pitiyanquis y demás abortos de la antipatria con los cuales pretende el Gobierno proclamar la guerra santa que al final les permitirá inaugurar el paraíso. Es evidente que no habita entre nosotros una legión infernal de tal naturaleza, sino una muchedumbre de gente cada vez más descontenta, más defraudada y llena de furia, pero la legión es fabricada por los manipuladores del chavismo ante la necesidad de vender la mercancía de una administración competente y honrada que no se encuentra en ninguna parte. A nadie escapa el tamaño de la pugna que puede destrozar a la sociedad, si le aparecen y le crecen clientes a la engañifa.

¿El gordo Antonini Wilson es de izquierda o de derecha, junto con esos caballeros solícitos que les sirven de pajes a los zares del petróleo? ¿Acaso no se proclaman como izquierdistas los burócratas que suministraron los dólares al gordo Antonini Wilson, para que los llevara de paseo integracionista a Buenos Aires con el objeto de remediar las necesidades de la menesterosa señora que ahora reina en la Casa Rosada? No perdamos tiempo en la clasificación. Pensemos sólo en cómo esa camorra resume la verdad de la "revolución bolivariana", o una parte esencial de ella, o su misma sustancia. Si de aprovechar la oportunidad histórica se trata, se han llevado la parte del león mientras las mayorías pasan las de Caín. Siguiendo la pista de casos como el del maletín, siguiendo el rastro de sujetos de la calaña de sus protagonistas no sólo encontraremos la verdad redonda del chavismo, sino también el bulto de los verdaderos enemigos de la patria a la que tanto acude el mandón para sostener su hegemonía. Y, a propósito, ante tantos desmanes que traspasan las barreras de la nación, ¿qué es de la vida del Ministerio Público?

Elías Pino Iturrieta
El Universal
http://www.eluniversal.com/2008/09/27/opi_art_revolucion,-patranas_1055879.shtml

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