jueves, 23 de abril de 2009

La casa del terror






“Agradezco mucho las lágrimas derramadas ante esta injusticia, pero les invito a dejar el luto atrás y retomar el camino que nos lleva a defender este país. Reflexionen. ¿Qué país queremos para nosotros, para nuestros hijos, para los que amamos? Ese país sólo se construye actuando. Actuemos ya. Cada segundo que pasa sin que actuemos, es un segundo imposible de recuperar”.Comisario Iván Simonovis, preso político, condenado sin pruebas a 30 años de presidio, sin derecho a ningún beneficio.

Con gran acierto, una amiga mía que entiende poco de política, me dijo que Venezuela era como una gran Casa del Terror, de esas que tienen una entrada bien iluminada, engañosa, que te invita a divertirte y pasar un buen rato. Después que estás dentro comienzan los sustos, los muertos que se te enciman, los gritos de terror, el agua que te derraman de repente, los soplos de brisa helada, los ahorcados, brujas, fantasmas, asesinos. Cadáveres a cada paso y uno pensando ¿para qué me metí en esto? ¿Cuando se acabará esta “diversión”? ¿No hay salidas de emergencia? íQuiero que se acabe este mal rato de una vez! Y lo que te hace sentir más estúpido es que hayas pagado para estar aterrorizado y exasperado.

Es verdad, los venezolanos estamos viviendo dentro de una Casa del Terror y no visualizamos la luz de la salida. Para el Jefe de la Casa era tan importante que le dieran ese Sí el 15 de febrero porque así podía emprender su campaña de terror amparado en una supuesta mayoría. Para él esa es la mayoría que vale y no la que le dijo NO a la Reforma Constitucional en diciembre de 2007. Despreciando la voluntad popular, para él eso fue una “victoria de mierÖ” que no tiene por qué respetar. La comparsa terrorífica que le acompaña se apresura a aprobar todas las leyes que requiere el amo para tener el control total de todas las actividades del país. El orden está clarísimo:

1. Anular el poder que puedan tener Alcaldes y Gobernadores de Oposición despojándolos de todas sus competencias y recentralizando puertos, aeropuertos y autopistas que puedan generar algún ingreso, para así dejarlos mochos y sin real.

2. Cerrar el acceso a los dólares a las empresas para reducir al mínimo o anular totalmente el poco poder económico que les queda.

3. Poner de rodillas al comercio y a las actividades privadas, para eliminar cualquier independencia del régimen. Para eso cuenta con la invalorable ayuda del Seniat y de Indepabis, ocupados de cerrar negocios para que al fin se acabe esta perniciosa práctica del libre comercio.

4. Allanar, ocupar, intervenir, expropiar toda fuente de producción agraria, ganadera o agroindustrial. Tomar tierras productivas, exterminar haras y fincas de producción o de recreo, apoderarse de silos y plantas en plena actividad. Como no hay muchos dólares para importar alimentos, hay que ponerle la mano a quienes lo producen, bajo sospecha de golpistas porque no quieren trabajar a pérdida. La ley hecha por los lacayos de la Asamblea le permite al gobierno apropiarse de lo que quiera en razón de “los altos intereses de la patria”. Y ellos siempre tienen interés en lo ajeno.

5. Acallar a medios de comunicación, a periodistas, columnistas y a cuantos puedan protestar y denunciar los atentados contra la democracia venezolana. Después del cierre de RCTV, cualquier cosa puede hacer el régimen y Globovisión es su siguiente amenazado.

6. Por último y no por eso menos importante, es la siembra del terror, de la desconfianza, de la incertidumbre en los habitantes de este país. Desde restringirle los dólares para viajar al exterior, hasta no concederle pasaportes a los menores de edad o cupos para estudiar en universidades públicas, cualquier cosa es válida para atemorizar. El régimen quiere a un ciudadano que no se atreva a protestar porque le pueden quitar todo, que no se atreva a ganar una elección porque es reo de cárcel y de despojo de su patrimonio personal, que nadie hable contra los jerarcas de la monocracia, porque pueden cerrar el medio de comunicación por lo que digas, que ningún periodista ose revelar la barbarie depredadora instalada en el gobierno nacional.

El miedo es el arma mortal de las dictaduras. Tienen sus brazos, llámense SS, Camisas negras, Seguridad Nacional o La Piedrita. El asunto es mantener la disidencia a raya, si es posible, desaparecerla. Actuando como usurpadores del poder delegado por el pueblo, se creen dueños del país sin tener ni idea de su temporalidad, por cierto bien cercana al final. Porque tiene que estar al borde un régimen que se atreve ya a cara destapada a utilizar la justicia para castigar a sus oponentes. No hemos olvidado la cárcel de Carlos Ortega, del Capitán Nieto, del General Usón, del General Felipe Rodríguez, la orden de arresto contra Patricia Poleo, los presos del Táchira, el acoso judicial y diplomático contra Nixon Moreno, las condenas contra los policías y comisarios de la Policía Metropolitana. Hasta el General Raúl Baduel está tomando su propia amarga pócima. Las amenazas de cárcel contra Capriles Radonsky, contra Leopoldo López, la cacería contra Antonio Ledezma.

Manuel Rosales es el más evidente caso de persecución política, sentenciado aún antes de ser juzgado. Con este caso, todos los esfuerzos del régimen chavista por ser considerado internacionalmente un gobierno democrático, se desploman definitivamente. La oposición democrática tienen que hablar alto y claro, es el momento en que la presencia de quienes individualmente han tratado de hacer valer sus derechos, como estudiantes, profesores, comunicadores, ganaderos, propietarios, políticos, se unan en una sola voz, porque lo que se defiende es la libertad de un país, a criar a los hijos libres y seguros, es el derecho de poseer lo que se gana con trabajo, es el derecho a que nuestro mandato ciudadano expresado en el voto sea respetado.

Hay un peligroso clima en el país. Si el régimen no escucha el rumor que estremece el suelo nacional, tienen una sordera que lo llevará al fin. Ya hasta los chavistas tienen miedo, después de lo de Baduel, saben que nadie está a salvo de la ira y la venganza presidencial. Cuidado, las aguas están cada vez más a punto de ebullición. Cuando lleguemos a los 100 grados, el Jefe de la Casa del Terror enfrentará la furia de un pueblo y comprenderá para qué sirve la institucionalidad, esa misma que lo repuso en el poder aquel fatídico abril del 2002.

Hasta el próximo miércoles.

Aquí entre Nos

* El libro que regaló Chávez a Obama en la Cumbre de Trinidad, “Las venas abiertas de América Latina”, publicado en 1971 por el uruguayo Eduardo Galeano, fue traducido al inglés bajo el título “Open Veins of Latin America: Five Centuries of the Pillage of a Continent”, o sea le agregaron la coletilla “Cinco siglos del pillaje de un Continente”. Y como ustedes imaginarán, el planteamiento es que la culpa de todos los males que sufren los pobres países latinoamericanos es de los imperios, en este caso, del imperio español. Según el libro, el problema es que quedamos traumatizados por la conquista española y no hemos logrado recuperarnos de ese trauma en 500 años. Casi oigo las carcajadas de Barack Obama, ciudadano de Estados Unidos, país que fue colonizado por Inglaterra, de cuyo imperio se liberaron casi al mismo tiempo que nosotros de España, pero ellos no se traumatizaron por eso y trabajaron arduamente durante estos 500 años hasta convertirse en la primera potencia del mundo, mientras por acá perdían el tiempo lamentando su mala suerte. Alguna vez leí un muy sensato escrito que atribuye el problema no a ningún imperio sino a la materia prima humana con la que contamos. Vean si no la panorámica de quiénes son los líderes de este sub continente: dictadorzuelos, militarcitos, déspotas constitucionales con el más bajo nivel académico y personal. ¿Cómo pueden progresar pueblos que escogen a tales líderes para conducirlos? Solo los irresponsables y los incapaces buscan en otros a los culpables de sus propios errores.

* Uno de los países que más se ha escudado en excusas para justificar el fracaso del régimen que lo gobierna, es Cuba: el tal “bloqueo” sólo ocurrió durante tres días en octubre de 1962, durante la Crisis de los Misiles. No podemos hablar de bloqueo en un país que mantiene relaciones comerciales con más de 60 países. El que un país, así sea Estados Unidos, rechace comerciar con el régimen cubano, no excusa el desastre económico, la pobreza, el hambre, el deterioro y ruina de la infraestructura. Sencillamente ocurrió lo que ahora pasa en Venezuela: un gobierno entregado a instalar una revolución como prioridad, olvidando totalmente su única y sagrada misión que es dar bienestar a sus ciudadanos. Por eso lo de este grupete del Alba, queriendo imponer a Estados Unidos que levante las restricciones comerciales contra Cuba, es una ridiculez más de quienes quieren ignorar la historia de agravios de Fidel Castro hacia Estados Unidos.

* El 19 de abril, por ser domingo, pasó prácticamente por debajo de la mesa. Sin embargo, es propicio recordar que en aquella jornada histórica cuando el pueblo caraqueño dijo NO al Gobernador español, había una figura en la parte de atrás que condujo con su dedo en alto a las masas: José Cortés de Madariaga, un personaje importante en nuestra historia pero desconocido tanto para venezolanos como para los chilenos. Porque José Cortés de Madariaga era nacido en Chile pero en su transitar por Europa, como todo distinguido criollo, se convierte en discípulo de Francisco de Miranda, con quien frecuentó sociedades secretas de independentistas y francmasones. Llega a Caracas en 1803 como párroco de una iglesia pero su amistad con el Precursor lo integra rápidamente al movimiento y lo convierte en representante de Miranda en los hechos de 1810. Su fervor por la libertad lo hace participar activamente en la guerra de Independencia, fue perseguido por el jefe realista Monteverde y enviado a prisión a España, donde escapa, retorna a Jamaica y de allí a Margarita. El sacerdote chileno, que todo el mundo creía venezolano, se unió a los próceres de Oriente, alzados contra el mando de Bolívar, pero él corrió con mejor suerte que el fusilado Piar. Fue desterrado de Venezuela, tierra que amaba como suya, y condenado a vivir en el ostracismo y la indigencia. La orden de Bolívar fue tajante: “el canónigo es loco y debe tratarse como tal”. José Cortés de Madariaga falleció en Río Hacha, Nueva Granada, en 1826, olvidado por sus contemporáneos que borraron su protagonismo en momentos cruciales de la patria. Pero la historia está allí siempre, pese a quienes quieren cambiarla y como Madariaga, muchos protagonistas volverán a tomar sus puestos históricos.

* Las plantas ensambladoras de vehículos de Valencia están haciendo las maletas y ya tienen en la mira mudanzas hacia Colombia y hacia Brasil. No reciben un dólar de Cadivi desde el mes de enero y su situación ya es insostenible, aunada a las dificultades económicas de las casas matrices en Estados Unidos y al continuo boicot de sindicatos chavistas, entre ellos uno llamado “La Hojilla”, que tiene azotadas las industrias carabobeñas. Tiemblan 60.000 empleos directos e indirectos que dependen de las automotrices. ¿Qué gana el gobierno obligando al cierre de las principales empleadoras de la zona industrial carabobeña? Con el cierre total de las importaciones de vehículos, vemos en nuestro futuro carros iraníes, hindúes y rusos.

* Nos escribe Mario Mora, un merideño que por razones de trabajo vino a Valencia y está impresionado del canibalismo en las conductas tanto de los motorizados como de los conductores valencianos. Denuncia que la acera entre la Torre Banaven y el cruce con la López Latouche está convertida en un canal de circulación para los motorizados, que atropellan a los peatones y encima se agavillan contra ellos cuando protestan. Denuncia también el corneteo salvaje, el tráfico muchas veces ocasionado por conductores abusivos. “A esta ciudad no la quieren”, dice el señor Mora con toda razón. Hasta ahora no hay ni un solo plan conocido para solventar el caos vehicular que atormenta a los valencianos.


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