En la columna de este lunes, Pablo Aure titula su columna “El Paranoico”, para hacer referencia a la denuncia que actualmente plantea el gobierno sobre el intento de magnicidio al presidente Chávez, en el diario El Carabobeño.
Esta es su columna completa:
La estrategia del oficialismo de hablar y copar todos los espacios sobre el tema del supuesto descubrimiento de un plan magnicida puede tener varias lecturas. Una de ellas puede ser la de desviar la atención de los verdaderos problemas del país originados por la ineptitud del gobierno; esto es, que la gente, en lugar de exigirle al gobierno eficiencia en la solución de los problemas -que, por cierto, cada día son mayores-, hable más bien de la locura que significaría darle muerte al Presidente.
Dado al depravado estilo del régimen para contrarrestar las críticas de la oposición, inventan lo del magnicidio para evitar que se hable de la corrupción monstruosa que corroe todos los niveles de la administración pública. Es muy probable que aireen el libreto del magnicidio justo en este momento para intentar tapar las graves revelaciones delatadas en Miami, con el juicio cuyo protagonista estrella es Guido Antonini Wilson y su jugosa maleta.
No es descartable que con la invención del magnicidio el régimen pudiera pretender hacerle creer a los incautos que ni el alto gobierno se salva de los elevados niveles de inseguridad reinante en el país, y, quien sabe, si el día de mañana voceros gubernamentales le atribuyan los homicidios y los atracos que ocurren todos los días, no al hampa, sino a un plan “golpista y terrorista” de la oposición, capaz de cualquier cosa para desestabilizar la paz nacional con el único objetivo de tumbar al comandante en jefe.
Cualquier especulación sobre ese invento gubernamental es válida dado a lo poco serio, o mejor dicho, lo inescrupuloso que han resultado ser no sólo los órganos de inteligencia y contrainteligencia que protegen la integridad física del presidente, sino sus más cercanos colaboradores, entre ellos la directiva de la Asamblea Nacional, la Fiscalía General de la República y el Poder Judicial.
Muchos pudieran pensar que, o a Chávez de verdad lo detestan, y tiene a la gente en ese grado de desesperación (pues con esta nueva denuncia ya van 34 las veces que supuestamente han planeado liquidarlo) o son puros inventos gubernamentales. No tengo por qué dudar que ciertamente existan personas a las que le haya pasado por la mente desearle la muerte al presidente.
A ellos recordamos lo que dijo Nicia Maldonado, ministra para los pueblos indígenas, de que “aquí en Venezuela se respetan los derechos de los seres vivos, inclusive del ser humano…”. Nunca olviden la sesuda expresión de esta ministra. Respétenme la vida a Chávez, que no solamente es el Presidente de la República, sino que, coincidencialmente, es un ser vivo.
Por nuestra parte, y desde aquí, deseo que cuando el paranoico sea llamado a rendir cuentas con la eternidad, su deceso se produzca por causas naturales y no por una bala o un misil lanzado contra su humanidad por alguien de la oposición “golpista y terrorista”.
Agonía
Chávez sabe que su régimen atraviesa por una etapa difícil de superar. El referéndum de diciembre del año pasado fue el causante del verdadero magnicidio. El 2D el pueblo venezolano le dijo a Hugo que no lo quiere por otro período adicional: que hasta el 2013 es más que suficiente. No fue el complaciente Poder Judicial que sentenció al paranoico a salir de Miraflores. Para su propia desgracia, fue nada menos y nada más, un juicio popular. Por lo que el mismo día en que se celebró la consulta referendaria también se le condenó a abandonar Miraflores en enero de 2013.
Chávez, a como dé lugar, trata de hacer ver que su gobierno está vivito y colendo, cuando la realidad es otra, el régimen chavista está viviendo su agonía.
Hugo Chávez recurre a la tesis del magnicidio porque no soporta la idea de que en los próximos meses pueda surgir el nombre que lo sustituirá; bien sea desde el cuadro opositor, o de las filas del batallón oficialista. El 23 de noviembre son las elecciones regionales. El protagonista no será el presidente, serán otros personeros. Eso no lo soporta Chávez ya que en 10 años él ha sido el actor principal. Él siente que si se aparta del debate corre el riesgo de dejar el espacio a personas que el día de mañana se conviertan en sus sucesores.
Por eso, los estrategas de Chávez hablan del magnicidio para que en plena campaña electoral regional se siga hablando de Chávez, y no nos ocupemos de los genuinos actores de las próximas elecciones.
Tendencias inseguras
Me preocupa mucho que se empiece a sospechar que, lo que parecía un triunfo abrumador de Henrique Fernando Salas Römer, hoy tienda a enturbiarse por las decisiones ambiciosas. Sigue arriba en las encuesta, pero se le está moviendo el piso. La maniobra de Proyecto Venezuela de escoger a Dayana Villavicencio como candidata a alcaldesa ha causado malestar dentro de las agrupaciones que respaldan al “Pollo”.
No podemos desconocer la inteligencia y preparación de Dayana, pero los acuerdos en política deben respetarse para que jamás perdamos la credibilidad. Creo que el partido de Salas Römer está jugando con candela y puede resultar que en Carabobo se pierda el “chivo y el mecate”. A lo mejor me equivoco y los Salas hacen caída y mesa limpia, pero tengo que advertir que no vivimos los mismos momentos de aquellos años en los cuales Salas se montó sobre sus hombros a Paco Cabrera y lo convirtió en alcalde.
Proyecto Venezuela ha debido apoyar a Miguel Cocchiola como candidato único de la oposición, o a Gustavo Urriola, de quien nadie sabe si es o no de oposición. Pero jamás sacar otro candidato para seguir dividiendo los votos opositores. Esperemos que antes del 23 de noviembre evalúen bien lo que puede pasar si persisten en el afán de tratar de hacer doble play.
Mientras todo esto ocurre en el bando opositor, Acosta Carles sigue ganando terreno. Y en la medida en que se aleja de Chávez a quien le quita votos es al “Pollo”, indiscutiblemente. Abdala Makled, por su parte, gracias a su costosa campaña, se mantiene muy bien posicionado en las encuestas, hasta el punto de que es secreto a gritos que el candidato oficialista se ha propuesto sacarlo de la contienda, para heredar el caudal de votos que tiene cautivos el enigmático Makled.
Pablo Aure
El Carabobeño
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