miércoles, 17 de septiembre de 2008

Un atentado contra una multitud causa ocho muertos en México


Al sonar la primera campanada se escuchó la primera explosión. Instantes después, la segunda, a 200 metros. La mayor fiesta civil del año acabó en tragedia en la gran plaza colonial de Morelia, capital del estado mexicano de Michoacán, donde 8 personas murieron y 101 resultaron heridas. Fue un atentado contra la población cometido en plena ceremonia de el Grito de Querétaro, que iniciaba a medianoche del lunes el Día de la Independencia. Al presidir ayer el desfile militar, el presidente, Felipe Calderón, él mismo natural de Morelia, pidió "en nombre de la República", "la unidad" del país "en esta hora crítica".

El gobernador de Michoacán, Leonel Godoy, del Partido de la Revolución Democrática (PRD, de izquierda), vio truncado su toque de campana y sus vivas a México y a "los héroes que dieron patria y libertad" a los mexicanos en 1810. Las que él cree que fueron dos granadas de fragmentación --según otros testigos, lanzadas por un tipo robusto vestido de negro-- provocaron brutales escenas de pánico y dejaron la plaza salpicada de cuerpos y de sangre. "Sin duda alguna, se trata de un acto terrorista", señaló el gobernador. Y añadió: "El crimen organizado es nuestra primera hipótesis".

AMENAZAS ANTERIORES
Como al menos otros dos gobernadores, Leonel Godoy recibió varias amenazas de atentados. Pero la redoblada vigilancia policial y militar de los lugares estratégicos no pudo evitar un atentado de ese cariz, en una plaza central en la que no hace tantos años muchos sustituían los petardos de estas celebraciones por las ráfagas al aire de sus cuernos de chivo, los kalashnikov. En el despliegue que siguió a los estallidos, la policía disparó contra varios coches en los que iban hombres armados, que no se supo si tenían relación con el atentado.

"En este día que es de fiesta nacional hay cobardes escondidos entre la multitud de los festejos patrios que han convertido el gozo en tristeza y la alegría de las familias mexicanas en luto", dijo ayer Calderón, en el más duro de sus discursos desde que hace casi 20 meses asumió la jefatura del Estado y declaró la guerra a los traficantes de droga. El presidente llamó "traidores a la patria y cobardes, asesinos sin escrúpulos, miserables" a quienes "atentaron contra inocentes en una acto execrable".

En la capital, el Zócalo celebró primero el Grito del excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador y por la noche el del presidente. De vuelta del puente festivo, los mexicanos volvían a temblar.

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