Ejecutivo enfila baterías contra modelo agrícola capitalista
Para superar déficit en alimentos debe "apoyarse a los conuqueros"
La confrontación entre producción socialista y capitalista se plasma en el Plan de la Nación 2007-20013, en la Ley Orgáni- ca de Soberanía y Seguridad Alimentaria, y en la filosofía de programas de desarrollo agroproductivo del Ejecutivo nacional.
En esta disputa ideológica, investigadores del Gobierno nacional consideran que una radiografía al sector agroindustrial arroja un panorama político de desestabilización, asegurando que "no hay libertad de mercado sino oligopolios en Venezuela", según afirma el sociólogo Carlos Lanz, coordinador del programa "Todas las Manos a la Siembra" (que lo organizan los ministerios de Educación Superior, de Ciencia y Tecnología, y de Agricultura y Tierras).
Lanz explica que la idea surgió a partir de que "estamos sometidos a un proceso continuo de desabastecimiento, a veces manipulado por un interés político y otras veces por situaciones deficitarias de la agricultura, impactada por el saldo histórico de limitaciones que ha tenido el campo venezolano".
Agrega que esto se ha combinado "para generar lo que denomino el desabastecimiento programado. Hay sectores que manipulan porque tienen la producción en sus manos".
El responsable de los males
El coordinador de Manos a la Siembra asegura que "la valorización del capital y la búsqueda de la ganancia ha conducido a un deterioro progresivo del campo", atribuyendo esta responsabilidad a los sectores privados. Destaca que el impacto se refleja en semillas sin calidad, fallas de control en plagas y enfermedades, falta de riego, alta erosión de suelos, poca actualización tecnológica, monocultivo e importaciones; y roscas en los canales de distribución.
Y en la discusión sobre el papel de los privados, Lanz afirma que "la Constitución no garantiza el derecho absoluto a la propiedad, sino que puede restringirse por el interés público o general. En el caso de la seguridad alimentaria, el Estado debe garantizar la producción de alimentos". A su juicio, el sector alimentario tiene un amplísimo componente de oligopolio por un puñado de empresas. "La revolución está en deuda con la prohibición del monopolio, o la posición de dominio de empresas. Eso no ha sido desarrollado, y no me explico por qué no se ha aprobado la Ley Antimonopolio. Es una cuenta pendiente de la Asamblea Nacional".
Otro modelo
Lanz manifiesta que "desde 2002 hemos sugerido, por el manejo político de las crisis de desabastecimiento, un enfoque distinto de desarrollo rural. Este año relanzamos la propuesta para modificar las prácticas docentes y contenidos curriculares de instrucción agropecuaria, institutos tecnológicos y cuatro universidades experimentales". El programa estipula que para superar las insuficiencias estructurales en soberanía alimentaria es necesario "el desarrollo endógeno y sustentable en el campo, la transición del enfoque agroquímico a agroecológico; el crecimiento de la agricultura en pequeña escala en rubros como caraota, maíz, yuca, carne y leche; el énfasis en sectores campesinos conuqueros y pequeños productores (de 0,5 a 4 hectáreas), y la inclusión social y territorial", entre otras.
Hasta ahora, la experiencia de Manos a la Siembra se ha desarrollado sobre 250 hectáreas "resultando sustentable, con semillas criollas que resisten agua, sequía, plagas y enfermedades".
No al McDonald's
Una premisa clara del Ejecutivo es la relación entre producción y patrones de consumo. Lanz expone que "hay un nexo entre consumismo y comida chatarra, que afecta la producción. ¿Por qué comer pan en un país que no produce trigo? Un ciudadano consciente puede sustituir productos para pasar a la gastronomía popular. Frente a la cultura de refrescos, el guarapo de papelón; frente al McDonald's la cachapa, frente al perro caliente la empanada".
Ernesto J. Tovar
EL UNIVERSAL
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