viernes, 5 de septiembre de 2008

De gran elector, a jarrón chino


El oficialismo bregará sus votos sin tener a la mano el comodín del "pasado"

Basta leer el bendito documento para tener una idea de cómo anda la autoestima de la revolución. Pese al estilo técnico-edulcorado con que fue escrito, el mamotreto describe mejor que nada el patetismo con que el oficialismo asistirá a la contienda de noviembre. Cada página, de hecho, es un elocuente resumen del fracaso del "proceso" y de la absoluta pérdida de su espontaneidad: es también un inventario adelantado de lo que la historia terminará registrando como parte de las causas del derrumbe de Chávez y de su obsecuente falange "socialista".


Lo que señala el plan estratégico del chavismo es muy claro: la revolución se volvió puro bla bla grandilocuente. Tanto, que los técnicos recomiendan tomar distancia de los "discursos propositivos", porque tras diez años de incumplimiento la credibilidad quedó hundida en las categorías más deplorables. Ni siquiera la oferta más despampanante encendería hoy el entusiasmo de la masa, a la que se le pretende convencer -como lo hacía el puntofijismo en su agonía- de que, siendo un desastre, el "proceso es perfectible". Así, pues, a noviembre llegará el oficialismo éticamente inhabilitado para formular ofertas y promesas; con su portaaviones convertido casi en un jarrón chino, querido pero inútil. Llegará envuelto en las banderas de un partido cuyo protagonismo en la campaña servirá para reafirmarle a la gente el rechazo que ya siente hacia un país en extremo polarizado, donde la partidización del Estado ha alcanzado cotas de asco y esclavitud.

El oficialismo bregará sus votos sin tener a la mano el comodín del "pasado"; con una militancia avergonzada de "pertenecer" y curiosa ante nuevos derroteros; con unos aburridos e incomprensibles lemas ideológicos; y para colmo, con la cantinela de unas misiones desmejoradas que, al emplearse nuevamente como leit motiv electoral, sólo confirmará al ciudadano lo muy poco que se le ha dado, en comparación a las ayudas recibidas por los "hermanos del alba".

Acerca de la moderada utilización de la figura del jefe el documento acepta, sin decirlo, que Chávez ya no es confiable como gran elector: que sus escogencias anteriores han sido manifiestamente insatisfactorias y que hasta el electorado cautivo va a la jornada buscando otros referentes, convencido como está de que los equipos de la revolución son precisamente "los responsables del fracaso del presidente". Es curioso, además, que el oficialismo crea tener resuelta la rendición de cuentas post electorales. Pretendiendo "cuidar" al presidente, y admitiendo la factibilidad de una derrota noble, el plan describe abiertamente la intención de que ésta le sea endosada a la organización, y no al dueño del "proceso".

En fin, esta derrota relatada en power point no oculta nada: sus láminas son una espectacular confesión de parte que, desmigajada "en cristiano", puede servir de mucho para demoler la gigantesca mentira revolucionaria.

Argelia Ríos
ND/ElUniversal
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=428447

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